PSICONLINEWS 04 de septiembre de 2015
A
veces sentimos que la elección que queremos hacer no es la mejor, pero en lugar
de cambiar de decisión, buscamos formas de justificarla. En vez de parar y
admitir que hacer cierta elección será un error, nos ponemos a la defensiva e
intentamos racionalizar nuestro comportamiento.
Pero
podemos ir aun más allá: Cada uno de nosotros se comporta impulsivamente, cede
a la gratificación inmediata o hace a veces algo arriesgado. Cuando hacemos
eso, podemos fácilmente usar una de estas 5 declaraciones para justificar
nuestras malas decisiones:
1. “Yo
merezco ser feliz”
Si un
consultor de negocios advierte a un cliente sobre el peligro de asumir más
deudas, el oyente reluctante puede responder diciendo: “¡Pero yo merezco ser
feliz!” Aunque ciertamente mereces tener un estilo de vida saludable y feliz,
este tipo de declaración muchas veces es usado por los que están dispuestos a
sabotear tu felicidad futura.
Cuando
te encuentres diciéndote a ti mismo que mereces ser feliz, asegúrate de que no
estás buscando sentimientos fugaces de felicidad. Mantén tus objetivos y
valores en mente para evitar cambiar un placer momentáneo por una real
satisfacción a largo plazo.
2. “Prefiero
pedir disculpas a pedir permiso”
Es
tentador usar esta mentalidad cuando estamos dispuesto a romper las reglas a
propósito o pasar un poco los límites, pero si crees que estás haciendo lo que
es mejor, ¿por qué necesitarás pedir disculpas? Esta puede ser una tendencia de
un pasivo-agresivo, una manera de evitar la confrontación.
Antes
de seguir adelante, considera cuidadosamente las potenciales consecuencias de
tu comportamiento, incluyendo la forma como podría perjudicar a una relación.
Si realmente crees que es una buena elección, sigue con la confianza de que no
necesitarás falsificar una petición de disculpas más adelante.
3. “Sólo
se vive una vez”
Irónicamente,
esta frase generalmente es pronunciada antes de que alguien ponga su vida en
peligro: ¿Será que debemos realmente saltar de este peñasco al agua allí abajo?
“Sólo se vive una vez”. También se usa para justificar la gratificación
inmediata: ¿Será que debo comer un pedazo más de tarta? “Sólo se vive una vez”.
Para
tener una vida satisfactoria es necesario tener un equilibrio entre la
recompensa y el riesgo. Calcula el riesgo y toma tiempo para considerar cómo
este tipo de pensamiento podría afectarte en el futuro.
4. “Sólo
estoy siendo sincero”
A
veces, cuando usamos palabras descorteses o desagradables, afirmamos que
nuestra insensibilidad viene de nuestro deseo de ser verdaderos. La verdad
duele, pero no necesita ser excesivamente dura; la honradez no viene a costa de
los sentimientos del otro.
Antes
de criticar o dar feedbacks negativos, equilibra tu deseo de
ser directo con el derecho de la otra persona a ser tratada con respeto. Cuida
de que no estés enmascarando tu inseguridad intentando humillar al otro, este
comportamiento irrespetuoso habla más de tu carácter que tus muestras de querer
parecer mejor o superior.
5. “Lo me
importa lo que piensen los demás”
Esto
en cierta medida es saludable, el evitar querer agradar a todos, pero no
significa que debes ser descuidado con lo que los demás piensan. La completa
falta de respeto por los sentimientos de otra persona indica un trastorno de la
personalidad. La verdad es que es importante preocuparse del respeto que los
demás nos tienen.
No hay
necesidad de lograr que las personas a tu alrededor concuerden con todas tus
decisiones. Si las personas expresan preocupaciones sobre tu proceso de toma de
decisiones, deberías estar dispuesto a escuchar. Mantente atento en el momento
de escuchar los riesgos que conlleva una decisión.
Los
realmente fuertes son los que se conocen
Las
personas mentalmente fuertes buscan explicaciones, no autodisculpas. Ellas
aceptan la plena responsabilidad de sus pensamientos, sentimientos y
comportamiento.
¿La
buena noticia? Todos tenemos la capacidad de construir una fuerza mental.
Con
mucho trabajo, podemos mejorar nuestra capacidad de dominar nuestros
pensamientos, regular nuestras emociones, y comportarnos de forma productiva, a
pesar de nuestras circunstancias. Cuanto más aumentamos nuestra fuerza, menos
usamos disculpas para justificar nuestras malas decisiones.
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