Omar Villalba 15 de febrero de 2017
Durante
cualquier proceso de negociación, las partes deben determinar los puntos
alrededor de los cuales están dispuestos a dialogar. Fijar sus máximos y sus
mínimos, determinando hasta qué punto están dispuestos a ceder, y hasta donde
están orientados a llegar. En ese dilema, las partes establecen los puntos
sobre los cuales no van a ceder; pues hay tópicos que no son negociables:
principios como libertad y vida no se tratan, o valores axiomáticos, por
mencionar algunos ejemplos.
A este
paso se le conoce como: creación de una zona de acuerdo posible, pues allana el
terreno y pone en evidencia cuales son los puntos que si se tratarán. Cuáles son
los temas a sacrificar para alcanzar y construir una confianza que, a la larga,
reportará beneficios.
Esta
semana, la UNIDAD ha establecido una serie de condiciones, no canjeables. Estas
prerrogativas, de ser satisfechas, permitirán que el proceso de diálogo inicie
una nueva fase. Estos puntos, a su vez, responden a la propuesta inicial
realizada por los mediadores gubernamentales, para motivar las conversaciones.
Esta iniciativa, por cierto, es cónsona con el proceso de reestructuración de
la MUD, jugada que se espera selle las fracturas dentro de la coalición
democrática.
Dicho
esto, cabría preguntarse ¿Cuáles fueron las propuestas emanadas desde el seno
de la UNIDAD?
Planteadas
en un documento titulado “ACUERDO PARA LA SUPERACION DE LA CRISIS POLÍTICA Y
SOCIAL”, presentado a los representantes de UNASUR, y resumido en la página web
oficial de la coalición, este se enfoca en cuatro aspectos básicos:
1. Fecha concreta de realización de elecciones
para solventar la crisis,
2. Libertad de TODOS los presos políticos,
3. Atención urgente a las víctimas de la crisis
humanitaria
4. Respeto a las atribuciones constitucionales
de la Asamblea Nacional.
Una
vez propuestos, acotaron que “…no son “puntos de agenda” para “empezar a
dialogar”, sino las bases de cualquier acuerdo posible, SIEMPRE Y CUANDO ESE
ACUERDO CUENTE CON SUFICIENTES MEDIDAS ADICIONALES PARA SU VERIFICACIÓN
INDEPENDIENTE Y OBLIGATORIO CUMPLIMIENTO…”
Con
esa amenaza cierra la propuesta de la Coalición democrática. Una vez dicho
esto, cabría preguntarse ¿Cuál es la importancia de la iniciativa? ¿Existe
alguna posibilidad de que se cumpla? ¿Qué podría hacer el gobierno en este
caso? ¿Permitirá esta imposición la construcción de confianza y traerá consigo
la resolución de la crisis? Las respuestas a estas interrogantes son algo
difíciles, pero no difícil de alcanzar.
En lo
que respecta al primer punto, es molesto y vergonzoso verse en la necesidad de
exigir la realización de las elecciones regionales. Esta es una deuda pendiente
con el pueblo, y una que pone en evidencia el verdadero espíritu político de la
revolución, el cual está lejos de la democracia y muy cerca del autoritarismo.
A pesar, de ello, es un clamor necesario, que se debió de exigir el año pasado
a la par del revocatorio… da pena ponerse en ese punto, pero debe hacerse. Pero
para ellos no es prioridad resolver estas elecciones, sino solucionar una
crisis que ellos generaron. La cual, por cierto, se complica cada vez más, pues
las decisiones tomadas solo aumentan los daños. Ellos pertenecen a una extraña
minoría que consideran a la gasolina como una excelente sustancia para poner
fin a los incendios.
En
cuanto a la segunda premisa, cabe señalar que es muy difícil la liberación de
todos los presos políticos. Para el gobierno, muchos de los opositores
encerrados son un verdadero peligro, les conviene más tenerlos donde los pueden
controlar. Por otro lado, tener a estos presos políticos, les provee una suerte
de poder sobre la oposición ¿Cómo así? Pues cada vez que la MUD esté renuente,
liberaran a un preso, de esta forma generan una suerte de incentivo. Dicho en
términos sencillos, usan a estos como una suerte de estrategia del garrote y la
zanahoria. Más que exigir la liberación de todo, se debió de exigir el cese de
la persecución de todos los que adversan al gobierno.
Este
acoso, no se ha materializado solo en la persecución a los diputados de la AN,
sino a esa oscura jugada cuya finalidad es sacar a la UNIDAD del escenario
político; y es que, faltos de imaginación, están ansiosos por emular a Daniel
Ortega. ¡Lo que hay que ver! los otrora secuaces del proceso le están dando
lecciones de autocracia a la revolución.
Por su
parte, si hablamos del canal humanitario, es poco probable que el gobierno
acepte este punto, su orgullo pesa más que el bienestar del pueblo venezolano.
Por eso el punto no verá la luz del sol, de hacerlo el gobierno estaría
aceptando su incapacidad para preservar el supuesto estilo de vida
revolucionario; por lo tanto las medidas que están aplicando con su bolsa o
cajas CLAP se revelarían como ineficaces —no lo han tenido, y solo han puesto
en evidencia el chanchullo que tiene con las importaciones de alimentos— o como
meros paños calientes. Lo cierto, es que la asistencia del exterior hace falta,
especialmente en el sector de la salud, donde hospitales, clínicas,
laboratorios, entre otros, no están prestando determinados servicios por faltas
de recursos, medicamentos y repuestos.
Ahora
bien, en lo que respecta al cuarto punto, ese respeto y reconocimiento es un
derecho inherente al poder legislativo. La AN es elegida por el Soberano, y
cada vez que ellos desconocieron a la misma insultaron, no solo a la
constitución, sino a la voluntad del pueblo. Al margen de ello, la AN merece
reconocimiento, pues resolvieron las distorsiones, según las cuales, la misma
se encontraba en desacato. Pero aun, reconocer a la AN es algo necesario, si se
quiere mantener en el proceso de negociación, pues si no reconoces a la parte
con la que estas negociando, todo el ejercicio se vuelve fútil.
Dicho
esto, cabría preguntarse nuevamente, ¿acatara, en líneas generales, el gobierno
estas exigencias? Creo que no. Son puntos, que para ellos no son canjeables.
Situación que genera un cierre difícil de superar, a pesar que el Gobierno ha
insistido en su compromiso con el diálogo. Esto, desencadenara una guerra de
dimes y diretes, donde el principal será: la MUD solo desea generar caos hasta
que el Imperio le dé el visto bueno para realizar un Fast Track. Por su parte,
siendo objetivo, el exigir estos puntos fijos revela una miopía política muy
grande, y tal vez un deseo ulterior de no reanudar el dialogo. Para ello, se
usan estas cartas para no quedar como los malos.
Por
eso, considero que los verdaderos demócratas, debemos apoyar los puntos
posibles, empezando por las elecciones regionales, las cuales son un DERECHO
del pueblo venezolano. Pero a la par, debemos exhortar a la MUD que suavice sus
posturas por el bienestar del pueblo. Ceder en algunos puntos puede allanar el
terreno para obtener ganancias más sustanciosas a futuro…
La
política es el reino de las pasiones, pero no por ello hay que olvidar la razón
al momento de conducirse por aquel reino.
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