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jueves, 16 de febrero de 2017

Los 4 puntos cardinales de la UNIDAD, por @OmarVillalbaG



Omar Villalba 15 de febrero de 2017

Durante cualquier proceso de negociación, las partes deben determinar los puntos alrededor de los cuales están dispuestos a dialogar. Fijar sus máximos y sus mínimos, determinando hasta qué punto están dispuestos a ceder, y hasta donde están orientados a llegar. En ese dilema, las partes establecen los puntos sobre los cuales no van a ceder; pues hay tópicos que no son negociables: principios como libertad y vida no se tratan, o valores axiomáticos, por mencionar algunos ejemplos.

A este paso se le conoce como: creación de una zona de acuerdo posible, pues allana el terreno y pone en evidencia cuales son los puntos que si se tratarán. Cuáles son los temas a sacrificar para alcanzar y construir una confianza que, a la larga, reportará beneficios.

Esta semana, la UNIDAD ha establecido una serie de condiciones, no canjeables. Estas prerrogativas, de ser satisfechas, permitirán que el proceso de diálogo inicie una nueva fase. Estos puntos, a su vez, responden a la propuesta inicial realizada por los mediadores gubernamentales, para motivar las conversaciones. Esta iniciativa, por cierto, es cónsona con el proceso de reestructuración de la MUD, jugada que se espera selle las fracturas dentro de la coalición democrática.

Dicho esto, cabría preguntarse ¿Cuáles fueron las propuestas emanadas desde el seno de la UNIDAD?

Planteadas en un documento titulado “ACUERDO PARA LA SUPERACION DE LA CRISIS POLÍTICA Y SOCIAL”, presentado a los representantes de UNASUR, y resumido en la página web oficial de la coalición, este se enfoca en cuatro aspectos básicos:

1. Fecha concreta de realización de elecciones para solventar la crisis,
2. Libertad de TODOS los presos políticos,
3. Atención urgente a las víctimas de la crisis humanitaria
4. Respeto a las atribuciones constitucionales de la Asamblea Nacional.

Una vez propuestos, acotaron que “…no son “puntos de agenda” para “empezar a dialogar”, sino las bases de cualquier acuerdo posible, SIEMPRE Y CUANDO ESE ACUERDO CUENTE CON SUFICIENTES MEDIDAS ADICIONALES PARA SU VERIFICACIÓN INDEPENDIENTE Y OBLIGATORIO CUMPLIMIENTO…”

Con esa amenaza cierra la propuesta de la Coalición democrática. Una vez dicho esto, cabría preguntarse ¿Cuál es la importancia de la iniciativa? ¿Existe alguna posibilidad de que se cumpla? ¿Qué podría hacer el gobierno en este caso? ¿Permitirá esta imposición la construcción de confianza y traerá consigo la resolución de la crisis? Las respuestas a estas interrogantes son algo difíciles, pero no difícil de alcanzar.

En lo que respecta al primer punto, es molesto y vergonzoso verse en la necesidad de exigir la realización de las elecciones regionales. Esta es una deuda pendiente con el pueblo, y una que pone en evidencia el verdadero espíritu político de la revolución, el cual está lejos de la democracia y muy cerca del autoritarismo. A pesar, de ello, es un clamor necesario, que se debió de exigir el año pasado a la par del revocatorio… da pena ponerse en ese punto, pero debe hacerse. Pero para ellos no es prioridad resolver estas elecciones, sino solucionar una crisis que ellos generaron. La cual, por cierto, se complica cada vez más, pues las decisiones tomadas solo aumentan los daños. Ellos pertenecen a una extraña minoría que consideran a la gasolina como una excelente sustancia para poner fin a los incendios.

En cuanto a la segunda premisa, cabe señalar que es muy difícil la liberación de todos los presos políticos. Para el gobierno, muchos de los opositores encerrados son un verdadero peligro, les conviene más tenerlos donde los pueden controlar. Por otro lado, tener a estos presos políticos, les provee una suerte de poder sobre la oposición ¿Cómo así? Pues cada vez que la MUD esté renuente, liberaran a un preso, de esta forma generan una suerte de incentivo. Dicho en términos sencillos, usan a estos como una suerte de estrategia del garrote y la zanahoria. Más que exigir la liberación de todo, se debió de exigir el cese de la persecución de todos los que adversan al gobierno.

Este acoso, no se ha materializado solo en la persecución a los diputados de la AN, sino a esa oscura jugada cuya finalidad es sacar a la UNIDAD del escenario político; y es que, faltos de imaginación, están ansiosos por emular a Daniel Ortega. ¡Lo que hay que ver! los otrora secuaces del proceso le están dando lecciones de autocracia a la revolución.

Por su parte, si hablamos del canal humanitario, es poco probable que el gobierno acepte este punto, su orgullo pesa más que el bienestar del pueblo venezolano. Por eso el punto no verá la luz del sol, de hacerlo el gobierno estaría aceptando su incapacidad para preservar el supuesto estilo de vida revolucionario; por lo tanto las medidas que están aplicando con su bolsa o cajas CLAP se revelarían como ineficaces —no lo han tenido, y solo han puesto en evidencia el chanchullo que tiene con las importaciones de alimentos— o como meros paños calientes. Lo cierto, es que la asistencia del exterior hace falta, especialmente en el sector de la salud, donde hospitales, clínicas, laboratorios, entre otros, no están prestando determinados servicios por faltas de recursos, medicamentos y repuestos.

Ahora bien, en lo que respecta al cuarto punto, ese respeto y reconocimiento es un derecho inherente al poder legislativo. La AN es elegida por el Soberano, y cada vez que ellos desconocieron a la misma insultaron, no solo a la constitución, sino a la voluntad del pueblo. Al margen de ello, la AN merece reconocimiento, pues resolvieron las distorsiones, según las cuales, la misma se encontraba en desacato. Pero aun, reconocer a la AN es algo necesario, si se quiere mantener en el proceso de negociación, pues si no reconoces a la parte con la que estas negociando, todo el ejercicio se vuelve fútil.

Dicho esto, cabría preguntarse nuevamente, ¿acatara, en líneas generales, el gobierno estas exigencias? Creo que no. Son puntos, que para ellos no son canjeables. Situación que genera un cierre difícil de superar, a pesar que el Gobierno ha insistido en su compromiso con el diálogo. Esto, desencadenara una guerra de dimes y diretes, donde el principal será: la MUD solo desea generar caos hasta que el Imperio le dé el visto bueno para realizar un Fast Track. Por su parte, siendo objetivo, el exigir estos puntos fijos revela una miopía política muy grande, y tal vez un deseo ulterior de no reanudar el dialogo. Para ello, se usan estas cartas para no quedar como los malos.

Por eso, considero que los verdaderos demócratas, debemos apoyar los puntos posibles, empezando por las elecciones regionales, las cuales son un DERECHO del pueblo venezolano. Pero a la par, debemos exhortar a la MUD que suavice sus posturas por el bienestar del pueblo. Ceder en algunos puntos puede allanar el terreno para obtener ganancias más sustanciosas a futuro…

La política es el reino de las pasiones, pero no por ello hay que olvidar la razón al momento de conducirse por aquel reino.

Omar Villalba

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