Pedro A. Palma 04 de septiembre
El
tipo de cambio libre que reporta periódicamente el portal Dolar Today
recientemente sobrepasó los 700 bolívares por dólar, y parece que no cesará en
su carrera ascendente. ¿Por qué se ha disparado esa cotización?, ¿qué
relevancia tiene la misma?, ¿es ese el precio realista de un dólar? Veamos.
Lo
primero que debemos aclarar es que esa es la tasa de frontera, es decir, la
cantidad de bolívares que se necesitan para obtener los pesos colombianos que
cobran las casas de cambio en Cúcuta por un dólar, por lo que en ella influye
la tasa de cambio del bolívar con respecto al peso, la de este último con
respecto a la moneda norteamericana, y las comisiones que cobran esos
intermediarios por sus operaciones cambiarias.
En el
último año y medio el bolívar se ha depreciado fuertemente con respecto a la
moneda colombiana, al punto de que a comienzos de 2014 con un bolívar se obtenían
más de 30 pesos, mientras que ahora ni siquiera se adquieren 5. Paralelamente,
el precio de un dólar en término de pesos ha aumentado 70% en tan solo un año,
por lo que es fácil inferir que la cantidad de bolívares que hay que
desembolsar para adquirir los pesos con los que se puede comprar un dólar se ha
disparado, máxime si los cambistas en el vecino país cobran en muchos casos
jugosas comisiones por esas operaciones.
De lo
anterior se desprende que el tipo de cambio de frontera no solo está influido
por factores internos de las economías venezolana y norteamericana, sino
también por realidades de la economía colombiana. De hecho, durante los últimos
dos meses el peso se ha depreciado fuertemente con respecto al dólar, y eso ha
influido en el disparatado aumento reciente del tipo de cambio del bolívar. De
allí que sea válido que nos preguntemos por qué hay que utilizar una cotización
que se fija fuera de nuestras fronteras para determinar el tipo de cambio libre
de nuestra moneda con respecto a la divisa norteamericana. La respuesta es
porque en Venezuela no existe un mercado cambiario funcional y abierto donde se
establezca esa tasa libremente por las fuerzas de oferta y demanda, como
existió hasta mayo de 2010 en lo que hasta entonces se conoció como el mercado
de permuta de títulos valores.
La
errada decisión de declarar ilegal ese mercado y establecer una serie de
ilícitos cambiarios, hasta llegar al ridículo de prohibir la mención de alguna
tasa de cambio diferente a la oficial, coartó y, hasta ahora, ha cohibido el
funcionamiento de un mercado de cambio local y realmente libre. Aun cuando los
estudiosos de la materia jurídica insisten en que los ilícitos cambiarios de
otrora ya fueron derogados, y que no hay un impedimento legal específico para que
exista y funcione lícitamente un mercado cambiario paralelo en Venezuela, el
hecho es que el mismo no se ha desarrollado, y se utiliza aún como referencia
el distorsionado tipo de cambio de frontera, el cual, entre otras cosas, tiene
un importante efecto inflacionario, pues esa es la tasa que hoy se usa para
calcular los costos esperados de reposición de insumos y productos importados,
ante las severas restricciones existentes para obtener localmente dólares
preferenciales, y la inexistencia de un mercado paralelo local, lícito y
operativo.
De
allí la conveniencia de que expresamente se permita y se promueva la creación
de un mercado libre funcional, adonde acuda cualquier agente económico que
desee adquirir o vender divisas, y en el que se establezca el tipo de cambio
por el libre juego de oferta y demanda, pudiendo intervenir en él actores
clave, como el BCV y Pdvsa. De esta forma contaríamos con un mercado mucho más
realista y eficiente, lo que crearía una de las condiciones de base para que en
un futuro próximo se pueda poner en marcha el desmantelamiento progresivo del
distorsionado y corrompido control de cambios que tenemos, y nos movamos hacia
un sistema de libre convertibilidad, con un tipo de cambio único y flexible.
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