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martes, 9 de enero de 2018

¿Una intervención militar en Venezuela?, por @oppenheimera



ANDRÉS OPPENHEIMER 07 de enero de 2018

Uno de los intelectuales más prominentes de Venezuela, el profesor de economía de Harvard Ricardo Hausmann, acaba de publicar un artículo que está dando mucho que hablar: pide una intervención militar de Estados Unidos y otros países como la única forma de poner fin a la crisis humanitaria de Venezuela.

En su artículo sindicado del 2 de enero, titulado "El día D para Venezuela", Hausmann propone que la Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría opositora, le haga un juicio político al dictador Nicolás Maduro y designe un nuevo gobierno constitucional, que a su vez podría solicitar ayuda militar de otros países para hacer cumplir la ley.

Hausmann argumenta que Maduro ha cerrado todas las vías pacíficas para una solución negociada al drama de Venezuela. Una coalición militar internacional de países dispuestos a apoyar un nuevo gobierno designado por la Asamblea Nacional democráticamente electa en 2015 sería legítima y tendría muchos precedentes históricos, dice.

El propio héroe de la independencia de Venezuela, Simón Bolívar, ganó el título de Libertador de Venezuela gracias a una invasión de 1814 organizada y financiada por la vecina Nueva Granada (actual Colombia), argumenta Hausmann. Y Francia, Bélgica y los Países Bajos se liberaron de regímenes opresivos gracias a las acciones militares internacionales en la Segunda Guerra Mundial, agrega.

Hausmann, que dirige el Centro para el Desarrollo Internacional de Harvard, dice que las actuales conversaciones para lograr una solución electoral a la crisis humanitaria de Venezuela no van a llegar a ninguna parte.

Maduro ha torpedeado esas conversaciones una y otra vez. Desde julio, Maduro ha nombrado una Asamblea Constituyente inconstitucional para volver a redactar la Constitución y reemplazar los principales poderes de la Asamblea Nacional, ha prohibido que los principales partidos opositores puedan presentar candidatos presidenciales y ha hecho fraude en las últimas tres elecciones municipales y regionales.

Además, Hausmann argumenta que las sanciones financieras y de visas implementadas por el gobierno de Trump contra docenas de altos funcionarios venezolanos no serán suficientes para derrocar al régimen, ni tampoco habrá un golpe de estado. Los altos oficiales militares están demasiado involucrados en la corrupción como para querer cambiar el gobierno, dice.

Después de leer su artículo, llamé a Hausmann y le pregunté si realmente cree que existe la menor posibilidad de que Estados Unidos y algunos países latinoamericanos apoyen su propuesta de una acción militar.

Uno de los principios más arraigados de la política exterior latinoamericana después de las invasiones de Estados Unidos en los siglos XIX y XX ha sido la oposición a las intervenciones estadounidenses, le recordé.

Y en cuanto a Estados Unidos, a pesar de un breve comentario de Trump en agosto de que no descartaría una “opción militar” en Venezuela, es muy improbable que el gobierno de Trump considere seriamente abrir un nuevo frente de conflicto cuando está lidiando con amenazas que considera mucho mayores en Corea del Norte e Irán. Hasta ahora, Trump ni siquiera ha puesto en marcha un embargo petrolero contra Venezuela.

Hausmann replicó que las percepciones podrían cambiar. “Los venezolanos se están muriendo de hambre y de falta de medicinas. La tragedia de Venezuela es tan grave y se está deteriorando tan rápidamente que la conciencia de su gravedad está aumentando en todas partes”, me dijo.

Mi opinión: Hausmann tiene razón en que las conversaciones actuales entre la oposición y la dictadura de Maduro probablemente no tendrán éxito porque Maduro no permitirá elecciones libres y justas. Y uno podría argumentar en apoyo de su argumento de que Venezuela ya ha sido invadida por otro país, Cuba, que en muchos aspectos dirige el régimen de Maduro.

Pero, a juzgar por lo que escucho de diplomáticos estadounidenses y latinoamericanos, es muy poco probable que la propuesta de una intervención militar pueda prosperar. Incluso México, Brasil, Argentina y Perú, los países que han criticado más duramente a Maduro, se opondrían a una acción armada.

La ruta más factible en este momento es que la comunidad internacional, en coordinación con la oposición venezolana, aplique nuevas sanciones diplomáticas y económicas contra la dictadura de Maduro y le exija que devuelva sus poderes constitucionales a la Asamblea Nacional y restaure el orden democrático.

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