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miércoles, 3 de abril de 2019

Los apagones y la desinformación por @INFOCRACIA



Por Andrés Cañizales


Los dos primeros apagones nacionales los viví a lo lejos. Estaba de visita en España y con la angustia del caso traté vanamente de comunicarme con familiares y amigos. Observé, en esos dos casos, reportes de Netblocks y veía con alarma que junto con la caída eléctrica, caían también el Internet y la telefonía en Venezuela.

Para que no me quedaran dudas sobre la calamidad padecida, 24 horas después de mi arribo a suelo venezolano he estado 4 días consecutivos sin el servicio eléctrico. Y ya sabemos lo que eso significa: sin luz, sin agua, sin Internet, sin telefonía. Y lo más grave, han sido 4 días sin información.

El régimen de Nicolás Maduro, en medio de los apagones, ha estado más enfocado en adjudicarle a otros las responsabilidades que en tratar de brindar ayuda a los venezolanos. Han brillado por su ausencia operativos de contingencia para llevarle agua potable a los sectores afectados, tampoco en medio de la oscuridad se han implementado operativos de seguridad.Los uniformados sólo aparecen en las calles para reprimir alguna protesta ciudadana.

La más grave y diría que imperdonable omisión oficial es en materia de información. Nadie del gobierno brinda información en medio de los apagones: número de estados afectados, precisión sobre planes de contingencia, pronóstico certero de cuándo estará solventada la falla.

Las apariciones de voceros oficiales en medio de los apagones tienen una finalidad propagandística, así de sencillo.

Dado que el gobierno no brinda información, desconocemos la magnitud del problema y cómo ciudadanos no tenemos capacidad de prepararnos. Al igual que millones de venezolanos acabo de vivir en carne propia un apagón de 4 días consecutivos, para el cual no estaba preparado y sin tener la más mínima idea de cuándo iba a concluir.


Paliar o aliviar la calamidad que padecen los ciudadanos, en medio de los apagones, no parece ser una prioridad para el gobierno de Maduro.

En medio de los apagones, tal como se están viviendo en Venezuela, quedamos no sólo a oscuras sino desinformados y desconectados. No sabemos lo que ocurre, salvo en nuestro entorno más inmediato, no tenemos capacidad de saber la magnitud del problema, y perdemos la posibilidad de conocer el estado en el que se encuentran familiares y amigos.

Me dice un buen amigo, los apagones generan desesperanza y desespero. Y estas dimensiones emocionales, parecen jugar a favor del gobierno. Aunque claro, todo tiene sus límites, también el rédito político que el régimen le pueda sacar a la falta de luz.

Escasez de información

Tan política oficial es la omisión informativa que el ministro Motta Domínguez, hasta este 1 de abril al frente del sector eléctrico, guardó público silencio desde el 7 de marzo. Y en esas tres semanas, precisamente, Venezuela padeció apagones de diverso calibre y extensión.

Pasan los días. Al contrario de la escasez de alimentos o medicinas, en las que finalmente se encontraba un paliativo, ante la falta de electricidad y la subsecuente ausencia de agua difícilmente haya capacidad de adaptación.

La gente está resolviendo y respondiendo ante cada apagón, pero el descrédito oficial crece con cada falla, con cada interrupción. Aún no he escuchado, en medio de la oscuridad y el sofoco, el primer grito que diga Guaidó CDSM.

02-04-19




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