FRANCESCO
MANETTO 12 de julio de 2019
El
diálogo, auspiciado por Noruega, continuará en "una mesa que trabajará de
manera continua y expedita"
El
objetivo es salir de la profunda crisis de Venezuela. El instrumento que
demandan millones de opositores al chavismo son unas elecciones presidenciales
con garantías. El sector más radical del régimen se niega a que esa posibilidad
sea siquiera objeto de debate. No obstante, esa es la principal disputa que
enfrenta a los enviados de Nicolás Maduro y de Juan Guaidó. Los contactos se
reanudaron esta semana en Barbados bajo el auspicio de Noruega y, según ese
Gobierno, seguirán en “una mesa que trabajará de manera continua y expedita”.
Las
conversaciones entre los representantes del Gobierno y de la Asamblea Nacional,
reactivadas con discreción en la isla caribeña, suponen el enésimo intento de
aproximación entre las partes después de varios desengaños. La novedad es que
la parálisis política e institucional, la crisis económica y el deterioro
democrático son cada día más insoportables. Esas premisas, junto con la
creciente presión internacional en torno a Nicolás Maduro, han reabierto la
puerta al diálogo.
Según
Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países, solo
representa un frente de lucha. La meta no se ha alejado, asegura, del mantra de
la oposición. Esto es, cese de la usurpación, Gobierno de transición y
elecciones libres. Hasta ahora, el Ejecutivo solo se había avenido a la
posibilidad de adelantar unos comicios legislativos, una oferta insuficiente.
Por eso, las nuevas rondas de contactos buscan ir más allá, aún entre
dificultades. El escenario de una renuncia de Maduro es más que improbable a
corto plazo. Sin embargo, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez,
calificó el acercamiento de “exitoso intercambio”. El vicepresidente del
Parlamento, Stalin González, miembro de la delegación opositora que viajó a
Barbados, pidió avances para “poner fin al sufrimiento de los venezolanos”.
“Necesitamos respuestas y resultados”, manifestó.
La
Cancillería noruega emitió un comunicado que augura “una solución acordada y en
el marco de las posibilidades que ofrece la Constitución” y recordó a las
partes, que ahora consultarán internamente los próximos pasos, “la importancia
de que tomen la máxima precaución en sus comentarios y declaraciones respecto
al proceso”.
En los
anteriores encuentros, celebrados en Oslo, participaron algunas de las figuras
que mayor consenso generan en los dos bandos. Entre ellos, el gobernador del
Estado de Miranda, Héctor Rodríguez, considerado uno de los dirigentes jóvenes
con más proyección dentro del chavismo. O el exrector del Consejo Nacional
Electoral Vicente Díaz y exministro del Gobierno de Carlos Andrés Pérez,
Fernando Martínez Mottola, veteranos negociadores enviados por Guaidó.
Este
ha evitado abundar en los pronunciamientos sobre el diálogo porque es
consciente de los recelos que produce en los sectores más duros de la
oposición. Pero pidió confianza a sus seguidores y les exhortó a apartar sus
dudas, al menos por el momento. Por otro lado, en el aparato del régimen, fue
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente y de facto
número dos del chavismo, el encargado de lanzar mensajes internos al ala más
radical, negando tajantemente que el Gobierno deba hacer concesiones. “Nosotros
no tenemos nada que negociar con ellos. Muchos de ellos piensan que a los
chavistas hay que desterrarlos y matarlos”, dijo en su programa de televisión.
Y la noche del miércoles aludió abiertamente a la convocatoria de elecciones.
“Hay
gente nuestra que cae en esos rumores de creer que nosotros estamos negociando
unas elecciones presidenciales y que el candidato va a ser tal o cual; aquí no
hay elecciones presidenciales, aquí el único presidente es Nicolás Maduro
Moros, que apenas tiene seis meses en esta nueva fase de gobierno. Aquí hay
compañeros que caen en el juego”, afirmó.
Cabello
se limitó a especular de nuevo sobre unas legislativas, una hipótesis que de
por sí muy probablemente haría saltar la mesa de diálogo. “En muy poco tiempo
habrá elecciones”, dijo, dejando claro que la única instancia que puede
adelantarlas es la Constituyente, en la práctica una extensión del Ejecutivo.
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