EFE 17 de febrero de 2020
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Con
un claro mensaje de inclusión y de rechazo a la xenofobia, 24 niños inmigrantes
venezolanos participaron este domingo en el desfile del carnaval infantil que
antecede a la gran fiesta de la ciudad colombiana de Barranquilla, donde
bailaron ritmos tradicionales de su país.
El
Carnaval de Barranquilla, considerado por la Unesco "Obra Maestra del
Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad", este año se celebrará del
22 al 25 de febrero en un festejo en el cual se reúnen expresiones emblemáticas
de la memoria e identidad del pueblo barranquillero, del Caribe colombiano y
del Río Grande de La Magdalena.
Los
jóvenes venezolanos forman parte del grupo "Chamos a lo bien" y su
presentación en el Carnaval de los Niños estuvo impulsada por el Secretariado
de Pastoral Social de Cáritas en Barranquilla y la Oficina en Colombia del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
El
desfile estuvo lleno de colorido y creatividad, tanto en la gran variedad de
disfraces como en las coreografías de los bailarines.
El
objetivo era ratificar este espacio como uno desde cual se inicia la
salvaguarda de la esencia del Carnaval de Barranquilla.
PRIMERA
COMPARSA DE NIÑOS VENEZOLANOS
Esta
es la primera vez en la historia del Carnaval de Barranquilla que participa una
comparsa de niños de Venezuela, que actualmente viven con sus familias en la
barriada El Ferry, un deprimido sector de la capital del departamento caribeño
del Atlántico.
Darianne
Estrada, una niña de doce años que llegó hace cinco meses a Barranquilla y es
oriunda de Caracas, califica como reconfortante el apoyo que ha recibido de
otros niños venezolanos que están viviendo en Barranquilla.
"En
Venezuela nunca había salido a bailar a la calle y esta es la segunda vez que
salgo en Barranquilla", expresa a Efe con una amplia sonrisa.
Franye
Alfonso Vila García, quien ha vividos dos de sus quince años en Barranquilla, a
donde llegó con toda su familia huyendo de la crisis económica de Venezuela,
agradeció a sus profesores del colegio por permitirle salir a desfilar en la
comparsa.
Según
la coordinadora psicosocial del proyecto de Pastoral Social, Katia Polo, esta
es la segunda vez que los niños desfilan en Barranquilla, pues ya lo habían
hecho el pasado 7 de diciembre durante el Festival de la Luz que se realizó en
la ciudad como parte de la celebración de la Noche de Velitas.
COLOMBIANOS
Y VENEZOLANOS SE UNEN PARA FESTEJAR
"En
la arenosa venezolanos y colombianos se la gozan" es el lema que se busca
transmitir este año en el Carnaval, explica a Efe Alba Marcellán, jefa de la
oficina de la Acnur en Barranquilla.
"Lo
más interesante es ver que los venezolanos quieren sumarse a contribuir a darle
luz a lo que hace Venezuela en el Carnaval de Barranquilla", agrega
Marcellán.
Esto
lo corrobora Mernis Gil Herrara, que es madre de Iriani Saraí una de los
menores que forma parte del grupo de bailarines.
La
mujer asegura que aunque quisiera regresar a Venezuela, "por el momento no
se puede porque la situación está difícil", pero es consciente de que
mientras se celebre el Carnaval de Barranquilla tiene que disfrutarlo y hacer
que su hija se sienta bien allí.
SOL,
COLORES Y BAILES
Además
de los niños venezolanos, salieron a desfilar centenares de jóvenes, entre
ellos grupos de bailarines autistas o con síndrome de down, que con sus
movimientos se ganaron el favor del público.
Bajo
un inclemente sol y a un temperatura de 34 grados centígrados también mostraron
su talento jóvenes en más de 200 comparsas, seis carrozas, tres bandas
folclóricas y 45 grupos de bailes tradicionales ante la mirada atenta de miles
de personas que vieron las coreografías desde ambos lados de la calle.
La
mayoría de los chicos estuvieron acompañados por padres en un carnaval que
tiene como propósito seguir cultivando la semilla de la gran fiesta de la
ciudad en las nuevas generaciones, que en ningún momento cedieron ante el
cansancio y el calor.
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