Luis Manuel Esculpí 31 de enero de 2017
La
figura proviene de la estructura militar. En los ejércitos los integran los
oficiales que diseñan estrategias, planifican operaciones, ordenan y supervisan
su cumplimiento.
La han
asimilado a toda la estructura gubernamental, como si el trasplante de la
denominación produce efectos mágicos. Teóricamente existen para la economía, la
alimentación, la salud, los CLAP, la electricidad, el invierno y a nivel
parroquial.
Maduro
anuncia ahora la constitución de un nuevo Estado Mayor para Caracas lo
“comandara” Jorge Rodríguez -su gestión como Alcalde ha sido funesta- lo
integra la nueva jefe de la región capital Carolina Cestari quien ha ocupado
diversos cargos en el gobierno, iniciándose como “escolta” de la denominada
“primera combatiente”, hasta ocupar el Viceministerio de la suprema felicidad
del pueblo. Solo esas dos designaciones pueden predecir la suerte que correrá
el estado mayor recién designado. No se diferenciará mucho de los ya
existentes.
Este
tipo de régimen autoritario, aferrado a esquemas gastados, no establece
diferencia alguna entre las acciones de gobierno y las actividades partidistas.
Las fusionan intencionalmente. Sueñan con la existencia del partido único -el de
ellos- por supuesto. No toleran la disidencia, son implacables hasta con la
menor discrepancia en su interior.
Es así
como el Vicepresidente del PSUV y diputado a la Asamblea Nacional, quien
formalmente no ocupa ningún cargo en el ejecutivo pero actúa como tal, el mismo
Nicolas lo ha designado para diversas funciones; en esa contradictoria
relación, de desconfianza mutua y necesidades compartidas.
En su
programa donde el título y el símbolo, recuerda al personaje de una antigua
tira cómica, representativo de la época de las cavernas; se permitió promover
una insólita campaña, para que en las oficinas de la administración pública se
coloquen carteles donde se prohíba hablar mal del Chávez. Exhortó a los
beneficiarios de la Misión Vivienda, a los cuarteles y a los venezolanos en
general a usar la consigna que empleó en la etiqueta del referido programa.
Señaló
además: “quien recibió un taxi revolucionario (?) no puede hablar mal de
Chávez…” Lo mismo para quien esté en el teleférico Mukumbari en Mérida. Nos
gustaría conocer las características de ese automóvil para merecer tal
calificativo, aunque no debiera extrañar, porque ya existieron las denominadas
areperas socialistas.
Más
grave aún es que a los pocos días de la emisión televisiva, comenzaron aparecer
los fulanos cartelitos. Corpoelec , la corporación que dirige el General Luis
Motta Dominguez , se distinguió por ser de las primeras en cumplir con la
“exhortación”.
La
pretensión de convertir en un tema tabú la evaluación del expresidente tiene
por objeto, asignar toda la responsabilidad del desastre actual a Maduro,
exonerando de obligaciones al anterior, para así continuar cultivando el mito y
el culto irracional.
La
prohibición es característica de los regímenes autoritarios actuales que le son
afines, tales como el norcoreano y el cubano. Implica además una flagrante
violación a la libertad de expresión y a los derechos humanos.
Quienes
gobiernan son prisioneros del anquilosamiento, su fraseología trasnochada
carece de inventiva, la irreverencia que acompañó a unos en el pasado, cuando
no existían temas tabúes, pero si los mitos. Para aquellos que fueron
dirigentes estudiantiles esa época quedó en el olvido. El poder los envileció y
corrompió. Los que provienen del mundo militar poseen otra cultura más
pragmática, actuaron con amplitud por ejemplo en CONATEL ; su conducta
posterior sectaria y excluyente es obsesiva porque solo los motiva la
conservación del poder a cualquier costo.
A
quienes alguna vez admiraron y pretendieron emular el movimiento parisino del
año 68 nos permitimos recordarles la consigna emblemática de aquel mes de mayo:
¡Prohibido prohibir!
@lmesculpi
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