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sábado, 4 de enero de 2014

Entiendo que se vayan... pero, @VzlaEntrelineas

MARÍA DENISSE FANIANOS DE CAPRILES jueves 2 de enero de 2014

Estas últimas semanas he escuchado a más personas que piensan irse a vivir a otro país. Entiendo y respeto, profundamente, que tomen esa decisión. Pero lo que sí no acepto es que se pongan a hablar mal de Venezuela o de los venezolanos. Que se pongan a decir que aquí la gente no lucha, que la gente no quiere un mejor país, etc. Y mucho menos permito que se pongan a meternos miedo a quienes hemos decidido ¡con profunda convicción! quedarnos en nuestra patria y luchar ¡hasta el final!

Les pido a quienes se van, que así como nosotros los entendemos a ustedes, nos entiendan a nosotros también. Que entiendan y respeten nuestra decisión de seguir contra viento y marea, luchando aquí por un futuro mejor para todos.

Y sobre todo les pido que no nos llamen irresponsables a quienes decidimos luchar por nuestra patria, con hijos incluidos, porque un irresponsable no es quien quiere a su país y a su gente. Un irresponsable no es quien ha decidido formar aquí una familia y sacarla adelante; ni aquél quien ha invertido hasta "el alma" en este país. Eso no es ser irresponsable, eso es ser valiente y tener fe. Y sobre todo tener mucha esperanza.

Quiero que sepan, algunos que no nos entienden, que muchos de quienes hemos decidido quedarnos aquí no tenemos miedo ni siquiera a la muerte. Sabemos que esto es solo un paso a nuestra patria definitiva que es el cielo, y que la muerte llegará cuando Dios quiera y como Él quiera. Hace poco un amigo, quien hace como 5 años trató de irse a vivir a Canadá y se regresó porque no aguantó, me dijo: "chica, todos nos vamos a morir. Así como nos pueden pegar un tiro, nos puede dar un cáncer o nos puede atropellar un carro, pero yo de aquí no me voy ¡Y punto!". Eso se llama no tenerle miedo a la muerte. Y no le tenemos miedo a la muerte porque vivimos íntegra y honestamente, ¡de cara a Dios! Quienes viven de cara a Dios, y no tienen miedo a la muerte, son los más temidos por aquellos que quieren mantener el poder a costa de lo que sea, porque ellos saben muy bien que quien no tiene miedo a la muerte ese sí es verdaderamente poderoso ante los ojos del mundo y de Dios.

En cuanto a la angustia que nos tratan de sembrar por lo que va a pasar mañana, el mes que viene, el año que viene, ¡no nos interesa! Entiendan que nosotros estamos luchando por el día a día y no nos estamos atormentando con lo que pueda pasar en el futuro. ¡Hoy! vivimos y luchamos como si fuera nuestro último día. ¡Y qué bien la pasamos, y qué felices somos, a pesar de los pesares! Digan lo que digan, hagan lo que hagan, pase lo que pase ¡no vamos a desmayar, ni vamos a perder la esperanza!

Es ahora cuando el ejemplo de Cuba ayuda mucho. Vemos tantos cubanos, en la isla, sufriendo y luchando sin descanso para que la justicia y la libertad lleguen a esa isla. Y hemos oído a otros tantos cubanos que se fueron y nos han dicho: "¡no se vayan!, luchen por su país, ¡no se vayan!".

¿Que aquí vamos a tener problemas? ¿Que vamos a pasar mucho trabajo? ¿Que estamos arriesgando la vida? Yo pienso en tantos de nuestros abuelos, pienso en Juan Pablo II y en tanta gente que sufrió en la guerra, en tantos grandes de la historia que lucharon y triunfaron. Esa es la gente a quien queremos imitar, la gente en quien pensamos y de la que nos apoyamos. Quienes hemos decidido quedarnos aquí no nos importa pasarla duro, ya tenemos tiempo en esta historia y nos hemos convertido como en seres de hierro. Eso no nos hace menos felices, al contrario nos hace ¡más felices!

El 25 yo veía a mi suegra rodeada de sus 6 hijos que quedan (ya uno está enterrado aquí con mi suegro), de sus yernos, sus nueras y sus 18 nietos (varios universitarios) todos ¡felices! En esa casa no se escucha un solo plan de emigrar, ¡para nadie!, solo se oye: "lucharemos hasta el final".

Porque como dijo Valentina Quintero hace días: "los países no se entregan. Tu país es el tuyo, donde  tú naciste, que te pertenece. Tú no puedes decir: yo me voy y que apague la luz el último... No podemos decir: nos mudamos todos del país... No hay nada más triste que ser un inmigrante cuando tú tienes tu país donde tienes tus afectos, tu familia, tus sabores, tus aromas, donde están enterrados tus muertos, ese es tu país y ese es el que todos queremos tener".

Espero que quienes se han ido, y quienes se van, nos entiendan y que en lugar de criticarnos ¡o preocuparnos! nos ayuden con sus oraciones, porque esas sí las necesitamos. Nosotros también rezamos por ustedes para que les vaya muy bien y para que algún día podamos todos juntos abrazarnos en nuestra patria amada en libertad, justicia y paz.

Más temprano que tarde recogeremos los frutos de tantos millones de venezolanos que están dejando, y seguirán dejando ¡el pellejo! en este maravilloso país que nos vio nacer y que nos ha dado ¡tanto! ¡No lo vamos a dejar porque no podríamos vivir con la conciencia tranquila! ¡Así de simple!

Tomado de: http://www.eluniversal.com/opinion/140102/entiendo-que-se-vayan-pero

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