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domingo, 12 de enero de 2014

2014… año de la basura, @francodorazio


Por Franco D´Orazio P., 07/01/2014

Desde que comenzó año nuevo o mejor dicho, desde que agonizaba el anterior las calles de Maracaibo se han ido llenando de bolsas plásticas multicolores y cajas de cartón llenas de basura de todo tipo: hojarascas, vidrios, residuos de los pirotécnicos decembrinos, papelerías varias, materia inorgánica en general y otra más preocupante aún, la orgánica como los residuos de comida y otros desechos propios de la actividad humana, que terminan procreando roedores, gérmenes y otros vectores.

Sin que nadie anuncie la gravedad del problema de salubridad pública que eso representa, me refiero a ninguna de las autoridades regionales constituidas o recién electas, además de los responsables directos de tal recolección y procesamiento; la basura va inundando poco a poco las calles y aceras de la ciudad, las esquinas y terrenos deshabitados, así como las peligrosas ‘cañadas’ que son depósitos públicos clandestinos y especialmente problemáticas en épocas de lluvias, porque sus caudalosas aguas arrastran todo lo que consiguen en su cauce e inundan en reverso el delicado reservorio de ‘agua dulce’ que constituye el precioso Lago de Maracaibo, único en el mundo por sus extraordinarias dimensiones, tan colosales como el descuido ambiental al cual está sometido.

Pocas semanas antes de las elecciones decembrinas la ciudad vivió un pugilato de esos que nadie entiende, por tratarse de un tema político de elevada mediocridad, ese tema de la recolección de basura fue utilizado como arma administrativa para debilitar al contrincante, como si no fuera suficiente la incompetencia de su inadecuado procesamiento.

Paralizar la recolección de desechos en una populosa ciudad es como extorsionar al ciudadano para mortificarlo, para detener su diario quehacer, para enfermarlo. Esa es el arma política que se está esgrimiendo contra la ciudadanía marabina, igual que ocurre en otras ciudades importantes del país y en la misma ciudad capital, en este mismo instante… e igual que ha ocurrido en otras latitudes gobernadas por las mismas tendencias como Nápoles en 2011, Bogotá en 2012 o Madrid en 2013, donde los burgomaestres en lugar de la basura, o como tal, terminaron incinerados en las brasas de la administración de justicia.

Espero que esta campanada de alerta despierte con la aurora a los responsables directos de tal actividad, porque la situación popular en Venezuela producto del desbarajuste social, económico y político es tan delicada e impredecible, que no sabemos cuál hilo institucional excesivamente tensado pudiese terminar por deshilachar este entuerto.

http://hechosyopiniones.com/2014/01/07/2014-ano-de-la-basura/

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