ANTONIO MARIA DELGADO 07 de enero de 2014
Venezuela está a las puertas de
ingresar en un período de vacas flacas sin precedentes en su historia moderna,
que condenará a los venezolanos a pasar más tiempo haciendo cola frente a los
supermercados que disfrutando de los pocos productos que encontrarán en los
anaqueles, dijeron expertos al comentar sobre las consecuencias de los planes
del régimen de Nicolás Maduro de reestringir aún más el mercado cambiario.
Analistas consultados dijeron que pese
a la enorme renta petrolera que percibe el Estado, los venezolanos verán este
año una escasez mayor a la que están acostumbrados y los primeros pasos del
gobierno bolivariano de emprender políticas de racionamiento que les permitan
administrar políticamente el desabastecimiento de los productos.
“Lo que viene ahora es un
racionamiento de la oferta del sector privado. Eso va a significar
racionamiento de bienes y servicios”, comentó el analista y columnista David
Morán.
“No van a aplicar la tarjeta de
racionamiento cubana, pero sí van a comenzar a restringir el acceso a los
productos con una diversa gama de mecanismos, como los ‘chips’ que están siendo
aplicados para racionar la venta de gasolina en algunos estados, la
implementación de horarios para realizar las compras”, explicó.
Y algunos productos simplemente van a
pasar períodos sin aparecer en las tiendas, fenómeno que ya comenzó a suceder,
dijo Morán.
“La escasez del aceite de maíz ya
supera el 90 por ciento. Está desaparecido casi totalmente de Venezuela”,
agregó.
El que padezcan de una crisis de desabastecimiento,
con proyecciones de que el índice de escasez podrían pasar del actual nivel de
20 por ciento a 40 para la segunda mitad del año, es una trágica ironía para
los habitantes de un país que sigue disfrutando de una enorme bonanza
petrolera.
Pero el modelo chavista, basado en la
aplicación de políticas para incrementar el control del régimen sobre la
actividad económica, ya no da más, en vista de la insuficiencia de la renta
petrolera de satisfacer el enorme apetito fiscal de la Revolución Bolivariana,
dijo Francisco Ibarra, director de la firma de asesores Econométrica.
En países con alguna racionalidad en
el manejo de su política petrolera, el gobierno aplicaría drásticas medidas
para reducir el déficit, pero en Venezuela la conducción económica no es
aplicada para fomentar el bienestar de los ciudadanos sino para ejercer un
mayor control político sobre la población, explicó Ibarra.
Actualmente, los esfuerzos del
chavismo por ampliar su control sobre el sector privado están siendo aplicados
principalmente a través las restricciones que impone al mercado cambiario, con
el régimen decidiendo cuales empresas pueden tener acceso al tipo de cambio
oficial.
Esos dólares son cruciales. En un país
donde el aparato productivo ha sido atrofiado hasta la irrelevancia por 14 años
de políticas revolucionarias, la importación de productos para revenderlos es
una de las pocas actividades comerciales que siguen siendo viables.
Pero la situación está por empeorar,
dijo Morán.
La creciente crisis de liquidez que
enfrenta el régimen, con los ingresos petroleros mostrándose insuficientes para
cubrir el gigantesco gasto del Estado en una proporción de 15 por ciento del
PIB, está llevando a Maduro a diseñar un nuevo esquema donde el sector privado
tendría un acceso aún menor a los dólares.
Los detalles del esquema aún no han
sido anunciados, pero parte de lo que traerán pudo verse el lunes, en un
discurso brindado por Maduro para anunciar un aumento de 10 por ciento del
salario mínimo, comentó Morán.
“Maduro dijo hoy: los dólares son del
gobierno. Si sobran, bueno, daremos algunos, pero los dólares son nuestros
porque provienen de la renta petrolera, nos pertenece en su totalidad”,
explicó.
Ibarra reiteró que las medidas que
están siendo diseñadas por el régimen buscan incrementar aún más el control del
Estado sobre la economía, planteamiento que terminará por empeorar el ya agudo
problema de desabastecimiento de productos.
“Ellos lo que están buscando es
incrementar el control del Estado sobre la economía. Eso tiene unos costos de
eficiencia importantes. Si lo que vas a hacer es continuar utilizando todos
estos canales que al final lo que generan es corrupción e ineficiencias. Al
final, lo que vas a tener es que por cada dólar que tengas, vas a importar una
fracción aún menor en productos”, dijo Ibarra.
“Eso no resuelve el problema que tiene
Venezuela sobre la asignación de su divisa, sino que los agrava. Todo indica
que las cosas se van a seguir deteriorando”, sostuvo Ibarra, insistiendo en que
un mayor control del Estado de las importaciones derivará en mayor escasez.
Pero ese no es un tema que preocupe en
gran medida al régimen bolivariano.
“El proyecto político que ellos
ofrecen no es un proyecto de abundancia. No es un proyecto enfocado a la
creación de condiciones para que los anaqueles estén llenos con 10 o 15 marcas
diferentes del mismo producto para que el consumidor pueda elegir”, comentó
Ibarra.
“Lo que ellos buscan no es otra cosa
más que el control total del Estado sobre la vida de los individuos, y en
particular sobre la economía. De modo que para ellos la escasez no es un
problema en sí mismo. El problema es ver cómo manejan políticamente esa escasez
para ejercer más control”, advirtió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico