Por Juan Francisco Alonso
El Presidente de la
Conferencia Episcopal dio la extrema unción al diálogo entre el chavismo y la
oposición, por considerar que “fracasó” por culpa de ambos. Por su parte, el
Nuncio en Caracas admitió que sobre ese proceso “reina la oscuridad”
Ocho de cada diez venezolanos
evalúan mal al Gobierno, según las últimas encuestas, pero si las mismas se
hicieran entre los obispos la cifra sería aún superior. Al menos esa es la
sensación que dejó el discurso que este sábado ofreció el presidente de
la Conferencia Episcopal
Venezolana (CEV), monseñor Diego Padrón, al instalar la 107
asamblea ordinaria plenaria de los obispos, donde acusó al Ejecutivo de sumir
al país en un “caos”.
“En la historia del país
ningún Gobierno había hecho sufrir tanto, por acción y omisión, al pueblo como
el que ahora administra las funciones”, afirmó el también Arzobispo de Cumaná,
quien aseveró que el 2016 “terminó mal”.
“El saldo está en rojo en
todos los rubros”, dijo monseñor Padrón, quien sustentó su afirmación con el
siguiente balance: “Más de 29.000 muertes violentas, hambre y falta de comida
que solo producen agonía y desnutrición, desabastecimiento de medicinas que
provocan decesos y reaparición de epidemias; más de 120 presos políticos
injusta e ilegalmente privados de libertad, la corrupción generalizada, el
ataque sistémico a la empresa no oficial y a los medios de comunicación
independientes; la inconsulta, violenta e inconstitucional ideologización de la
educación; los intentos de anular a la AN; el cierre del camino electoral; la
crisis financiera y últimamente la confusión e improvisación con el uso y
desuso de la moneda de mayor valor que creó gran angustia en la población”.
Pero si el panorama arriba
mencionado no fuera lo suficientemente dantesco denunció “el deterioro de la
calidad humana y de la convivencia social” en el país, las cuales, a su juicio
quedaron patentes, con las masacres de Barlovento (Miranda), los saqueos de
Cumaná, Ciudad Bolívar y otras localidades; y el asalto al monasterio de los
frailes trapenses en Mérida.
Para Padrón uno de los pocos
aspectos positivos que dejó el 2016 fue la designación del arzobispo de Mérida,
Baltazar Porras, como nuevo cardenal. Afirmación que provocó un sonoro aplauso
en el auditorio de la biblioteca de la Universidad Católica Andrés Bello de
Caracas, donde se realizó el acto.
Muerto, pero no enterrado
Seguidamente el prelado se
refirió al proceso de diálogo entre el Gobierno y la oposición que se inició en
octubre pasado, bajo la facilitación del Vaticano,
la Unión de Naciones
Suramericanas (Unasur) y los expresidentes José Luis
Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández; y Martín Torrijos (Panamá); y
prácticamente le impuso la extremaunción.
“El diálogo fracasó”, afirmó
Padrón, quien responsabilizó de ello a ambas partes: “La culpa del fracaso no
se debe al diálogo en sí o por sí, al mecanismo o a los facilitadores del
proceso sino a las partes sentadas en la mesa. Gobierno y oposición no
asumieron el diálogo en función del país sino que lo consideraron como una
estrategia política, no para dirimir los grandes conflictos que afectan a todos
sino para fines particulares”.
Tras afirmar que “parecía que
todos, incluso el Gobierno, estábamos de acuerdo en que ese era el camino para
encontrar soluciones a los graves problemas del país”, el Arzobispo de Cumaná
concluyó que “después de los cuatro intentos fallidos a muchos le parece que
aquello era más una manifestación del subconsciente colectivo que una solicitud
razonada”.
Negó que la CEV, ni mucho
menos el Vaticano, decidieran participar en este proceso para apaciguar o
distraer al país luego de los fallos judiciales que impidieron la convocatoria
del referendo revocatorio presidencial.
“El responsable primero y
principal de que no se haya realizado el revocatorio en 2016 es el Gobierno
Nacional, que en lugar de someterse al veredicto popular utilizó subterfugios
judiciales y la mayoría que tiene en el directorio del Consejo Nacional Electoral
(CNE) para impedir la convocatoria del referendo. Para
eliminar de facto el derecho del ejercicio del voto del pueblo venezolano”,
sentenció.
Las confidencias del Nuncio
De manera más diplomática, el
nuncio apostólico en Caracas, monseñor Aldo Giordano, quien participa en las
conversaciones, refrendó las palabras de Padrón al admitir que sobre el futuro
del diálogo y del país “reina la oscuridad” en estos momentos.
El próximo día 13 está
previsto que se celebre una nueva ronda de pláticas entre el Gobierno y la
oposición, a la cual esta última ha dicho que no participará, en respuesta a
los incumplimientos del Ejecutivo.
Sea cuál sea la suerte de este
proceso, monseñor Giordano recordó que “la historia nos dice que antes o tarde
los pueblos necesitan el diálogo, sería mejor que fuera antes y no después de
52 años de guerra (como en Colombia)”.
Foto referencial: Conferencia
Episcopal
07-01-17
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