Por Saúl Jiménez
Venezuela rural vivió
épocas bien duras en el siglo pasado donde muchos pequeños productores
individuales se las veían negra para subsistir en medio de toda las situaciones
que tenían que pasar, en La Azulita pueblo del estado Mérida vivían sólo del
café, eso significaba que pasaban todo el año trabajando sin percibir ni medio
hasta que venía la época de cosecha enero-febrero para vender el café y con ese
dinero ajustar cuenta con los bodegueros y empezar de nuevo el endeudamiento
hasta la próxima cosecha, era cíclico y así subsistían, los gobiernos
democráticos después del 58 buscaron mecanismos que les permitiera apoyara los
pequeños productores de café y cacao y se crearon organizaciones para la
comercialización de sus cosechas como fueron las Pacca que en un primer
momento cumplieron su cometido y el café que le recibían a los campesinos se
vendía internamente y el de calidad lavado fino “A” se procesaba para su
exportación y al final de la negociación se les entrega a los productores los
incentivos por exportación lo que conllevaba a que se esmeraran por sacar café
de calidad que les permitiera obtener mayores recursos por su café.
Sin embargo no todo fue color
de rosa porque como pasa con la mayoría de los organismos controlados por el
gobierno y que además mantengan el control de la comercialización con el pasar
del tiempo le fueron limitando la participación en las decisiones a los
productores y se fue creando una rosca de funcionarios públicos que empezaron a
negociar el café sin entregar cuenta de las actividades desarrolladas, los
incentivos de exportación fueron mermando, se les clasificaba el café a los
productores de inferior calidad a lo que realmente tenía, los precios se
ajustaban a lo que ellos dijeran, los pagos empezaron a llegar en forma
retardada hasta que llegó el momento en que no había pago y las deudas con los
productores iba creciendo sin darle ninguna respuesta, eso conllevó a las
protestas generalizadas por todas las zonas cafetaleras y la toma de las Pacca.
En paralelo a las protestas y
lucha de los caficultores se inició un proceso de buscar alternativas de
organización que les permitiera a los pequeños productores de café
comercializar sus cosechas, fueron surgiendo Cooperativas de productores de
café en Táchira, Mérida, Lara y otros lugares del país donde se empezaron a dar
experiencias exitosas en Táchira, Lara con la Cooperativa Coopalar con núcleos
en Guárico y Sanare con excelente funcionamiento y que de inmediato se
organizaron con el asesoramiento del Centro Gumilla de Barquisimeto e iniciaron
un proceso de negociación internacional que les permitió empezar su exportación
en forma directa y que les generó recursos que fueron invertidos en las mejoras
de las fincas cafetaleras, infraestructura para el funcionamiento de la
organización y capital de trabajo para todas las demás labores, igual sucedió
con la Cooperativa de Producción Agrícola Orgánica Quebrada Azul quien
ya arribó a los 25 años de fundada y que desde sus inicios (2do año) empezó el
proceso de exportación, en ese primer año con el apoyo de la Cooperativa de
Lara (Coopalar) y luego desde su segundo año de exportación lo hicieron en
forma autónoma negociando su café con una torrefactora Suiza, a través del
comercio justo, experiencia bien interesante y que como dice el socio de la
Cooperativa Julio Armando: “Eso era lo que conversaba con los muchachos que
cuando en la cooperativa se vendía el café por fuera nosotros recibíamos
platica y podíamos endeudarnos con los prestamos de la cooperativa, así fue que
compré la otra finca de por allá y logré pagarla rápido pero cuando este
gobierno prohibió la exportación eso me desencantó porque donde íbamos a
negociar el café, se nos iba a perder como era antes de organizarnos, yo no
había visto gobierno más malo que este que se puso a expropiar fincas y ahora
no hay quien produzca… yo no séqué es eso de los clapses, estos gobiernos son
una sinverguenzura porque lo que quieren es que la gente esté detrás de un
kilito de arroz y no que uno produzca como Dios manda”.
Esa prohibición de exportación
conllevó a repensar la cooperativa para poder mantenerse a flote, de allí que
se inició el procesamiento del café para su comercialización directa por la
misma cooperativa y llevarla a los diferentes bodegas de Mérida, luego se
iniciaron conversaciones con tiendas de Maracaibo, Margarita, Caracas y
últimamente de Valencia y por esa vía se ha logrado mantener la venta del café
que se produce sin que se afectara directamente al socio productor de la
Cooperativa, además en ese mismo momento se aceleró el proceso que se venía
haciendo con la diversificación produciendo cambur de calidad y con esa
producción de cambur se logró, además de venderlo fresco en forma directa, se
inició la producción de cambur paso con una maquina deshidratadora, luego se
hicieron pruebas para producir harina de cambur dando resultados positivos y
últimamente se inició una 4ta línea de producción con la deshidratación de
otras frutas.
Por eso es importante resaltar
que los procesos de consolidación de las organizaciones económicas de base se
deben dar a partir de sus propios criterios de organización con una
participación democrática, transparencia administrativa y donde todos aporten
trabajo, esfuerzo, capital y procesos educativos-formativos permanentes para
que de esa forma puedan salir hacia adelante y sean ellos sujetos de su propio
desarrollo porque sencillamente les duele y la viven y se puedan convertir en
experiencias exitosas como muchas en el País.
17-02-17
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