Por Carlos Romero M., 04/09/2015
Llegó primero la declaración del Estado de Excepción antes que la Ley
Orgánica de Frontera. En este sentido, oportuno es recodar que un 27 de julio
de 2004 la Asamblea Nacional había aprobado en primera discusión un proyecto
de Ley Orgánica de Fronteras que otorgaba un papel esencial en del
desarrollo de la zona fronteriza a las autoridades locales.
Ni la Asamblea Nacional, vía legislación ordinaria, ni el Consejo
Nacional de Fronteras, vía habilitante en el año 2008[1] y menos aun el Consejo
de Defensa Nacional, también mediante una nueva habilitante en 2013[2], mostraron la capacidad
política de abordar con responsabilidad los problemas que desde hace décadas
enfrentan los habitantes de las fronteras venezolanas.
Feijoo Colomine, ex Secretario del Consejo Nacional de Fronteras,
advertía en el año 2013 el cierre técnico de ese órgano por no preverse fondos
para 2014; y reconocía, a través de un artículo de opinión, que en nuestras
fronteras la vida humana no tenía valor. Además, destacaba que en esas
zonas limítrofes el país perdía cuantiosos recursos económicos, se imponían
formas modernas de esclavitud y se deformaba la conciencia social para
colectivizarse, construir e imponerse una cultura delicuencial.[3]
Luego en otro artículo, en 2014, Feijoo Colomine reconoció, además, la
ausencia de políticas fronterizas para hacer frente efectivo a los graves
problemas de las fronteras.
El Consejo Nacional de Fronteras fue conformado por primera vez en el
año 1970 bajo el Gobierno de Rafael Caldera, y luego reactivado en su segundo
período presidencial en el año 1994. Luis Herrera en el año 1980 y Jaime
Lusinchi en 1984, también asumieron la necesidad de activar este órgano para el
estudio, análisis y propuestas de políticas fronterizas.
La intensa dinámica y la compleja realidad que caracteriza a la
frontera con Colombia impulsó, en 1989, al entonces presidente Carlos Andrés
Pérez a crear la Comisión Presidencial de Asuntos Fronterizos Colombo
Venezolano. Incluso Hugo Chávez, también convocó en su momento, para abordar el
tema de la frontera con Colombia, a una Comisión Presidencial de Integración y
Asuntos Fronterizos.
El 2 de agosto de 2013 la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela publica el Decreto Presidencial 279 mediante el cual se crea una
nueva instancia llamada Estado Mayor Fronterizo Cívico Militar, responsable de
diseñar del Plan Estratégico para la transformación de las zonas limítrofes, y
encargado de hacer el seguimiento y control sobre las acciones estratégicas de
la política integral de fronteras.
El Decreto mencionado destaca que este Estado Mayor tiene como misión
incorporar la conciencia socialista y revolucionaria en las políticas de
frontera con el objetivo de preservar la integridad territorial, la soberanía,
la seguridad, la identidad nacional y la defensa de la patria.
El Estado Mayor Fronterizo Cívico-Militar está integrado por los
gobernadores del Táchira y del Zulia, así como también el Comandante
Estratégico Operacional de la FANB, los jefes de las Regiones de Desarrollo y
Defensa Integral de Occidente, Los Andes, Los Llanos y Guayana, el Secretario
General del Consejo de Defensa de la Nación, el ministro del Interior, Paz y
Justicia, así como también el director de asuntos fronterizos del Ministerio de
Relaciones Exteriores. Lo preside el Ministro del Despacho y seguimiento de la
Presidencia.
Esta nueva instancia, en noviembre de 2013, en una segunda reunión de
trabajo, acordó concretar mesas de trabajo interinstitucionales para reforzar
la defensa de la economía del país y hacerle frente a la llamada guerra
económica, que se afirma, es insertada a través de la generación de problemas y
conflictos fronterizos[4].
Pero luego, en agosto de 2014, sorprende una nota de prensa anunciando
la activación del Estado Mayor Fronterizo Cívico-Militar, pero bajo la
responsabilidad del Vicepresidente Jorge Arreaza y se informa que la medida es
parte del compromiso con una Comisión Binacional contra el Contrabando[5].
¿Qué pasó con todo ese esfuerzo binacional y con la labor de
seguimiento del Estado Mayor Fronterizo Cívico Militar, que luego de dos años
de su creación, el Presidente Maduro dice verse obligado a tomar medidas
excepcionales sobre la zona fronteriza y además afirma categóricamente que la
Frontera se “pudrió bajo el capitalismo paramilitar”?[6].
Por cierto, en 2013, Feijoo Colomine[7] reconoce que la frontera
estaba dominada por los modos y manifestaciones más perversos del
capitalismo. Luego en otro artículo de opinión en el 2014, el mismo ex
Secretario del Consejo Nacional de Fronteras, advirtió a los seguidores del Socialismo
del Siglo XXI, que en la Frontera diariamente la revolución estaba a prueba, y
como evidencia de ello, señaló que entre las elecciones de 2006 y las del año
2013 en las zonas fronterizas, la llamada “derecha” había tomado mayor control
político, en detrimento de una revolución que disminuyó su población electoral
en un 5,8%[8].
Por otro lado, el contenido del Plan de la Patria 2013-2019, no
advierte grandes líneas de desarrollo estratégico en beneficio de los
habitantes de las fronteras venezolanas; por el contrario, reconoce la
existencia de violencia en la zona y de la necesidad de controlar los bienes
que se movilizan en la frontera.
En tal sentido, un primer objetivo del Plan de la Patria propone
incrementar la actividad operativa cívico militar para la defensa del
territorio para controlar y neutralizar el crimen trasnacional y grupos
generadores de violencia; y un segundo objetivo, plantea un mayor control sobre
la soberanía en el intercambio de bienes en la zona fronteriza, enmarcado en la
tarea de profundizar en una nueva geometría nacional.
El narcotráfico, la presencia de Guerrillas, el paramilitarismo, el
contrabando principalmente de gasolina, el tema de los indocumentados, la
deficiencia en la prestación de los servicios públicos básicos en la zona
fronterizas, así como las desigualdades económicas que allí se experimentan,
son problemas que por años ha acompañado a los habitantes de las fronteras
venezolanas, y que se ha desbordado de una forma sin precedentes en nuestra
historia bajo el modelo socialista, de ello son testigos silenciosos los mismos
habitantes de la zona fronteriza.
La frontera ha estado olvidada a lo largo de estas décadas. Ahora
aparece una solución militar para tomar el control de una zona fronteriza, por
problemas que simplemente no se han abordado de manera adecuada y oportuna.
La solución excepcional, aparece en un momento muy complicado para todos y
principalmente para un Presidente y un modelo político que experimenta, con
mayor intensidad, aquella misma ilegitimidad que llevó a la renuncia de Carlos
Andrés Pérez. Por cierto, fue entonces cuando mí generación experimentó
por primera el debate político entre legitimidad e ilegitimidad.
____________________________________________
[1] COLOMINE,
Feijoo. El Pecado Original del Consejo Nacional de Fronteras. 28 de noviembre
del 2013. Aporrea. Online en:
[2] COLOMINE,
Feijoo. Ley Orgánica de Fronteras, vía ley habilitante. 10 de julio del 2015.
Aporrea. Online en: http://www.aporrea.org/tiburon/a210542.html
[3] Ver
nota 1
[4] AVN.
Estado Mayor Fronterizo Cívico-Militar, reforzará la defensa de la Economía. 01
de noviembre 2013. Online en:
[5] El
Universal. Activado Estado Mayor Fronterizo Cívico Militar. 8 de agosto de
2014. Online en:
[6] PSUV.
Venezuela colombo-venezolana se pudrió bajo el capitalismo paramilitar. 24 de
agosto de 2015. Online en:
[7] Ver
cita 3
[8] Colomine
Feijoo. Las fronteras venezolanas, reto para el Socialismo del Siglo XXI. 29 de
abril 2014. Aporrrea. Online en:
Carlos Romero M.
@carome31
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