Por Víctor Amaya
El primer vicepresidente de la
Asamblea Nacional, y coordinador encargado de Voluntad Popular, asegura que la
Unidad debe trazar una ruta común para recuperar el voto y no llegar a un
escenario electoral “al estilo de Nicaragua”
-¿Cómo se organizan esas protestas “sorpresas”
como las que comenzaron el martes 24 de enero?
-Justo después de la movilización del lunes 23 de enero, nos reunimos y dijimos que no podíamos seguir chocando con la misma piedra y generando más frustración. Si no podemos cumplir el objetivo porque el Gobierno lo impide, tenemos que generarle una consecuencia. El Gobierno no puede seguir tomando las decisiones que toma sin pagar costo político. En este caso la consecuencia es generarle una proteste que les moleste, una incomodidad. Porque un Gobierno lo que busca es tranquilidad, y nosotros tenemos que romper la normalidad porque no estamos en un país normal.
-Esto incluye tener mucha
organización para poder activar y recoger. ¿Quién está organizando esto?
-No es que esta va a ser ahora la estrategia de la oposición. Es una nueva táctica dentro de una nueva estrategia en una nueva realidad. Nos estamos adaptando, la sociedad democrática, para enfrentar la dictadura en un nuevo contexto. Antes el centro de la estrategia era ganar una elección, ahora es cómo logramos tener elecciones. No tenemos en esto una organización clara, un responsable. El 23 de enero estuvimos articulando varios dirigentes y cada quien bajó la línea a su partido para movilizarnos.
-¿Cuál es esa “nueva
estrategia”? ¿Ya hay por fin unidad de criterios en la MUD?
-En VP tenemos muy claro lo que hay que hacer. Falta que sea un criterio común, o construir uno si no es el nuestro, que nos convenzan de algo mejor. Hoy estamos haciendo muchos esfuerzos, capaz no tan rápido como quisiéramos, para poder tener un panorama real frente al gobierno de cómo enfrentar al Gobierno. El principal reto en la dirección opositora es plantear una visión unificadora creíble, que motive y tenga legitimidad. Eso nos va a permitir retomar la energía que se perdió por el diálogo fracasado.
-¿Qué hace falta para
convencer al resto de la Mesa o para ser convencidos?
-En política la decisión que termina imponiéndose tiene que ver más con la fuerza política y las realidades que con otra cosa. Aquí confluye la realidad que va indicando lo factible y lo correcto, y la fuerza política de los actores. El año pasado es un buen ejemplo: el revocatorio al principio no todos lo estábamos apoyando, pero la fuerza política que cogió y la realidad de que nos dieron la planilla y cogió más vuelo, hizo que avanzáramos hacia allá. Hay que ver qué dicta la realidad, pero y será una idea que tenga el respaldo mayoritario la que terminará imponiéndose.
-¿Cómo están las relaciones en
la MUD? En diciembre supimos que hubo reuniones a la que VP ni asistía.
-Eso es paja. Quien lo dijo buscaba generarle rollos a Voluntad. Nosotros hemos participado en varias reuniones.
-El nuevo reglamento interno
se discute hace semanas y pareciera no avanzar.
-Para nosotros el reglamento es consecuencia de la política. VP no quiere aprobar ningún reglamento si no hay primero una discusión de cuál es la ruta. Lo que nos tiene que unificar no es un reglamento sino una visión de la realidad y cómo transformarla. ¿Lo que está planteado es una política como antes de que nos robaran el revocatorio o la de después? Son dos visiones distintas. No podemos seguir en una esquizofrenia. Y no es lo mismo exigir elecciones de gobernadores para meter a los míos o pedir unas elecciones generales. Nosotros creemos en la descentralización, tenemos candidatos, queremos ir a primarias y ganar varias, pero la solución de este país no es ganar las gobernaciones. Lo que no podemos es confundir un hito para un cambio, con el cambio. Estamos negados a que el foco de la oposición este año es ganar las gobernaciones. Primero, es falso porque no habrá gobernaciones competitivas, al paso que vamos inhabiliten a Capriles, la mitad de nuestros candidatos están presos o en el exilio, ilegalizan a los partidos y terminaremos eligiendo entre los candidatos de la oposición tolerada u oficialista y los del gobierno.
-Pero el reloj corre y se
espera que la MUD defina su ruta.
-Creo que vamos a llegar a un acuerdo pronto. La tesis nuestra es que tenemos que hacer valer el abandono del cargo, que tenemos que convocar un referendo popular para que la gente se pronuncia, que tenemos que hacer valer las decisiones de la AN y del pueblo, a través de la movilización de la calle y el respaldo internacional; y si llegan las gobernaciones claro que las vamos a ganar, pero no ser concebido como que ese es el foco de la lucha y nos olvidamos de que nos robaron el revocatorio, de los presos de que a la Asamblea la desconocen, y seguimos aquí haciendo leyes de mentira, hablando para Capitolio TV, la gente comiendo basura y nosotros haciendo un modelo de Naciones Unidos aquí. Estamos avanzando hacia allá.
-“Pronto” suena muy
indeterminado.
-Tenemos que poner un límite de tiempo y si no hay acuerdo, pongamos a la gente a elegir las tesis políticas e incluso la dirección de la Unidad si hiciese falta. No es lo ideal, sino el acuerdo. Pero ante una tranca, pues que la gente elija.
-¿En la MUD hace vida
oposición tolerada u oficialista?
-Tolerada sí, o más toleradas que otros. Hay partidos que, por diferentes razones o liderazgos, tienen una visión que de alguna forma es producto de la desesperanza o convicción, creen que no hay otra forma de derrotar a la dictadura sino bajo las formas y los tiempos de ella. El Gobierno va a tolerar posiciones de partidos o liderazgos que estén abogando por un calendario electoral “normal”, y quienes vean el diálogo como un instrumento de estar ahí y no para buscar soluciones.
-En el caso de Gilber Caro
resalta la violación a la inmunidad y una falta de defensa firme desde la AN.
Mañana puede ser cualquier otro parlamentario.
-Sin duda podemos hacer mucho más. Hemos sido demasiado pasivos. Se fue todos los días a Carabobo, luego a Guárico donde lo tienen. Pero hay que hacer más. Lamentablemente, con este gobierno, no es suficiente estar todos los días en presencia.
-¿Hace falta
“desparlamentarizar” a la oposición? Se aprobó la Ley de Cestatickets para
Pensionados que no se aplica pero nadie sale a pelearlo con los abuelos, por
ejemplo.
-La palabra no es desparlamentarizar. Sería, que dejemos de vivir una realidad ficticia, paralela. Nos falta asumir a todos que estamos en dictadura. Se acabó la democracia. Creo que el Parlamento tiene que ser un instrumento de lucha, pero las decisiones que tomamos acá deben hacerse vinculantes con la fuerza del pueblo en la calle y con el respaldo de la comunidad internacional. Eso abre el camino a la democracia.
-Unasur y los mediadores
dieron respaldo a la existencia de la Asamblea. ¿Qué consecuencias puede traer
eso?
-Los mediadores trajeron una propuesta que imagino fue preparada antes con el Gobierno y la gran pregunta es por qué el Gobierno estaría interesado en eso ahora. Al día de hoy, no ha habido un cambio mayor de la relación institucional hacia la Asamblea Nacional.
-¿Hay un acercamiento entre VP
y PJ? El discurso de Julio Borges coincide incluso en terminología, se
organizan protestas junto a Capriles.
-Claro que lo hay. Es producto de la realidad. Pero no es solo con Henrique y con Julio. PJ y VP son dos de los principales partidos, tienen a los dos principales líderes en encuestas, tienen al Presidente y Vicepresidente de la Asamblea Nacional, son los que tienen más alcaldes. Tenemos que buscar una estrategia. El año pasado también tuvimos buena cercanía con AD, con Henry, y seguimos con buenas relaciones con María Corina y con Antonio (Ledezma). Lo que estamos es tratando de articular una conducción política.
-¿Pero cuáles han sido las
trabas para lograr esos planteamientos comunes de cómo actuar?
-Primero, hay una percepción distinta de nuestra fuerza. Hay quienes pensamos que la fuerza potencial del descontento, del respaldo de la oposición, de la AN, de respaldo internacional, y las molestias internas en el Gobierno son un caldo de cultivo fuerte para poder generar un cambio no violento ya. Y hay quienes creen que eso no es posible, que no tenemos la fuerza, que ellos tienen los militares; ven la dictadura más fuerte de lo que es. Segundo, creo que tiene que ver con formación, de visión de la política. La nuestra está vinculada a cómo salir de una dictadura con lucha no violenta, resistencia civil, rebelión democrática. Hay algunos que no tienen el mismo nivel o no comparten esas tesis y creen que el único camino es alguna elección que llegue. Pero hoy no hay elecciones, o al menos no competitivas, porque lo que está planteado es un escenario tipo Nicaragua: con la oposición que al Gobierno le dé la gana.
-¿Este es un gobierno débil o
fuerte?
-Súper débil. El Gobierno perdió apoyo popular, internacional y dinero. Solo le queda la pata de la represión. Por eso se afinca tanto en ella. Y sí, se siente más presión porque la silla de Miraflores solo se sostiene con esa única pata, pero las probabilidades de que se quiebre ante la presión es mucho mayor. El gobierno es débil pero solo se sostiene porque la oposición no termina de hacer lo necesario para salir de esta dictadura.
-Voluntad Popular es
calificado como terrorista. ¿Cómo se preparan para el peor escenario, el de
pasar a ser proscritos?
-Hemos trabajado bastante el tema internacional. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos está por dar por primera vez en la historia unas medidas cautelares de protección a un partido político. La CIDH, que no es la Corte de la cual nos salimos, reconoce que VP es un partido perseguido, y da medidas cautelares a mí y a una gran cantidad de activistas. El sistema interamericano de Derechos Humanos, que la gente puede decir que el Gobierno se lo pasa por el culo pero este y los demás países sí le paran, reconoce que VP es un partido perseguido. Más allá de eso, Rómulo Gallegos decía que pretender ilegalizar Acción Democrática es pretender ilegalizar el aire, porque AD no es una tarjeta sino un sentimiento. Lo recuerdo porque es absurdo que el Gobierno crea que VP es una franela naranja o una foto de Leopoldo.
-¿Está usted dispuesto a pagar
cárcel?
-Claro. Así como un bombero está dispuesto a quemarse.
-¿En las decisiones del
partido cómo participa Leopoldo López?
-A través de la familia y sus abogados, pero se complica mucho y además influye el juego del telefonito. Imagínate un debate político de esta complejidad a través de tres, cuatro, y donde no se puede hablar bien allá. Es complicado. Leopoldo nos ha manifestado su confianza y eso facilita muchos las cosas. Muchas veces llegamos a las mismas conclusiones sin hablarlo previamente. Yo se lo digo al Gobierno: ¿Ustedes quieren diálogo? Vayan a reunirse con Leopoldo que lo tienen encerrado, ellos saben dónde está. Así hizo el Apartheid en Suráfrica con Mandela.
01-02-17
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