Por Luisa Pernalete
Lo mínimo que uno, como
maestra, puede hacer para formar ciudadanos es estudiar la Constitución, que
como sabemos, es el paraguas de todas las leyes en un país. Yo no me voy a
poner con muchas exigencias y esperar que se cumplan los 350 artículos que
tiene nuestra CRBV. Aunque podría uno, pero sueño con que podamos contar con el
artículo 3, y lo cito textualmente, verán que coincidirán conmigo:
“El Estado tiene como fines
esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto de su
dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de
una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y
bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, deberes
y derechos reconocidos y consagrados en esta Constitución”. ¿Qué tal? Les
juro que no lo inventé, lo copié igualito. Vamos por partes.
1. Los fines esenciales
del Estado no son tener a la población sometida, ni poner todos los
recursos a favor de una parcialidad política, sino “la defensa y el desarrollo
de la persona y el respeto a su dignidad”. ¡Qué maravilla! Entonces hay
que evaluar si los venezolanos nos sentimos respetados en nuestra dignidad,
¿serán dignos los discursos ofensivos de algunos gobernantes? ¿Serán dignas las
amenazas reiteradas en cadena nacional?
2. “… el ejercicio
democrático de la voluntad popular”, otro fin esencial del Estado venezolano
según el artículo que no guía, ¿entonces por qué será tan difícil que unos
ciudadanos/diputados puedan entregar una comunicación, digamos, al CNE? ¿Hacer
elecciones no es parte del ejercicio democrático?, por dar dos ejemplos.
3. Otro fin esencial del
Estado: “la construcción de la sociedad justa y amante de la paz”, ello supone
que debe haber coherencia entre fines y procedimientos, como diría Gandhi,
entonces el Gobierno no debe propiciar la guerra, la confrontación; entonces
comprar armas no puede estar por encima de la compra de medicamentos para los
venezolanos; entonces los organismos policiales están para preservar la paz y
no para para amedrentar a los ciudadanos; entonces las OLP -aunque les
pongan todas las letras del abecedario- no son coherentes con la construcción
de una sociedad amante de la paz; y me temo que los altos niveles de impunidad
no expresión de justicia.
4. “Promoción de la
prosperidad y bienestar del pueblo”… estoy pensando en que en mis más de cuatro
décadas trabajando en zonas populares en el interior del país, mis amistades y
conocidos iban mejorando su situación: un año cercaban la casita, el año
siguiente techaban el patio, si la nevera se descomponía la arreglaban, en los
cumpleaños de los hijos había torta y hasta piñata si eran pequeños, pasaban
trabajo pero podían tener espiraciones de mejorar; hoy, estaba recordando que
mi comadre Iris -de San Félix- lleva meses sin nevera porque no tiene cómo
arreglarla, y mi comadre Isabel -de Maracaibo- a veces no manda a su hija
pequeña al preescolar porque no tienen ni para la merienda, “¡Todo se va en
comida!”, me dicen, ni les cuento lo delgadas que están las dos… Bienestar y
prosperidad son palabras que se fueron de sus conversaciones.
5. Finalmente, el Estado
tienen como fin esencial “la garantía del cumplimiento de los
principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta
Constitución”. O sea: que tenemos derecho a los derechos: “manifestar
pacíficamente y sin armas” (artículo 68); los niños y las niñas son Prioridad
Absoluta (artículo 78), en consecuencia no deberían pasar tanto
trabajo… Tengo derecho a soñar que el artículo 3 no se considere una aspiración
conspirativa y debo luchar para que sea realidad.
10-02-17
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