Lester Toledo 24 de octubre de 2019
@LesterToledo
Es
Nicolás Maduro a través de una red de intereses, favores y corrupción que ha
tejido en el continente, el principal responsable de la violencia que poco a
poco ha penetrado el continente latinoamericano.
Esas
imágenes de violencia que estamos viendo en Ecuador, en Chile o Bolivia, no
deben verse como hechos aislados ni casuísticos, son inducidos y provocados por
una misma mano y mente: Maduro, cuyo único propósito es desviar la atención,
hacer girar los focos del mundo hacia otros países e intentar salvarse de la
amenaza del TIAR y las sanciones.
Tanto
que acusa a otros de injerencistas cuando de Venezuela se trata, pero este
usurpador no ha tenido ningún escrúpulo a la hora de intervenir, financiar y
planear acciones de desestabilización y violencia en naciones cercanas.
Basta
escuchar las intervenciones mediáticas de Maduro y sus secuaces del régimen, de
los pronunciamientos y manifiestos públicos de portavoces de la izquierda
latinoamericana, de Cuba, del Grupo de Puebla o del Foro de Sao Paulo, para
entender que las riquezas de Venezuela han sido desviadas para financiar grupos
de choque y a través de ellos levantar un escudo de protección a alrededor del
dictador para perpetuarse en el poder a costa de la vida, no solo de los
venezolanos, sino también de nuestros hermanos latinoamericanos.
Todas
las acciones de violencia tienen un mismo origen, de allí que es lógico y
sensato pensar, que sólo acabando con la raíz del mal, retornará la paz, la
democracia, la armonía y el progreso al continente.
Cuando
la OEA, el Grupo de Lima, el Parlamento Europeo, la Alta Comisionada para los
Derechos Humanos de la ONU, organizaciones y activistas en todo el mundo que
defienden los Derechos Humanos y las más de 50 naciones que respaldan el
gobierno legítimo de Juan Guaidó, califican a Maduro como un riesgo para toda
la región, sin duda, que lo hacen con conocimiento de causa. Están al corriente
de toda su red de corrupción, sus oscuros intereses, sus negocios turbios y sus
vínculos con el narcotráfico y el terrorismo, y que gracias a estas acciones
criminales se han atornillado en el poder y han arrastrado a todo un país a la
más profunda crisis humanitaria de todos los tiempos.
Este
es el momento de unirnos a nivel continental y contextualizar los conflictos
que se han generado en cada una de las naciones de la región para detectar el
origen de todos estos males y actuar en consecuencia. La izquierda pretende imponerse
a como dé lugar, y como demócratas debemos unirnos para poner fin a este
despropósito.
Debemos
avanzar con el TIAR, las sanciones contra los desestabilizadores de la región y
los que los financian no deben cesar, por el contrario incrementarse, es hora
de actuar y hacer todo lo que haya que hacer para acabar con este virus que
amenaza la estabilidad y la democracia en el continente.
Tal
como lo hemos dicho, si no nos unimos y ponemos fin al usurpador, el mal, la
violencia, la corrupción, las falsas ideologías de izquierda, el falso
populismo y la anarquía se apoderarán de la región y nada ni nadie podrán
detenerlo. El momento es ahora y solo lo lograremos fortaleciendo las alianzas
entre las naciones demócratas.
Lester
Toledo
@LesterToledo
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