Gladys Socorro 06 de febrero de 2020
@gladyssocorro
Al
igual que las garrapatas hacen con los perros, el gobierno de Nicolás Maduro
está empeñado en chuparnos hasta la sangre. No conformes con mutilar a millones
de familias venezolanas, acabar con la producción nacional, propiciar la muerte
de cientos de enfermos por la falta de medicamentos y meter a la cárcel a quien
le apetece por el simple hecho de pensar distinto, ahora pretenden quitarnos
los pocos dólares que podamos manejar para tapar el tremendo hueco fiscal que
ellos mismos crearon.
Y
es que la cuerda siempre revienta por el lado más flojo y siempre somos
nosotros, los pendejos, quienes pagamos los platos rotos. La gran idea que se
le ocurrió ahora a quienes están en Miraflores para meternos la mano en el
bolsillo es la implementación de un Impuesto al Valor Agragado para las
transacciones que se hagan con una moneda distinta al bolívar como dólares,
euros o pesos colombianos. Esta alícuota podría ubicarse en 25%, es decir, que
si el monto a pagar son 100 dólares usted tendrá que desprenderse de 25 verdes
adicionales para contribuir con el gobierno. Pareciera que tener dólares en
este país es un lujo y que quien los tiene es millonario, pero nada más alejado
de la realidad.
Un
estudio hecho por Ecoanalítica en octubre pasado da cuenta de que 54% de las
operaciones comerciales que se hacen en el país son en dólares mientras que en
Maracaibo pueden llegar al 86%. ¿Será entonces que en la capital zuliana somos
todos unos “musiúes” forrados en plata? Pues no. Aunque esa sea la conclusión
que brota de la precariedad analítica gubernamental, mucho de ese flujo de
divisas proviene de las remesas que envían a sus familias quienes han tenido
que huir de la crisis política, económica y social que vive Venezuela, o son
los ahorros de una clase media trabajadora que ha sido blanco de todos los
fracasos económicos de los últimos 20 años o de los tigritos o marañas que más
de uno tenemos que hacer para intentar mantenernos a flote en medio de una
hiperinflación que devora todo a su paso. Además, el sistema financiero
nacional no tiene los bolívares suficientes para atender la demana. De hecho,
en todo los rincones del país se hace cuesta arriba conseguir efectivo.
Este
nuevo impuesto fue propuesto por el mismísimo presidente obrero en su
presentación de memoria y cuenta ante la Asamblea Nacional Constituyente el
pasado 15 de enero y en menos de 15 días fue aprobado por los parlamentarios
chavistas para comenzar a aplicarse en marzo. Está enmarcado en la reforma
parcial que hacen al Código Orgánico Tributario, que además toca la Ley de
Aduanas y contempla lo que denominan la creación de una cartera única
productiva nacional.
Pero
ésto no queda aquí. En Venezuela, de acuerdo al Código Orgánico Tributario
vigente, el cobro de multas, Impuesto Sobre la Renta, impuestos municipales,
pagos en registros y notarías, entre otros, se rigen por el precio de la Unidad
Tributaria que se ajustaba cada año de acuerdo a los resultasos de la tasa de
inflación del período anterior. Sin embargo, este año se ordenó su variación
mensual anclada al petro para todos los trámites administrativos en organismos
del estado para ir a la par de la hiperinflación pero ni por equivocación se
les ocurre indexarle a los sueldos y salarios de nuestros trabajadores la tasa
inflacionaria actual e irlos reajustando sobre la marcha.
Lo
ancho para ellos y lo angosto para nosotros. Una vez más los venezolanos
estamos contra la pared. Cada mes incrementa todo menos nuestros ingresos, y
encima quienes hoy nos gobiernan también nos quieren arrebatar los poquitos
churupitos que en dólares podamos conseguir. Definitivamente, este gobierno
tiene de socialista lo que yo tengo de astronauta.
Gladys
Socorro
@gladyssocorro
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