BBC News Mundo 14 de febrero de 2020
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Juan Guaidó regresó a Venezuela este martes.
El líder opositor no lo tuvo fácil a su llegada a
Caracas, donde sufrió los golpes, empujones e insultos de un grupo de
simpatizantes del gobierno que lo esperaban en el aeropuerto.
Un video difundido por simpatizantes de Guaidó mostró
que en el control de inmigración le fue requisada su cédula de identidad.
Los accesos al aeropuerto fueron bloqueados por
fuerzas militares desde horas antes de la llegada del vuelo procedente de
Lisboa en el que llegó Guaidó y se desplegaron equipos de lanzamiento de
misiles en lugares visibles de la carretera que conecta la ciudad de Caracas
con el aeródromo internacional Simón Bolívar de Maiquetía.
Pero, pese a estos obstáculos, Guaidó -a quien Estados
Unidos y la mayoría de países europeos y latinoamericanos reconocen como
presidente interino de Venezuela- no fue detenido y poco después de aterrizar
participó en un mitin con sus seguidores en el feudo opositor de Chacao, un
municipio de clase media de Caracas.
Por qué había expectación
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela
prohibió en enero de 2019 que Guaidó saliera de Venezuela.
El gobierno de Nicolás Maduro considera al líder
opositor un "terrorista" y un "traidor" controlado por
Estados Unidos, pero hasta ahora no ha dado el paso de su detención.
El presidente de la Asamblea Nacional ya desafió la
prohibición del TSJ en febrero de 2019, cuando apareció en un concierto
celebrado en Colombia con el objetivo declarado de recaudar fondos para la
"ayuda humanitaria" a Venezuela.
Guaidó regresó entonces por vía aérea a Caracas.
Su fotografía identificándose a la llegada sin ser
molestado por los agentes de inmigración se consideró entonces una afrenta a la
autoridad de Maduro, a quien Guaidó y sus seguidores consideran un
"dictador".
Por qué lo dejaron pasar
En la última etapa de la gira internacional de la que
regresaba esta vez, Guaidó recaló en Washington, donde el presidente
estadounidense, Donald Trump, le reiteró su apoyo en la lucha contra Maduro.
Mientras estaba allí, un funcionario de la Casa Blanca
advirtió a la dirigencia chavista de "consecuencias significativas"
en el caso de que el líder opositor sufriera "cualquier daño" a su
vuelta, unas palabras cuyo eco amplifican acciones recientes como el ataque que
mató en Irak al general iraní Qasem Soleimani.
Durante la visita de Guaidó a Washington, el analista
de la Oficina de Washington de América Latina David Smilde vaticinó en un
artículo en el New York Times que el apoyo de Trump "aumentará las
posibilidades de que Guaidó pueda volver a Venezuela sin ser arrestado".
Los seguidores del gobierno suelen pedir el
encarcelamiento del dirigente opositor en los mítines en los que
participan.
Este mismo martes, quienes le esperaban en el
aeropuerto gritaban "Guaidó a Tocorón", en alusión a una de las
prisiones más conocidas y de peor reputación del país.
Cuando el político salió por la terminal, le
reprocharon a gritos la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos.
También lo llamaron "asesino" y "traidor".
Nicolás Maduro ha dicho refiriéndose a Guaidó en
repetidas ocasiones que "el tiempo de Dios es perfecto", insinuando
un arresto que hasta ahora no se ha producido.
Pero en las últimas semanas se aprecia un cambio de
tono. "Maduro insiste a las bases chavistas en que no hay que dejarse
distraer de los asuntos principales y Guaidó es descrito como un don nadie,
alguien a quien se debe ignorar", explica Guillermo Olmo, corresponsal de
la BBC en Venezuela.
El fiscal Tarek William Saab dijo recientemente que
Guaidó "es la nada".
"El gobierno da la impresión de haber sacado
conclusiones tras lo que ocurrió el 5 de enero en la Asamblea Nacional, cuando
un diputado opositor tránsfuga intentó desplazar a Guaidó de su presidencia con
el apoyo del chavismo", indica Olmo.
"Entonces quedó claro que una acción abiertamente
hostil y visible contra Guaidó puede tener el efecto contrario al deseado y
relanzar su causa justo cuando muestra signos de agotamiento", añade el
corresponsal.
"Parece también una de las razones por las que
las fuerzas de seguridad y los grupos irregulares afectos al gobierno ponen
tanto celo en impedir el trabajo de los periodistas en la cobertura de las
actividades de Guaidó".
Entonces, ¿Guaidó no corre peligro?
Las fotografías y videos que muestran los golpes y empujones
que sufrió a su llegada muestran que la posición del líder opositor sigue lejos
de ser cómoda.
No es la primera vez que se ve envuelto en forcejeos e
incidentes al término de los cuales miembros de su equipo y de los medios de
comunicación denuncian haber sido agredidos por los partidarios de Maduro.
El día antes de su regreso a Venezuela, Maduro lo
señaló directamente en un acto de protesta contra las sanciones a la aerolínea
Conviasa, las últimas que ha impuesto Washington: "Les pidió a sus amigos
de Estados Unidos que sancionaran a Venezuela y por eso tiene que pagar",
dijo el presidente.
Pese a que Guaidó no ha sido detenido, sí lo fueron
personas de su círculo más cercano, como su jefe de gabinete, Roberto Marrero,
o el diputado opositor Edgar Zambrano.
En la misma noche de su llegada, la oficina de Guaidó
denunció la "desaparición" de su tío, que lo acompañaba en el avión
que lo devolvió a Venezuela.
Y ahora, ¿qué?
Una de las preguntas pendientes es si Guaidó logrará
capitalizar el apoyo recibido por algunos de los más destacados líderes
mundiales en su gira y el refuerzo de su liderazgo entre los suyos que resulta
de su accidentada llegada a Caracas.
Una encrucijada se avecina con la convocatoria de
elecciones parlamentarias este año anunciada por el gobierno. "La oposición
no ha decidido aún si participará y el debate interno al respecto puede volver
a poner en peligro su unidad, que costó mucho forjar", indica Olmo.
"La imagen de liderazgo casi heroico que se está
construyendo en torno al coraje de Guaidó no ha bastado por ahora para
revitalizar al alicaído movimiento opositor".
Nada en el discurso del líder opositor permite hasta
ahora vislumbrar un posible cambio de rumbo: "Los mecanismos de presión no
van a hacer más que aumentar", les anunció Guaidó a sus seguidores en
Chacao, lo que se interpretó como una referencia a más sanciones
internacionales contra el gobierno.
Luis Vicente León, de la consultora Datanálisis, cree
que Guaidó logró "relanzar su protagonismo, fortalecer la simbología de
líder, afianzar alianzas y renovar esperanzas de cambio. Todo positivo para él,
pero es una obra de arte efimero: sirve si trae algo distinto a lo visible, que
concrete su oferta de cambio".
Para David Smilde, lo ocurrido en los últimos días
"no cambia el contexto político actual del país, que tiene a la coalición
opositora contra las cuerdas".
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