Abraham Zamorano Lunes, 5 de agosto de 2013
Sólo
el 36,4% de Siria y el 40,8% de Irán superaban en marzo el 24,2% la inflación
anualizada de Venezuela, según las últimas cifras disponibles del Fondo
Monetario Internacional que permiten hacer una comparación global del índice de
precios.
De hecho, al revisar las estadísticas
del FMI, Venezuela está codo con codo con el 22% anual de Bielorrusia, país que
fue el "campeón mundial" de la inflación en 2012 (con casi 60%).
Tanto Irán y Siria, como también
Bielorrusia son estrechos aliados políticos de Venezuela fuera de América
Latina. Pero la nación sudamericana es la única de este grupo que no está en
medio de una guerra civil o sometida a sanciones económicas por parte de
Naciones Unidas o la Unión Europea.
Al contrario, Venezuela tiene las
reservas probadas de petróleo más grandes del mundo (bajo control del Estado),
y al país ingresan cada año unos US$85.000 millones por concepto de
exportaciones de crudo.
No obstante, la familia común
venezolana padece la escasez recurrente de bienes básicos y además tiene que
hacer malabarismos y apretarse el cinturón para no sucumbir ante una cesta de
la compra que cada vez supone un golpe más duro para el bolsillo.
Apretándose
el cinturón
"Hace un año en mercado gastaba
2.500 bolívares (US$396, al cambio oficial), ahora no bajo de 4.000 (US$634) y
sólo con lo necesario. Ya no compro chucherías (dulces), nada de helados o
chocolates", le contó a BBC Mundo Josefina, ama de casa jubilada residente
en un barrio acomodado del este de Caracas.
Es decir, esta jubilada, que describe
la situación que vive el país como "crítica", ha sobrellevado la
inflación a base de evitar gastar en lo no esencial.
"Para la limpieza, por ejemplo,
antes compraba productos específicos para baldosas, poceta (inodoro)… Ahora me
tengo que aguantar con uno genérico para el baño", agregó.
Por su parte, Fabiola, empleada de
hogar residente en el peligroso y depauperado barrio de Petare, casualmente
también comenta que al hacer mercado hace un año gastaba 2.500 bolívares y
ahora 4.000, aunque en su caso es para una familia de tres.
Al igual que Josefina, Fabiola se las
arregla renunciando a cosas, aunque más básicas. "Antes compraba casi de
todo, hasta carne, ahora de carne nada, echo de menos la carne, pero es que
está todo muy caro", le dijo a BBC Mundo.
"El pescado ya me tengo que ir
cohibiendo. Gracias a que el pollo tiene el precio regulado (lo puedo comprar),
aunque es difícil conseguirlo", agregó.
Fabiola dejó de acudir a la red
estatal Mercal, atractiva por sus precios subvencionados, pero que normalmente
se caracteriza por enormes filas de compradores, lo que obliga al consumidor a
llegar al filo de la madrugada para conseguir puesto que tenga probabilidades
de comprar el producto.
"Hay gente que amanece en la
puerta del Mercal. Hay que estar allí desde las cuatro de la mañana para
alcanzar a comprar algo y la verdad es que no vale la pena arriesgar la vida
saliendo a esa hora por Petare", dijo.
40%
Cuando se revisan las cifras oficiales
del Banco Central de Venezuela (BCV) se aprecia que la inflación anualizada
-según los últimos datos disponibles- se acerca a 40%.
Nada más en la primera mitad del año,
el índice de precios subió 25%, lo que ya supera el costo de la vida anualizado
que estimaba en marzo el FMI.
Sólo en el rubro de alimentos y
bebidas no alcohólicas, en lo que va de año, los precios han subido más de un
31%.
Por poner un ejemplo concreto, el huevo
–alimento de alto consumo que no está sometido a precios regulados– hace un año
se decía que se había "disparado" a los 40 bolívares (US$6,3) por un
cartón de 30 unidades.
El ascenso del producto, por lo visto,
no ha hecho más que acelerarse y con ese dinero, en la actualidad, sólo se
puede adquirir una docena.
Eso, entre otras cosas, porque es un
producto que no está en la lista de los sometidos a control de precios del
gobierno, como lo están el pollo, la leche o el pan, entre otros.
Estos continúan a precios asequibles
para los venezolanos, el problema es que son los afectados por la escasez,
desaparecen recurrentemente de las estanterías.
El presidente Nicolás Maduro habló
recientemente de un "sobrecalentamiento del consumo" para explicar la
inflación en Venezuela.
"Lo vamos a corregir, a resolver
con más producción. También estamos trayendo algunos productos", dijo el
presidente en un acto público en junio. Según el Instituto Nacional de
Estadística, Venezuela importa el 30% de los alimentos que consume.
El objetivo declarado por el ministro
de Finanzas, Nelson Merentes, es reducir la inflación a valores de un solo
dígito en 2014. El ministro afirmó la semana pasada que incluso prevé que, al
tiempo que se acelere el crecimiento, se ralentice la subida de precios.
"La inflación, no es que se va a
reducir su monto global, pero sí se va a desacelerar con respecto al primer
semestre. Es decir, que parece que no vamos hacia esa vía que plantean algunos
analistas", dijo aludiendo a quienes hablan ya de
"estanflación", inflación con estancamiento.
"La mayor del mundo en 2013"
Sin embargo, no son pocos los
analistas poco optimistas. Uno de ellos es el economista Jesús Casique, director
de la consultora Capital Market Finance, quien prevé una aceleración de la
subida de precios para los últimos meses del año.
"El último trimestre va a
repuntar. Tenemos que tomar en cuenta el próximo incremento salarial y que el
último trimestre las empresas pagan bonos y aguinaldos, lo que tiene impacto en
la demanda y los precios", le dijo Casique a BBC Mundo.
El analista explica la altísima
inflación del país por las políticas del gobierno de incrementar la cantidad de
dinero en circulación y el alto nivel de gasto público, el "desorden
monetario y el desorden fiscal", afirma.
"La liquidez monetaria ha crecido
un 64% de julio 2012 a julio 2013, y así es imposible controlar la
inflación", le dijo Casique a BBC Mundo.
Además, señaló que en su presupuesto
el gobierno estima sus ingresos sobre la base de un precio del barril de
petróleo que equivale a la mitad del valor del barril de crudo en el mercado.
"El diferencial son recursos
extraordinarios que maneja el Ejecutivo a su libre discrecionalidad, lo que
impulsa el gasto y hace que el presupuesto ejecutado resulte en hasta un 40%
más que el inicial", agregó.
Tampoco olvida otros elementos, como
la devaluación de febrero de un 46,5%, las tres tandas de aumentos de los
salarios decretados por el gobierno, así como la baja productividad que aqueja
al país.
Para Casique, la inflación cerrará
2013 entre un 46% y 48%.
"El FMI habla de 27%, pero esa
previsión es de abril. Ya es inviable, sólo en el primer trimestre la inflación
acumulada es de un 25%. La de Venezuela será la mayor inflación del mundo en
2013".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico