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domingo, 6 de septiembre de 2015

5 cosas que las personas mentalmente fuertes nunca dicen, por PSICONLINEWS



PSICONLINEWS 04 de septiembre de 2015

A veces sentimos que la elección que queremos hacer no es la mejor, pero en lugar de cambiar de decisión, buscamos formas de justificarla. En vez de parar y admitir que hacer cierta elección será un error, nos ponemos a la defensiva e intentamos racionalizar nuestro comportamiento.


Pero podemos ir aun más allá: Cada uno de nosotros se comporta impulsivamente, cede a la gratificación inmediata o hace a veces algo arriesgado. Cuando hacemos eso, podemos fácilmente usar una de estas 5 declaraciones para justificar nuestras malas decisiones:

1.   “Yo merezco ser feliz”

Si un consultor de negocios advierte a un cliente sobre el peligro de asumir más deudas, el oyente reluctante puede responder diciendo: “¡Pero yo merezco ser feliz!” Aunque ciertamente mereces tener un estilo de vida saludable y feliz, este tipo de declaración muchas veces es usado por los que están dispuestos a sabotear tu felicidad futura.

Cuando te encuentres diciéndote a ti mismo que mereces ser feliz, asegúrate de que no estás buscando sentimientos fugaces de felicidad. Mantén tus objetivos y valores en mente para evitar cambiar un placer momentáneo por una real satisfacción a largo plazo.

2.   “Prefiero pedir disculpas a pedir permiso”

Es tentador usar esta mentalidad cuando estamos dispuesto a romper las reglas a propósito o pasar un poco los límites, pero si crees que estás haciendo lo que es mejor, ¿por qué necesitarás pedir disculpas? Esta puede ser una tendencia de un pasivo-agresivo, una manera de evitar la confrontación.

Antes de seguir adelante, considera cuidadosamente las potenciales consecuencias de tu comportamiento, incluyendo la forma como podría perjudicar a una relación. Si realmente crees que es una buena elección, sigue con la confianza de que no necesitarás falsificar una petición de disculpas más adelante.

3.   “Sólo se vive una vez”

Irónicamente, esta frase generalmente es pronunciada antes de que alguien ponga su vida en peligro: ¿Será que debemos realmente saltar de este peñasco al agua allí abajo? “Sólo se vive una vez”. También se usa para justificar la gratificación inmediata: ¿Será que debo comer un pedazo más de tarta? “Sólo se vive una vez”.

Para tener una vida satisfactoria es necesario tener un equilibrio entre la recompensa y el riesgo. Calcula el riesgo y toma tiempo para considerar cómo este tipo de pensamiento podría afectarte en el futuro.

4.   “Sólo estoy siendo sincero”

A veces, cuando usamos palabras descorteses o desagradables, afirmamos que nuestra insensibilidad viene de nuestro deseo de ser verdaderos. La verdad duele, pero no necesita ser excesivamente dura; la honradez no viene a costa de los sentimientos del otro.

Antes de criticar o dar feedbacks negativos, equilibra tu deseo de ser directo con el derecho de la otra persona a ser tratada con respeto. Cuida de que no estés enmascarando tu inseguridad intentando humillar al otro, este comportamiento irrespetuoso habla más de tu carácter que tus muestras de querer parecer mejor o superior.

5.   “Lo me importa lo que piensen los demás”

Esto en cierta medida es saludable, el evitar querer agradar a todos, pero no significa que debes ser descuidado con lo que los demás piensan. La completa falta de respeto por los sentimientos de otra persona indica un trastorno de la personalidad. La verdad es que es importante preocuparse del respeto que los demás nos tienen.

No hay necesidad de lograr que las personas a tu alrededor concuerden con todas tus decisiones. Si las personas expresan preocupaciones sobre tu proceso de toma de decisiones, deberías estar dispuesto a escuchar. Mantente atento en el momento de escuchar los riesgos que conlleva una decisión.

Los realmente fuertes son los que se conocen

Las personas mentalmente fuertes buscan explicaciones, no autodisculpas. Ellas aceptan la plena responsabilidad de sus pensamientos, sentimientos y comportamiento.
¿La buena noticia? Todos tenemos la capacidad de construir una fuerza mental.

Con mucho trabajo, podemos mejorar nuestra capacidad de dominar nuestros pensamientos, regular nuestras emociones, y comportarnos de forma productiva, a pesar de nuestras circunstancias. Cuanto más aumentamos nuestra fuerza, menos usamos disculpas para justificar nuestras malas decisiones.

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