Por David Bonyuet, 01/02/2017
¡Aquí no se habla!... de todos
los enfermos que se suicidan porque no consiguen los remedios que necesitan
para calmar sus dolencias. Tampoco se habla de los niños que se prostituyen por
comida, mientras el presidente destituido se harta de comer arepas todos los
días. Aquí no se habla de los pacientes que lloran desesperanzados en los
hospitales porque saben que el único remedio que les queda es la muerte SEGURA.
No existe gobierno, pero tampoco liderazgo en la oposición. ¡Aquí no se habla!
Desde hace más de una década los
jóvenes que se gradúan de la universidad solo buscan irse al exterior, pero
ahora las cosas están mucho peor. Una amiga me comentó que su hijita que apenas
está en bachillerato, llorando le suplicaba “mama, vámonos a otro país, ¡esto
está muy feo!” ¿Que le puedes decir a esa niñita si ya no hay revocatorio, la
MUD está distraída con un monólogo inservible y no hay ninguna Salida en el
horizonte?... pero ¡aquí no se habla!
En muchos otros países es normal
que si tienes un familiar enfermo, tus compañeros se solidaricen y escuchen tu
historia como una desgracia. En Venezuela esa historia es una total calamidad,
pero la desesperanza es un lugar común de muchas familias. ¡Si hay solidaridad!
pero también las tragedias de otros es peor que la de uno. El mensajero no ha
comido, la recepcionista menos y sus familias tampoco. Nadie habla de los miles
de venezolanos que huyendo del hambre prefieren andar como mendigos en los
países de la frontera en vez de morir de hambre en el propio. ¿Cómo va a
sobrevivir un pobre si la cesta básica familiar es de 25 salarios mínimos? ¿De
qué se puede hablar del chavismo que no sea con arrechera y un profundo dolor?
¿Que paso con nuestra amada Venezuela, tierra de alegría y prosperidad?
¿Quién habla de los niñitos que
se desmayan en las escuelas porque llevan varios días sin comer o viven en los
márgenes del Guaire pescando basura para vivir? ¿En qué otro país del mundo
salen los niños con cáncer suplicando por sus medicinas en las calles? La
desnutrición que afecta a casi el 50% de la población infantil tendrá efectos
irreversibles en su formación física e intelectual, pero… ¡aquí no se
habla!,... nada de eso le importa a la comitiva presidencial que de paseo en
paseo derrocha a manos llenas los recursos que necesitan urgentemente todos los
hospitales del país. Aquí no se habla de los ataques a la iglesia porque este
régimen además de criminal es satánico.
¡Aquí no se habla! ... de cómo
los policías viven asustados pues los malandros están muchísimo mejor equipados
y los atacan con armamento de guerra: ¡la revolución tiene el malandraje a
millón! y que lo diga el vicepresidente que dejo a su estado con el mayor
índice de asesinatos. El gobierno solo promueve la violencia mientras la
población vive aterrorizada cada día y todos los días, pero de eso ¡aquí no se
habla!
A todos los guerreros del teclado
y tuiternators: ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS! Ustedes son la representación genuina de
Simón Bolívar en su exilio, cuando en Jamaica escribió: “el velo se ha rasgado
y hemos visto la luz y se nos quiere volver a las tinieblas: se han roto las
cadenas; ya hemos sido libres, y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos”,
probablemente hoy en día algún diputado 'desde la comodidad de su curul' le
reclamaría al Libertador sus críticas por venir de allá lejos. Destituyeron al
presidente, iban a cambiar a las rectoras del CNE e impugnarían al TSJ, y aun
así aquí todo sigue igualito, pero los malos son los que reclamamos un mejor
país y ¡aquí no se habla!
Son bonitas las protestas “flash”
hechas en la semana, pero hay que reconocerlo: ¡burro no sale a pellizcos! Las
manifestaciones tienen que ser contundentes, constantes y crecientes. Hay que
avanzar pacíficamente e impactar allá en el centro del narcotráfico
internacional: ¡Miraflores!
Menos cuento y más acción, con
profunda responsabilidad lo afirmó: ¡hay que tumbar esta dictadura!
Tomado de:
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