Por Jesús Alexis González, 06/02/2017
En Venezuela,
hasta hace muy poco, los ciudadanos se
alimentaban adecuadamente(incluidos los menos favorecidos) a diferencia
presente cuando una mayoría poblacional está
dependiendo del Estado para recibir una pequeña caja de productos, bajo un escenario donde el hambre y los alimentos se han convertido en
armas político-partidistas del chavismo-madurismo en procura de mantener medio alimentados tanto a los necesariamente
“sumisos” como a los “enchufados” al proceso, y como “muertos de hambre” al resto de la población (un 80%
aproximadamente), convirtiendo el derecho
a comer en una dádiva (cosa que se da como regalo) oficialista coordinada por el PSUV quien categoriza (ordena o clasifica) a los ciudadanos para darles acceso a un diabólico sistema de distribución de migajasque como sobras deja una “clase
privilegiada”, y en simultaneidad los “ciudadanos
excluidos” (la gran mayoría) no pueden adquirir ni tan siquiera los
alimentos para una dieta básica ante los elevados precios “controlados”,
viéndose obligados a vender los pocos objetos de valor que poseen para aumentar
en lo posible la compra de alimentos en aras dealiviar en algo la hambruna hogareña.
El término“guerra económica”(equivalente al
denominado “sabotaje económico” utilizado
mundialmente por los comunistas en el pasado)es asumido por el “gobierno” a la
luz de soslayar su verdadera intención: la
confrontación político-partidista, es decir una “guerra política” matizada
de económica para justificar la represión
moral y física de los opositores al pensamiento único en pro de forzarlos a
un cambio de conducta o de voluntad en todo aquello que perturbe el tránsito hacia el comunismo, dejando en
el camino el sistema de propiedad privada al sostener que la economía produce para el mercado y no para la sociedad (¿?),
razón suficiente, alegan, para acabar con el capitalismo estatal como última
etapa en la evolución del
socialismo-comunismola cual estiman acelerar “matando de hambre”a los opositores.
En efecto, al instrumentar la “revolución”
chavista-madurista la indivisible dualidad entreestrategia (definición de planes) y táctica (ejecución de los planes) basada en la “guerra política” con disfraz de económica, han convertido el hambre en un mecanismo de dominación para perpetuarse en el poder político con maniobras dictatoriales, al tiempo de
“argumentar” mediáticamenteque su permanencia se hace vital para la transformación de la sociedad como un todo,
ante la necesidad de instaurar una superestructura política-ideológica para apresurar lallegada del comunismoy así
eliminar, afirman, el Estado que encarna el poder de la clase dominante-explotadora
de la sociedad civil, dando por valido el perfilar la toma de ese poder
político como condición para que las “fuerzas revolucionarias” puedan
exterminar los “restos” del Estado capitalista en un ambiente de terror,
angustia e incertidumbre que está propiciando, entre otros males, que muchos se
vayan extenuando hasta caer en la desesperanza y otros a emigrar hacia tierras
“extrañas” ¡con grandes penurias pero
respirando libertad!;siendo que el delito
antirrevolucionario cometido que los impulsa a “salir huyendo” es ser
ciudadanos que piensan con independencia al tener criterios y puntos de vista
que les son propios.
De igual modo, es marcadamente evidente la profunda
decepción y hondo enojo que experimenta el pueblo tanto por la crítica pérdida
de su poder adquisitivo como por la presencia del “dúo malvado”: desabastecimiento
y escasez; hecho que cobró fuerza en 2016
cuando el “ejecutivo”publicónueveDecretos para“motorizar” la economía
creando un Consejo Nacional de Economía Productiva para que pusiera en “marcha”
15 motores productivos; como un obvio“pote
de humo”para esconder la motivación por destruir tanto el aparato productivo como la
distribución privada. A tenor de ello, no debe interpretarse como “mera
coincidencia” que se hubiesen aplicado en 2016cuatro ajustes de sueldo integral (con efectos negativos para la economía
pero compensatorios para la familia) hasta llegar a 36 aumentos del salario mínimo (SM) entre 1999 y enero 2017 de los
cuales 15 corresponden al periodo de N. Maduro, evidenciándose en esos 4 años
una disminución del SM real cercana a un 69%
y el salario integral real (SM +Bono de alimentación) en más de un 41%, a pesar que el SM nominal creció
desde Bs 2.047 en 2012, Bs 2.973 en 2013, Bs 4.889 en 2014, Bs 9.648 en
2015, Bs 27.092 en 2016, y en Bs 40.638 para enero 2017;en un
contexto donde la Canasta Alimentaria
(CA) evolucionó desde Bs 4.074 en
2012, Bs 5.890 en 2013, Bs 17.230 en 2014, Bs 93.600 en 2015, para
arribar a la maléfica cifra de ¡Bs
544.990,78 en 2016!
Combatir la pretensión
chavista-madurista de imponer una dictadura
de corte comunista con “cámaras de
hambre” diseminadas a nivel nacional,debe motivar un relanzamiento de aquel
espíritu unitario que privócuando el
pueblo se integró con los estudiantes,
la iglesia católica y militares patriotas hasta forzar la huida del
dictador aquel 23/01/1958luego de una huelga general.En el presente, urge “refrescar” esavoluntad democrática de los venezolanos
hasta configurar una suerte de “FRENTE
POPULAR” como un esfuerzo unitario y plural; planteamiento que en mucho
coincide con lo expresado por Luis Ugalde (05/01/17): “un amplio, múltiple y
coordinado Movimiento Social y Político,
que confluya en un único objetivo: salir
del régimen…” “que por su culpa los venezolanos estamos ante una miseria no conocida en los últimos 100 años”
Economista Jesús Alexis González
@JesusAlexisGon10
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