EFE 07 de diciembre de 2017
El
gobierno regional de Roraima, estado amazónico brasileño en la frontera con
Venezuela, declaró el estado de “emergencia social” para intentar atender la
crisis provocada por el elevado número de inmigrantes venezolanos que ha recibido
en los últimos meses, informaron hoy fuentes oficiales.
“Queda
declarada la situación de emergencia social en el estado de Roraima debido al
gran flujo migratorio de extranjeros venezolanos que carecen de cualquier medio
de sustento y que ingresan a Brasil por la frontera con el estado de Roraima”,
según el decreto firmado por la gobernadora Suely Campos.
En su
decreto, la gobernadora atribuyó el “intenso proceso de inmigración” por el que
Roraima ha recibido a cerca de 30.000 venezolanos en los dos últimos años, a la
grave “crisis socio-económica de Venezuela”.
El
decreto fue publicado el pasado lunes en el Diario Oficial del estado, pero
sólo trascendió hoy cuando diferentes secretarías de la gobernación informaron
sobre las diferentes tareas que les fueron encomendadas para intentar atender
la crisis generada por el éxodo de venezolanos.
Las
secretarías alertadas son las encargadas de ofrecerle diferentes servicios
públicos, como habitación, salud y educación, a los miles de inmigrantes que se
han establecido en Roraima, muchos de los cuales se han instalado en plazas y
edificaciones públicas sin ninguna infraestructura.
De
acuerdo con cifras oficiales, entre enero y septiembre de este año 12.193
venezolanos solicitaron refugio en Brasil tras haber ingresado al país por la
frontera de Roraima. El número de solicitudes es más de cinco veces superior al
acumulado en los dos últimos años.
Los
venezolanos, que huyen de la grave crisis económica y social en su país, en
donde escasean los alimentos y los empleos, han sido acomodados precariamente
en algunos abrigos abiertos en ciudades como Paracaima y Boa Vista que no dan
cuenta de la demanda.
El
primero de tales abrigos, abierto en la ciudad fronteriza de Paracaima, tiene
capacidad para cerca de 150 personas pero actualmente atiende a unos 500
venezolanos, en su mayoría indígenas de la etnia Warao.
La
gobernación justificó la emergencia social por el “inesperado y rápido aumento
del número de inmigrantes venezolanos que llegaron a Roraima sin poseer medios
y condiciones para mantenerse”, así como por el flujo “intenso, ilimitado y
desordenado” de venezolanos que llega a la frontera.
Tal
éxodo, asegura la gobernación, ha generado “serias dificultadas entre los
equipos encargados de darles apoyo logístico (recepción y acogimiento) en la
frontera”.
La
situación, agrega el respectivo decreto, también ha generado riesgos a la salud
y a la seguridad tanto de los inmigrantes como de los brasileños, y exige una
“rápida respuesta” del poder público para “preservar la salud, la seguridad y
la vida humana en el estado”.
Campos
recordó que Roraima recibió esta semana de la Organización Panamericana de la Salud
(Odepa) una tercera alerta epidemiológica por la posibilidad de que, como
consecuencia de la migración, la región se vea afectada por el brote de
sarampión que afecta desde hace seis meses al estado venezolano de Bolívar, en
donde han sido confirmados 38 casos de la enfermedad.
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