Gráfico 1: Inflación de Venezuela en contexto. |
Por Anabella Abadi M. 31 de Diciembre, 2013
Luego de 20 días de retraso –las
normas que regulan el INPC indican que se debe publicar dentro de los primeros
10 días de cada mes–, el Banco Central de Venezuela dio a conocer en una nota
de prensa que la inflación de noviembre 2013 fue 4,8% y de 2,2% en
diciembre. Desde que se calcula el INPC
en 2008, la publicación se ha retrasado en 3 ocasiones, todas en 2013: en enero
de 2013, al publicarse el día 11; en
abril de 2013, al publicarse el día 15, un día después de las elecciones
presidenciales; y en diciembre de 2013, al publicarse el día 30.
Con estos resultados, la inflación de
2013 cierra en 56%, la inflación anual más alta desde 1996 cuando fue 103,2%.
La inflación de 2013 es equivalente a 9,5 veces la inflación promedio de
Latinoamérica y el Caribe en 2012 (5,9%). A su vez, la inflación de Venezuela
en 2013 fue 5 veces la estimada por el FMI para 2013 en Latinoamérica y El
Caribe (10,8%), y 41 veces el promedio mundial estimado (1,4%) para el mismo
año. Vale decir, la inflación anual a noviembre 2013, fue la inflación anual
más alta en la historia del INPC: 58,1%.
Noviembre fue el mes de Daka, el mes
de la fiscalización agresiva de establecimientos comerciales. En este período
el gobierno agudizó su embestida contra lo que ha denominado la “guerra
económica” mediante el anuncio de una serie de medidas que condujeron a rebajas
forzadas, “rebajas voluntarias”, largas colas en diversos comercios e incluso
saqueos o “compras sin pagar”. Pero, a pesar de todo este esfuerzo, la tasa de
inflación disminuyó apenas 0,3 puntos porcentuales en relación con la del mes
anterior y es considerablemente mayor que la observada en noviembre del 2012
(4,8% en 2013 vs 2,3% en 2012). Los sectores que más claramente fueron
identificados como objetos de medidas particulares fueron: productos
electrodomésticos, textiles y calzados, ferretería, juguetes y vehículos. En
diciembre continuaron las fiscalizaciones, y la inflación registrada fue de
2,2%, 1,3 puntos porcentuales menor que la registrada en diciembre de 2012 (mes
en que fue 3,5%).
Para entender este resultado es clave
considerar que la inflación se calcula con base en la cesta del consumo
promedio del venezolano, la cual se estima con una enorme encuesta que realiza
el BCV y que se denomina la “Encuesta de Presupuesto Familiar” – la última se
realizó en el período 2008-2009.
La canasta de bienes y servicios que
sirve de base para el cálculo de la inflación está compuesta por las siguientes
categorías generales cada una con un peso específico en el presupuesto
familiar:
Tabla 1: estructura de gastos del venezolano. |
De esta manera, por ejemplo, en
noviembre 2013, equipamiento del hogar (que incluye electrodomésticos) registró
una inflación en noviembre de -1,1% (único rubro que mostró disminución de
precios), pero tan solo representa 4,86% del índice de precios con el que se
calcula la inflación. Alimentos, por su
parte, un sector en que se realizaron inspecciones menos agresivas que las del
Dakazo y que de por sí cuenta con centenares de precios regulados, representa
41,09% del índice, pero tuvo una variación de 7,5%, por lo que su contribución
al valor general de la inflación fue considerablemente mayor.
De esta manera, las 5 categorías de
bienes que contribuyeron con 74,6% de crecimiento de los precios en noviembre
2013 fueron: alimentos con una inflación de 7,5%, la cual aportó 3,08 puntos
del total del mes; bebidas alcohólicas y tabaco con inflación de 5,5%, aportando 0,24 puntos; vestido y
calzado con inflación de 4,2%, aportando 0,21 puntos; alquiler de vivienda con
inflación de 1,1%, aportando 0,05 puntos; y servicios de la vivienda (excepto
teléfono) con inflación de 3,3%, aportando 0,03 puntos.
En la tabla que sigue se observa como
contribuyeron todas las categorías de bienes y servicios a la inflación global,
su peso relativo así como la variación intermensual de precios en la categoría.
Según los resultados publicados por el
BCV, los rubros sujetos a fiscalización en noviembre 2013 fueron: vestido y
calzado, equipamiento del hogar, transporte, comunicaciones y esparcimiento y
cultura. Si bien los precios del equipamiento del hogar disminuyeron y los
precios de los otros 4 rubros fiscalizadores desaceleraron, su aporte
conjunto al INPC es de apenas 26%. En contraste, los precios del rubro de
alimentos, que aporta 41,09% al INPC, se aceleró al pasar de 5,6% en octubre a
7,5% en noviembre.
Si bien la nota de prensa del BCV no
hace mención a la inflación por estratos socioeconómicos, es un hecho que los
estratos con menores ingresos sufren la inflación más elevada: en el estrato I
(el 25% de la población con ingresos más bajos) la inflación anual al mes de
octubre 2013 fue de 57,5%, mientras que la inflación general acumulaba 51,7%.
Este resultado es en buena parte producto del mayor peso que tienen los
alimentos en el consumo y la compra en unidades más pequeñas (usualmente se
venden a un precio mayor).
Un error común en el cual suelen caer
algunos voceros gubernamentales es hablar de una caída de los precios cuando la
inflación mensual disminuye. El que la
inflación sea menor que el mes anterior no significa precios menores, significa
que crecieron pero menos que el mes anterior. Lo correcto es indicar que se
produjo una desaceleración del crecimiento de los precios, pues recordemos que
el valor de 4,8% de inflación de noviembre 2013 y el de 2,2% de diciembre 2013,
significan que en promedio los precios aumentaron en ese porcentaje.
Este resultado nos recuerda que
medidas como las adoptadas contra diversos establecimientos comerciales no son
medidas que resuelvan el problema de la inflación –al contrario, muy
probablemente agudicen el problema en los próximos meses producto de la
acelerada disminución de inventarios y posible reducción en la oferta de bienes
y servicios- . De hecho, en la medida en que no exista control sobre la
liquidez, no se promuevan inversiones y
aumentos en la oferta en la producción local y persistan las distorsiones del
mercado cambiario resulta inevitable que el problema de la inflación y escasez
persista como una de las mayores dificultades económicas que afectan la calidad
de vida del venezolano en el 2014.
Antes de cerrar, vale la pena hacer un
breve paréntesis para hablar de una nueva metodología aplicada por el BCV:
inflación contra factual. En la nota de prensa publicada, BCV afirma que: “tal
y como se apreció en octubre, la especulación sobre precios de bienes y
servicios se encontraba desatada, lo que hubiese podido arrojar una variación
mensual cercana al 6% en noviembre. Las medidas de inspección y fiscalización
permitieron contener esta tendencia en noviembre y revertirla en diciembre”.
Esto es clara señal de que los resultados de las fiscalizaciones no fueron los
esperados en noviembre (bastante lejano al -5% estimado por el Presidente
Maduro), por lo que el INE y el BCV debieron esperar hasta diciembre para
publicar un “mejor” resultado.
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