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domingo, 14 de julio de 2019

En boca cerrada no entran moscas, por @fariasjoseluis




José Luis Farías 13 de julio de 2019
@fariasjoseluis

Corto y Picante:

I.

Poco o nada se sabe con propiedad, en torno a lo discutido y/o acordado esta semana en Barbados sobre la “negociación iniciada en Oslo”, salvo que “se ha instalado una mesa que trabajará de manera continua y expedita”, según lo expresado en el escueto comunicado de la cancillería de Noruega.

Aunque Nicolás Maduro pretendió presentarse como el proponente de la creación de la “mesa de trabajo”, en un gesto oportunista y desesperado por ganar la iniciativa política, se conoce que la presencia de su régimen en Barbados es producto de la presión de sectores de la FAN y, sobre todo internacional, que lo ha arrinconado. Y se sabe, además, que la “mesa” fue un mecanismo sugerido por el gobierno mediador y aceptado por las partes.

Cabe destacar que la continuación de la “negociación” (así califica el Comunicado la reunión efectuada) es un buen indicio de poder “llegar a una solución acordada y en el marco de las posibilidades que ofrece la Constitución”, refirió el documento.

II.

A juzgar por el enfriamiento de la movilización política contra el régimen, se pudiera deducir que los venezolanos ven con poco interés y baja expectativa el encuentro de Barbados.

Ciertamente, hay un cansancio en la población y una disminución de la esperanza que pareciera favorecer al régimen usurpador. No obstante la caída de la presión de calle no supone un mejoramiento de la popularidad de Maduro y su pandilla ni una disminución del deseo general al cese de la usurpación.

Otros son los factores que explican la poca movilización contra el régimen, como el agotamiento circunstancial de marchas y concentraciones (sobre todo en Caracas), el miedo producido por la acentuación de la represión y sobre todo la desesperanza inducida por el régimen y lamentablemente aprovechada por el radicalismo opositor para atacar a Guaidó y a la oposición democrática generando incertidumbre en la oposición.

III.

La negociación en curso no está fuera de peligros. Factores internos del régimen tratan de implosionarla. Diosdado Cabello negó rotundamente en su programa que habría “elecciones presidenciales” y reiteró que “aquí el presidente es Nicolás Maduro”. De igual modo, desestimó el TIAR como mecanismo de presión bajo la excusa de que “nunca ha funcionado”, como suele repetir también el colaboracionismo dialogante que se reúne a hurtadillas con el régimen en un hotel capitalino. La falta de acuerdo en el Pranato sobre Barbados es celebrada por el radicalismo delirante como una contundente prueba de que ya Cabello “dinamitó” la negociación.

Esos riesgos explican la exigencia de la cancillería de Noruega de subrayar “la importancia de que las partes tomen la máxima precaución en sus comentarios y declaraciones respecto al proceso”. En dos platos, que no salgan a hablar paja porque “en boca cerrada no entran moscas”.

Sigamos. No hay otro camino que no sea forzar. Sí, forzar, por diferentes vías, al régimen a aceptar unas elecciones libres. Hay que torcerle el brazo al Pranato.

José Luís Farías
@fariasjoseluis

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