Luis Ugalde S.J. 01 de febrero de 2020
Venezuela
hoy es un infierno; de eso no hay duda. Lo que se discute es si hay salida este
año. Solo habrá si la inmensa mayoría se une en un único camino para recorrerlo
juntos hasta llegar a la meta democrática de la elección constitucional de
nuevo presidente y cambio de gobierno a un modelo sensato y viable.
Afortunadamente hemos empezado con apoyo de los países democráticos al camino
de la salida pacífica y constitucional con Elección Presidencial libre y justa
este mismo año.
Es
un acierto que esa haya sido la propuesta pública de Guaidó en su audaz y
exitosa gira por los foros democráticos y en los abrazos de reconocimiento de
los jefes de estado de los principales países europeos y americanos. A Guaidó
como Presidente de la AN la Constitución le obliga a encargarse de la
Presidencia de la República hasta la elección democrática del Presidente
(art.233). Al mismo tiempo parece que los partidos y grupos que lo apoyan no se
atreven a hablar de esta elección presidencial, a causa del modo como el poder
ha desprestigiado el camino electoral con inhabilitaciones de personas y
partidos, con un CNE exclusivamente gubernamental, un TSJ servil y una ANC
supraconstitucional creada para dar con el mazo y eliminar todo resultado que
no le guste al Ejecutivo.
La
semana pasada el candidato Henry Falcón sorprendió con la petición de repetir
la fraudulenta elección presidencial del 2018; fraude que denunció entonces
luego de su derrota y que el resto de la oposición había denunciado previamente.
Hoy es un hecho evidente la necesidad de repetirla pues se hizo violando la
Constitución; por eso tenemos un usurpador en el poder y un presidente de la
Asamblea Nacional obligado a dirigir la transición como presidente encargado.
El usurpador se propone perpetuar el infierno y Venezuela entera debe unirse
para forzar la salida constitucional de ese infierno.
Maduro
ni quiere ni puede ¿Habrá de verdad alguien convencido de que Maduro está
tratando de cambiar el infierno que vivimos los venezolanos? ¿Podrían señalar
algún signo de rectificación de este modelo y modo de gestionar el Estado y de
imponer su poder? ¿Habrá alguien tan ingenuo que crea que Maduro quiere cambiar
el actual infierno con las nuevas elecciones parlamentarias planificadas para
acabar con la AN independiente del Ejecutivo?
Aunque
quisiera no podría traer este cambio. Venezuela no puede tener éxito en esa
tremenda recuperación sin el apoyo internacional y sin movilización y
renovación nacional cívica y espiritual. El salario está aniquilado, las
empresas cerradas o trabajando a menos de 30% de su capacidad. La inversión
estatal anulada por los robos y por una deuda impagable sin refinanciamiento y
la inversión privada muerta por el “exprópiese” y la falta de garantías
económicas. La situación es tan grave y ardua y compleja la recuperación del
país que va a requerir mucho apoyo internacional y amplia unidad nacional con
muy definidas metas de reconstrucción inmediata.
¿Podemos
imaginarnos un renacer nacional con espíritu de unidad y abrazos de
reconciliación, apertura de cárceles políticas, florecer de inversiones
multimillonarias, empleo a manos llenas con salarios de vida y no de muerte,
con el sistema educativo de nuevo de pie y en marcha, con servicios de salud,
luz, agua, gas, transporte y con millones de exiliados en regreso para
reconstruir su vida en Venezuela?
La
elección presidencial en 2020 no es solo porque se nos debe la elección de
2018, sino porque no se puede prolongar el actual y creciente sufrimiento
nacional. Obligada elección presidencial democrática y constitucional con nuevo
CNE creíble, con votación dentro y fuera del país, sin persecución ni presos
políticos, sin dirigentes ni partidos inhabilitados, con firme apoyo
internacional, incluso del papa. Sin ANC, con la aprobación pragmática y
realista, incluso de rusos y chinos, para un país no dedicado a la venganza y
la persecución sino con ánimo de renacer con los pies en la tierra…
Maduro
no podría hacer esto, aunque quisiera, pero tiene el privilegio de poder devolver
la llave secuestrada de la puerta para salir del actual infierno. La agenda de
transición (sin él o incluso con él) debe empezar desde ahora con la terrible
emergencia humanitaria, con la reactivación económica y con eliminación
negociada de sanciones por cada paso positivo de parte del régimen. Los
chavistas de ayer y los opositores de hoy nos iremos haciendo venezolanos
nuevos desde mañana, sin esperar más.
¿Y
las elecciones parlamentarias? También este año 2020 debe haber elecciones
parlamentarias libres, democráticas con nuevo y equilibrado CNE nombrado por la
AN (negociado) sin inhabilitaciones políticas, sin presos etc. Pero con solo
una elección parlamentaria -como pretende el régimen- con un CNE puesto por su
TSJ, esta tragedia nacional no se resuelve, sino que se agrava.
Son
necesarias ambas elecciones a fin de año, para lo cual millones de demócratas
sufrientes deben activarse desde ahora con una clara conducción política. Con
solo parlamentarias, la tragedia y el sufrimiento nacional se agravarán. La
miseria, el éxodo y los niños desnutridos aumentarán y también la tiranía
política.
Luis
Ugalde S.J.
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