OEA 25 de octubre de 2019
@OEA_oficial
Las
actuales corrientes de desestabilización de los sistemas políticos del
continente tienen su origen en la estrategia de las dictaduras bolivariana y
cubana, que buscan nuevamente reposicionarse, no a través de un proceso de
reinstitucionalización y redemocratización, sino a través de su vieja
metodología de exportar polarización y malas prácticas, pero esencialmente
financiar, apoyar y promover conflicto político y social.
Las
“brisas bolivarianas”, a las que ha hecho referencia el presidente de la
ilegítima asamblea nacional constituyente bolivariana, han traído
desestabilización, violencia, narcotráfico, muerte y corrupción. El costo mayor
lo ha pagado el propio pueblo venezolano, pero los países del continente hoy
también están pagando un alto precio por la crisis provocada por la dictadura
venezolana.
Las
brisas bolivarianas no son bienvenidas en este hemisferio. Condenamos
firmemente la amenaza de exportar malas prácticas y desestabilización a
Colombia realizada por ese personero de la dictadura bolivariana.
La
estrategia de desestabilización de la democracia a través del financiamiento de
movimientos políticos y sociales ha distorsionado las dinámicas políticas en
las Américas. Durante años, la dictadura venezolana, con apoyo de la dictadura
cubana, institucionalizó en la región sofisticadas estructuras de cooptación,
represión, desestabilización y de propaganda mediática. Por ejemplo, el
financiamiento de la dictadura venezolana a campañas políticas ha sido una de
las formas efectivas para incrementar capacidades de generar conflictividad.
La
crisis en Ecuador es una expresión de las distorsiones que las dictaduras
venezolana y cubana han instalado en los sistemas políticos del continente. Sin
embargo, lo que también han demostrado los hechos recientes es que la
estrategia intencional y sistemática de las dos dictaduras para desestabilizar
las democracias ya no es efectiva como en el pasado.
La
Secretaría General de la OEA reafirma su obligación de proteger los principios
democráticos y los derechos humanos, y de defenderlos donde éstos sean
amenazados. Asimismo, se mantiene a la disposición de los Estados Miembros en
sus esfuerzos para hacer frente a los factores de desestabilización organizados
por la dictadura venezolana y cubana.
Referencia:
C-081/19
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