EFE Domingo, 12 de enero de 2014
De
acuerdo con el último boletín del ministerio correspondiente a la semana del 22
al 28 de diciembre del 2013, los casos de malaria subieron un 49,4% el año
pasado respecto del 2012 hasta los 76.621 casos y revisten carácter de epidemia
Los casos de malaria en Venezuela
cerraron el 2013 en torno a un récord histórico y los de dengue experimentaron
un alza cercana al 40 %, convirtiéndose en un problema de salud pública que
amenaza con recrudecer este año, según el Ministerio de Salud.
De acuerdo con el último boletín del ministerio correspondiente a la semana del 22 al 28 de diciembre del 2013, los casos de malaria subieron un 49,4% el año pasado respecto del 2012 hasta los 76.621 casos y revisten carácter de epidemia.
Los focos de esta enfermedad transmitida por parásitos del género plasmodium se concentran fundamentalmente en la zona sur del país y especialmente en el estado Bolívar, donde el Ministerio de Salud describe la situación como "de alarma" tras los 65.980 casos registrados al 28 de diciembre del año pasado.
El médico José Oletta, ministro de Salud de Venezuela entre 1997 y 1999 y actual integrante de la ONG Defendamos la Epidemiología, indicó a Efe que las cifras nacionales de malaria constituyen un "récord histórico", entre llamados al Gobierno a tomar medidas para frenar la expansión de esta enfermedad.
"Desde hace varios años vemos un incremento progresivo en el número de casos. Ahora tenemos una situación que se ha hecho cada vez más difícil, más riesgosa. La enfermedad está afectando sobre todo al área geográfica meridional. Son zonas de muy difícil acceso, con geografía complicada", dijo Oletta.
El experto señaló que se trata de una epidemia alentada por factores geográficos y sociales que favorecen la transmisión del mal, como el traslado de mineros ilegales en el estado de Bolívar, donde el municipio minero de Sifontes aporta la mayor cantidad de casos.
"Son grupos humanos itinerantes muy difíciles de controlar que están produciendo una incidencia altísima de la enfermedad en la zona y gran dificultad para controlar su tratamiento porque no acuden a los centros de salud", indicó.
La deforestación de zonas boscosas producto del avance de la minería ilegal sirve también como caldo de cultivo para la propagación del mosquito vector de la malaria, destacó Oletta.
Esto configura un panorama cuesta arriba de cara a este año, donde el principal objetivo tendrá que ser impedir que Bolívar siga extendiendo sus casos de malaria a otros estados del país, afirmó.
"El panorama es muy complejo, porque aparte de luchar contra una situación epidémica se tiene riesgo de expansión del área afectada, riesgo de que en zonas que fueron erradicadas de la enfermedad se puedan volver a registrar casos", alertó.
Mencionó que estados como Miranda (centro) y Portuguesa (occidente), tradicionalmente con baja incidencia de la enfermedad, han llegado a reportar casos.
El Gobierno implementó durante el año pasado un plan para combatir la enfermedad que según Oletta no arrojó los resultados esperados, en vista del explosivo aumento en la cantidad de casos.
Denominado "Mina Adentro", el plan contempla campañas de prevención, el despliegue de médicos en las zonas mineras más afectadas y el refuerzo del suministro de medicamentos antimaláricos en los hospitales de la región.
En el caso del dengue, el boletín epidemiológico oficial cifra en 63.726 los casos acumulados al 28 de diciembre pasado frente a los 46.708 de igual período del 2012, lo que representa un incremento del 36,4%.
En este caso los principales focos hay que buscarlos en el otro extremo en el país, y así el estado occidental de Zulia se posicionó como la entidad con mayor incidencia de la enfermedad, transmitida principalmente por el mosquito aedes aegypti.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, de los 23 estados del país más el Distrito Capital, 18 mantuvieron "franca tendencia descendente y 6 ascendente" en el desarrollo del virus durante la semana analizada.
En tanto, en seis estados la situación fue descrita como de "epidemia", mientras que igual cantidad de estados fueron calificados como en "alarma".
Del total de casos a nivel nacional en el 2013, un 0,9% (583 caos) fueron de dengue grave o hemorrágico, la variante potencialmente mortal de la enfermedad.
El epidemiólogo Luis Echezuria, jefe del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Universidad Central de Venezuela y miembro de la Sociedad Venezolana de Infectología, no ocultó su preocupación por el aumento en los cuadros de dengue y recomendó como medida preventiva lanzar una campaña masiva de erradicación del mosquito transmisor.
"Hay que eliminar los criaderos de los zancudos, esto es los estancamientos de agua, hay distintas técnicas para erradicarlos", dijo a Efe.
"Obviamente que algo no se hizo suficientemente bien o con la intensidad que se debía, que se presentó este número de casos tan importante que se podría conocer como una epidemia", agregó.
Efe intentó obtener una valoración de la situación por parte del Ministerio de Salud venezolano pero no ha recibido respuesta.
El Gobierno ha encarado el brote de dengue con talleres de capacitación a líderes comunitarios, a quienes ha instado a promover la eliminación de criaderos de mosquitos, y con otras medidas destinadas a la prevención.
De acuerdo con el último boletín del ministerio correspondiente a la semana del 22 al 28 de diciembre del 2013, los casos de malaria subieron un 49,4% el año pasado respecto del 2012 hasta los 76.621 casos y revisten carácter de epidemia.
Los focos de esta enfermedad transmitida por parásitos del género plasmodium se concentran fundamentalmente en la zona sur del país y especialmente en el estado Bolívar, donde el Ministerio de Salud describe la situación como "de alarma" tras los 65.980 casos registrados al 28 de diciembre del año pasado.
El médico José Oletta, ministro de Salud de Venezuela entre 1997 y 1999 y actual integrante de la ONG Defendamos la Epidemiología, indicó a Efe que las cifras nacionales de malaria constituyen un "récord histórico", entre llamados al Gobierno a tomar medidas para frenar la expansión de esta enfermedad.
"Desde hace varios años vemos un incremento progresivo en el número de casos. Ahora tenemos una situación que se ha hecho cada vez más difícil, más riesgosa. La enfermedad está afectando sobre todo al área geográfica meridional. Son zonas de muy difícil acceso, con geografía complicada", dijo Oletta.
El experto señaló que se trata de una epidemia alentada por factores geográficos y sociales que favorecen la transmisión del mal, como el traslado de mineros ilegales en el estado de Bolívar, donde el municipio minero de Sifontes aporta la mayor cantidad de casos.
"Son grupos humanos itinerantes muy difíciles de controlar que están produciendo una incidencia altísima de la enfermedad en la zona y gran dificultad para controlar su tratamiento porque no acuden a los centros de salud", indicó.
La deforestación de zonas boscosas producto del avance de la minería ilegal sirve también como caldo de cultivo para la propagación del mosquito vector de la malaria, destacó Oletta.
Esto configura un panorama cuesta arriba de cara a este año, donde el principal objetivo tendrá que ser impedir que Bolívar siga extendiendo sus casos de malaria a otros estados del país, afirmó.
"El panorama es muy complejo, porque aparte de luchar contra una situación epidémica se tiene riesgo de expansión del área afectada, riesgo de que en zonas que fueron erradicadas de la enfermedad se puedan volver a registrar casos", alertó.
Mencionó que estados como Miranda (centro) y Portuguesa (occidente), tradicionalmente con baja incidencia de la enfermedad, han llegado a reportar casos.
El Gobierno implementó durante el año pasado un plan para combatir la enfermedad que según Oletta no arrojó los resultados esperados, en vista del explosivo aumento en la cantidad de casos.
Denominado "Mina Adentro", el plan contempla campañas de prevención, el despliegue de médicos en las zonas mineras más afectadas y el refuerzo del suministro de medicamentos antimaláricos en los hospitales de la región.
En el caso del dengue, el boletín epidemiológico oficial cifra en 63.726 los casos acumulados al 28 de diciembre pasado frente a los 46.708 de igual período del 2012, lo que representa un incremento del 36,4%.
En este caso los principales focos hay que buscarlos en el otro extremo en el país, y así el estado occidental de Zulia se posicionó como la entidad con mayor incidencia de la enfermedad, transmitida principalmente por el mosquito aedes aegypti.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, de los 23 estados del país más el Distrito Capital, 18 mantuvieron "franca tendencia descendente y 6 ascendente" en el desarrollo del virus durante la semana analizada.
En tanto, en seis estados la situación fue descrita como de "epidemia", mientras que igual cantidad de estados fueron calificados como en "alarma".
Del total de casos a nivel nacional en el 2013, un 0,9% (583 caos) fueron de dengue grave o hemorrágico, la variante potencialmente mortal de la enfermedad.
El epidemiólogo Luis Echezuria, jefe del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Universidad Central de Venezuela y miembro de la Sociedad Venezolana de Infectología, no ocultó su preocupación por el aumento en los cuadros de dengue y recomendó como medida preventiva lanzar una campaña masiva de erradicación del mosquito transmisor.
"Hay que eliminar los criaderos de los zancudos, esto es los estancamientos de agua, hay distintas técnicas para erradicarlos", dijo a Efe.
"Obviamente que algo no se hizo suficientemente bien o con la intensidad que se debía, que se presentó este número de casos tan importante que se podría conocer como una epidemia", agregó.
Efe intentó obtener una valoración de la situación por parte del Ministerio de Salud venezolano pero no ha recibido respuesta.
El Gobierno ha encarado el brote de dengue con talleres de capacitación a líderes comunitarios, a quienes ha instado a promover la eliminación de criaderos de mosquitos, y con otras medidas destinadas a la prevención.
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