Por Jesús Elorza
Al igual, que todo el periodo
transcurrido durante los últimos 17 años, nuevamente los Entrenadores
Deportivos al servicio del Instituto Nacional de Deporte, adscritos a la
Dirección de Alto Rendimiento, les toca vivir la incertidumbre del pago de
la prestación de sus servicios. El “Patrón”, en este caso las autoridades del
IND, buscan cualquier tipo de artimañas para negarles un justo pago a los
entrenadores por el cumplimiento de su trabajo en la preparación de los atletas
que conforman las selecciones nacionales.
En un primer momento, los
administradores revolucionarios buscaron implementar un mecanismo de
“Tercerización” a través de las Federaciones Deportivas. Los Contratos de
Trabajo eran administrados por los entes federativos y los recursos económicos
eran aportados por el IND. Posteriormente, comenzaron los recortes de las
partidas presupuestarias y la centralización de todas las funciones
administrativas relacionadas con los pagos, en manos de las autoridades
deportivas.
Las remuneraciones pasaron a
ser impuestas unilateralmente por la parte patronal y la efectividad de los
pagos sufrieron retardos injustificados de dos o tres meses en la mayoría de
los casos.
En el desarrollo o imposición
de las relaciones laborales revolucionarias, se llegó a la sustitución del
salario por pagos de “Honorarios Profesionales” con la clara intencionalidad de
eliminar los aportes correspondientes por Beneficios Sociales. Es decir,
eliminaron de un solo plumazo todos las bonificaciones que le correspondían a
los trabajadores y el seguro HCM. En el esquema “esclavista” del régimen, se
impuso también la eliminación del concepto de “Antigüedad. El entrenador, era
liquidado anualmente para así evitar la acumulación de derechos
correspondientes a sus prestaciones sociales.
En materia económica, en este
tipo de relación laboral, donde el patrón decide todo y el trabajador no tiene
derecho a nada, se implantó una discriminación entre el entrenador venezolano y
el entrenador extranjero. A unos les pagaban en dólares y a otros en bolívares
devaluados. Negando de esa manera uno de los principios constitucionales que
sustentan los derechos de los trabajadores como lo es el que establece “A igual
trabajo igual salario.
En su miserable escalada
contra los Entrenadores, el salario de hambre asignado durante el año 2016
oscilaba entre 17.000BF y 30.000BF según las credenciales del trabajador.
Pírrica remuneración, que fue absorbida por la hiperinflación que azotaba y
continúa azotando al país. Venezuela presenta la inflación más
alta del mundo... Cifras del Banco Central evidencian que la inflación
real que habría experimentado el país en el año 2016 se ubicó en 830%...
con un aumento en los precios de 22% intermensual. La canasta
alimentaria en Venezuela desde hace varios años ha sufrido variaciones,
afectando el bolsillo de los venezolanos. La inflación en el 2016
ha sido un factor preponderante en la subida del precio de los alimentos,
vestir y medicinas; contribuyendo de manera considerable al alza de los precios
de los productos básicos. La devaluación de la moneda frente al dólar y poca
adquisición de divisas para importar materia prima, afectando al sector
productivo del país, es un factor más que sin duda contribuye al alto costo de
la vida.
La Canasta
Alimentaria Familiar sólo hace referencia a los productos de alimentación,
sin tomar en cuenta los productos de higiene personal. Durante el mes de
noviembre de 2016 se elevó a 460.381,55 bolívares, este aumento fue
de 7,2% con respecto al mes anterior, equivalente a 30.755,47
bolívares, es decir, que en la actualidad se necesitan, 17 salarios
mínimos (27.092,10 bolívares) para adquirir la canasta alimentaria para
cinco miembros. Entre noviembre de 2015 y 2016 subió 480,9%.
En lo referente a la
discriminación económica, es importante señalar que los “entrenadores” cubanos
que masivamente fueron importados por el régimen reciben 1.500 dólares
mensuales por su “trabajo” mientras que el Entrenador criollo, en el mejor de
los casos, solo recibe bolívares 30.000 que si hacemos su equivalencia con el
valor del dólar paralelo (3.401BF) representaría 8,82 $ mensuales. Es decir, 29
centavos de dólar por día.
En su escalada de hambre en
contra del entrenador venezolano, las autoridades del IND y el Ministerio del
Deporte mantienen su discriminación laboral y económica cuando emplean a
entrenadores extranjeros para que atiendan a nuestros atletas de alto
rendimiento en centros de preparación ubicados en otros países, a razón de
3.000 dólares mensuales (100$ diarios), como es el caso de Iván Pedroso,
mientras que al entrenador criollo lo colocan, a pesar de haber formado al
atleta y llevarlo al sitial olímpico, en un segundo plano a razón de 29
centavos de dólar por día.
Frente a este cuadro de
esclavitud revolucionaria, es necesario e impostergable un cambio que permita
recobrar la dignidad del Entrenador Deportivo y su Derecho Social a tener un
salario justo por el desempeño de sus funciones……”Solo tendremos un deporte
mejor en una sociedad mejor”.
01-02-17
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