Por Olga Ramos, 07/01/2014
Hace un rato decía en FB y Twitter que desde que leí sobre el abominable asesinato de Mónica Spears y su esposo esta madrugada, no hago más que pensar en esa criatura de 5 años con una herida de bala en la pierna y los cuerpos sin vida de sus padres a su lado, abandonada a su suerte en una carretera… para ella, a partir de hoy, seguridad, Venezuela y vida serán vocablos con un muy diferente significado.
Sin embargo, ahora dedicaré estas líneas a contribuir con la “politización” del hecho.
Señores de los medios, hablen claro y dejen la autocensura pacata:
1. Mónica y Thomas fueron brutalmente asesinados y su hija sobrevivió a un terrible episodio de violencia protagonizado por unos antisociales.
2. Ustedes como todos, saben que las vías en Carabobo están en pésimo estado y cuando baja el sol se convierten en zonas altamente peligrosas en la que los delincuentes estilan lanzar objetos a los carros o colocar obstáculos, para obligarlos a parar y asaltarlos. Eso es demasiado frecuente como para no tener un reporte con estadísticas y que los organismos de seguridad tengan políticas para eliminar esos permanentes riesgos. Además, vendrían bien unos reportajes con fotos de las troneras y el reclamo de un plan de asfaltado general de esas vías.
Señores del gobierno, simpatizantes de los gobernantes y ciudadanos que le temen a la “politización”:
1. La vida y la seguridad son derechos humanos y como ciudadanos no sólo tenemos el derecho a que se nos garanticen, sino el deber de exigir que se garanticen para todos; mientras que el Estado, a través de los organismos competentes tiene el deber de garantizarlos a todos sin ningún tipo de discriminación. Así son las cosas con los derechos humanos, les gusten o no.
2. El derecho a la vida y a la seguridad son asuntos políticos, se desarrollan con legislaciones y políticas públicas. Como tales son asunto de todos y en nuestro caso, el artículo 62 de la Constitución consagra el derecho de todo ciudadano a participar en la definición y evaluación de dichas normas y políticas.
3. Lo que no se puede hacer ni con los derechos humanos, ni con el Estado, ni el gobierno, es partidizar su garantía o su gestión, como estamos cansados de verlo en estos 15 años. Tampoco está permitido utilizar los recursos del Estado y del gobierno para instigar a otros a violar las leyes o los derechos humanos, ni promover el uso de la violencia, con hechos y discursos desde el poder. Eso es contrario a los derechos humanos y a la institucionalidad democrática.
Así se llaman a las cosas por su nombre y se politiza lo que se tiene que politizar.
http://opinionpuraydura.wordpress.com/2014/01/07/politizando-el-asesinato-de-monica-y-thomas/
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