JAVIER LAFUENTE 11 de julio de 2019
Huyó
de Venezuela tras frustrarse el alzamiento contra Nicolás Maduro el pasado 30
de abril, que propició la liberación de Leopoldo López. Desde su exilio
temporal en Estados Unidos, habla con EL PAÍS
Cristopher
Figuera (Punta de Mata, Venezuela, 55 años) aún guarda el documento de
cuartilla y media que le mandó a su “comandante en jefe”, Nicolás Maduro, a
principios de año. En él le pedía que cesara las competencias de la chavista
Asamblea Nacional Constituyente, que cambiase al Consejo Nacional Electoral.
Básicamente, que propiciase su salida. O al menos una salida a la situación
insostenible que vive Venezuela. No era la opinión de cualquiera: Figuera era
el jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), la temida policía
política venezolana.
Poco
después, el general se erigió en uno de los artíficies de la frustrada ofensiva
militar del 30 de abril, que propició la liberación del líder opositor Leopoldo
López. Aunque se niega a hablar de fracaso, Figuera tuvo que huir de Venezuela.
Pasó dos meses resguardado en Colombia y desde hace dos semanas está exiliado
en Estados Unidos. En un hotel de Miami atiende a EL PAÍS durante más de una
hora. Figuera carga el libro de Mark Thompson ¿Qué ha pasado con el lenguaje de
la política? que, dice, está devorando. El exjefe del Sebin se muestra calmado
en la mayor parte de la charla, pero no puede evitar la incomodidad que le
genera hablar de las torturas o las persecuciones del régimen ni transmitir la
sensación de que se muestra muy receloso de profundizar en el funcionamiento de
la jerarquía chavista.
Pregunta. ¿Qué
le llevó a decirle a Maduro que no podía seguir así?
Respuesta. Yo
hacía semanalmente estados de opinión de la situación del país. Cada vez eran
más alarmantes, la situación era insostenible y a finales de febrero le dije a
Maduro que qué acción política pensaba adelantar para mitigar la crisis. A
comienzos de marzo le volví a insistir. Hice un documento de cuartilla y media
donde grosso modo le sugiero que la Asamblea Nacional Constituyente cese sus
funciones, que se cambie el CNE, que se llame a elecciones y que después se les
pidiera a los países que han sancionado a Venezuela que se levantaran las
sanciones. Le pareció que era una actitud derrotista y cobarde de mi parte. A
mí también me fue desagradable esa respuesta.
P. ¿Para
entonces usted ya estaba en contacto con el Gobierno de Estados Unidos?
R. No. Había
hablado con los servicios secretos norteamericanos, pero con autorización de
Maduro. Ellos habían pedido una reunión, no conmigo, con otros funcionarios que
en ese momento tenían responsabilidades más altas. Y a través del agregado
militar que estaba en República Dominicana llegó el mensaje, yo se lo hice
saber a través del jefe de la casa militar a Maduro y él decidió que fuera yo.
Ese fue el contacto que yo tuve. Alguno para tratar de desprestigiarme, tratar
de quebrar mi moral ha dicho que yo era un vendido, que tenía años en estas
cuestiones. Y yo le he mandado a decir a él que si él cree que soy un hombre de
precio y no de valores, que con todo lo que él su familia se han robado que me
haga una oferta para ver si yo la acepto.
P. ¿Por qué
fracasa el 30 de abril?
R. El 30 de
abril no ha fracasado. El amanecer es una operación que está en marcha, la
operación libertad está en marcha. Solo que en el momento en que debió de
haberse dado el proceso no se dio. Pero hay cosas que están ocurriendo producto
de ese amanecer.
P. ¿Qué cosas
están ocurriendo?
R. Las mismas
conversaciones que se están dando ahora en Barbados.
P. Ese día
usted hubiese podido abrir los calabozos del Sebin, ¿por qué no lo hizo? ¿por
qué no dio más pasos?
R. El
presidente Guaidó me envía un indulto donde estaban algunas personas que
estaban privadas de libertad. Yo tuve la intención de que salieran otros pero
no estaban en ese indulto. Era riesgoso para ellos porque no estaban al tanto
de algunas cosas. ¿A dónde iban a ir si los aprehendían? En las primeras horas
tampoco habíamos pensado que no se iba a dar que algunos de los involucrados
iban a incumplir con la palabra empeñada.
P. Uno de los
que no cumplió fue Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia.
¿Por qué cree que no dio el paso?
R. A todas las
luces su ambición desmedida es un factor fundamental para que no terminara de
cumplir lo que había prometido.
P. Hay quien
dice que Leopoldo López precipitó la operación, otras voces apuntan a usted.
¿Quién adelantó todo?
R. El día 27,
para el amanecer del 28, tuve información de que un grupo importante de
motorizados iba a ir al encuentro de la marcha de la oposición del 1 de mayo.
No podía llegar al Primero [de mayo] con esa situación, iba a ser catastrófico,
lamentable.
P. Es decir, es
usted quien precipita los acontecimientos.
R. Le informé a
los compañeros que estaban en eso, le informé incluso a Padrino y a Maikel
Moreno. Les dije que era lamentable que eso fuese a ocurrir.
P. ¿Y qué le
dicen?
R. Bueno, hubo
nervios, creo que no estaban convencidos o a lo mejor no era el esquema que
ellos esperaban. Tenían ambiciones particulares.
P. Usted llega
a la dirección del Sebin después de la muerte del concejal Fernando Albán. Hace
unas semanas un capitán murió torturado en la sede de la DGCIM. ¿Cómo de
sistemáticas son las torturas en ambos organismos?
R. No tengo los
elementos para graficarle con el nivel de detalle que solicita. Albán fue
lanzado, ahí hay unos funcionarios que están detenidos, procesados por ese
hecho. En el caso del capitán, hay una situación dolorosa, dramática,
aberrante. En esos organismos hay unos elementos que le tributan directamente a
Maduro para amedrentar, aterrorizar a quienes se opongan a su designios.
P. Usted
dirigió el Sebin y formó parte de la contrainteligencia militar. Si había
persecución, usted estaba al tanto. ¿Cómo de habitual eran? ¿Cómo se
establecían?
R. Se hacían
persecuciones sobre todo en el aspecto político. Los derechos políticos están
en cuestión en Venezuela, todo aquel que no esté de acuerdo con lo que
establezca Maduro es señalado de enemigo. Se hacen persecuciones a través del
espectro electrónico, las intervenciones telefónicas, perseguimiento en el
terreno. La mayoría guardan relación con el aspecto político y eso es lo más
grave, porque hay otros delitos, otras cosas que tienen que ver con la
violencia social y no hay la persecución como correspondería a gente que anda
haciendo esas cosas. Por el contrario, otros que tienen ideas distintas,
P. Perdone que
le insista, pero usted estuvo al mando del servicio de inteligencia, sabía de
esas torturas. ¿Quién las ordena?
R. Maduro,
Maduro es el que ordena las persecuciones políticas. Todo lo que dice el
informe que acaba de presentar la alta comisionada para los derechos humanos es
cierto. Fue un poco tímido también, porque hay cosas horrendas que no fueron
graficadas allí.
P. ¿Por qué
usted hasta el 30 de abril autorizaba o no hacía nada para evitar esas torturas
que se producían en los centros de detención?
R. Yo salí de
la DGCIM como subdirector precisamente por oponerme a ciertos tratos inhumanos
a algunas personas y tuve discusiones fuertes con quien era director y él se
excusaba: “Ha habido una orden que dio el comandante”. Cuando llego al Sebin
pude ver que había personas que estaban aisladas, el general Baduel, Requesens
estaba aislado completamente, no le permitían que saliera al sol, no le permitían
que lo visitara su médico.
P. Por eso le
digo. Eso son torturas. ¿Usted cree que son sistemáticas?
R. Sí, porque
esa es una manera de tener aterrorizada a la gente. Lo grave es que los mismos
compañeros militares que están en altos cargos no se pronuncien, no condenen.
P. A usted
también le ha costado. Siendo director del Sebin hubo al menos dos casos
relevantes, el del periodista Luis Carlos Díaz y el de Roberto Marrero, jefe de
Gabinete de Guaidó. ¿Esas persecuciones estaban justificadas?
R. Quiero pedir
perdón a Luis Carlos. Días antes del apagón él mostró un video y por el solo
hecho de hacer eso quisieron hacer ver que él era el responsable. Y Maduro dio
la orden de que lo aprehendieran. Y así fue. Sin embargo, me entero luego de
que su esposa era paciente oncológica. Hablé con el fiscal y también le informé
a Maduro. Además, es que no había suficientes elementos de conducción criminal
para aprehenderlo.
P. Guaidó ha
buscado el quiebre de los militares, pero nunca se ha terminado de dar. ¿Por qué?
R. Porque
dentro del secuestro de las instituciones, Maduro también tiene secuestrada a
la cúpula militar con un mensaje disfrazado de patriotismo y de lealtades, de
simbologías. Algunos militares que están en la alta jerarquía tienen
compromisos de carácter económico o Maduro sabe algún secreto. Por allí los
tiene agarrados.
P. ¿Y fuera de
la cúpula?
R. Hay miedo,
terror. Hay señales suficientes de las cosas que les van a hacer en caso de que
descubran que no están de acuerdo.
P. ¿Cuánto
poder tiene Vladimir Padrino?
R. Después del
amanecer [por el 30 de abril] muchas cosas han cambiado. Creo que hay
negociaciones para su permanencia en el ministerio de Defensa. A lo mejor le ha
vendido a Maduro la idea de que él le garantiza que no le vayan a sacar del
poder. Y Maduro le garantiza a él que no va a permitir que sea juzgado.
P. ¿Qué peso
tiene Diosdado Cabello?
R. Tiene una
fuerza importante en la base y en el partido del Gobierno que le sigue. Maduro
y él tienen una buena relación. Diosdado no está dentro del Ejecutivo, pero
influye en decisiones, sobre todo en la nueva configuración de la estructura
militar y de algunas políticas públicas.
P. En los
últimos meses da la impresión de que el Sebin responde a distintas órdenes.
¿Hay unidad en los servicios de inteligencia?
R. En el Sebin
hay gente muy valiosa, pero van a copiar el modelo de lo que hagan sus jefes.
Yo traté de humanizar, pero hay funcionarios de mayor jerarquía que tenían como
norma hacer cosas inadecuadas, participar en extorsión o en hechos de fuerza.
Eso no lo controla uno como director. Cuando a Guaidó lo trataron de hacer
preso, me personé en la sede y mandé llamar a los funcionarios y se les dictó
una medida.
P. ¿Quién
ordenó la detención?
R. No lo sé, lo
que me dijo el comisario al cargo es que se confundió en la orden. Había un
seguimiento permanente, porque había que reportar cada dos horas dónde estaban
Guaidó y otros líderes de la oposición. Yo le dije que cuál había sido la
orden: “Vigilancia y seguimiento. Me confundí”, me respondía.
P. Usted sabe
que eso no es cierto, que alguien tuvo que ordenarlo.
R. Tengo mis
sospechas de quién pudo haber dado la orden, pero como no tengo los suficientes
elementos me parece irresponsable decirlo.
P. ¿Por qué
cree que se tiene en aislamiento al general Raúl Isaías Baduel?
R. Con Baduel
conversé varias veces. Es una persona a la que le llama la atención la lectura
y compartíamos el interés por el lado académico. Me comentó: “Estando tú en la
DGCIM al coronel Franco Quintero le dieron la orden de sembrarme una agenda,
unos escritos. Eso hicieron y me llevaron a prisión”. Revisé el expediente,
algunas cosas y me di cuenta de que realmente estaba secuestrado. Yo no lo
sabía. El maestro del arte del engaño, Maduro, le da una orden a Jorge
Rodríguez y hacen que una infamia parezca realidad.
P. Usted fue
entrenado en Cuba y Bielorrusia…
R. Hice
estudios allá
P. ¿Qué papel
tienen los agentes cubanos en Venezuela?
R. Venezuela
tiene convenios con varios países. En el caso de Cuba, Venezuela da petróleo y
ellos lo pagan con prestación de servicios: hay médicos, profesores y
asistencia en la parte militar. Es una relación de asesoría.
P. ¿Qué tipo de
asesoría?
R. En la DGCIM
y en el Sebin era estrictamente académica y de planificación de los estudios.
Son muy buenos en la planificación educativa, excelentes.
P. ¿Quiere
decir que no hay influencia cubana detrás de las estrategias de persecución a
los críticos con Maduro?
R. Decir eso es
una irresponsabilidad. Ahora, no sé si Raúl Castro le recomendaba directamente
a Maduro qué hacer, es posible que eso haya sido así, pero hay un mito en torno
a la participación de los cubanos. Estaban reducidos a su espacio académico.
P. ¿Pero los
cubanos no participan en la seguridad de Maduro?
R. Eso es otra
cosa. En el primer anillo de seguridad de Maduro hay un grupo importante de
cubanos, tiene médicos, cocineros, psicólogos.
P. ¿Cuánta
gente?
R. Antes de yo
venirme eran 15 en ese espacio, pero después, un compañero de la guardia de
honor me dijo que habían llegado 200 personas.
P. ¿Cuál es la
participación de Rusia?
R. Es una
relación comercial. Venezuela ha comprado sistemas de armas y tecnología a
Rusia, cada cierto tiempo viajan a actualizar los equipos, a entrenar al
personal.
P. ¿Qué
penetración tienen las guerrillas colombianas en Venezuela?
R. El ELN ha
hecho contactos con algunos mandos militares, los ha corrompido en la frontera.
Hablamos de mandos medios y bajos. En el caso de las FARC, según informaciones
de inteligencia que me llegan, [el exguerrillero] Jesús Santrich habría llegado
a Venezuela para de ahí sacarlo a Cuba. Nadie en el alto mando militar está de
acuerdo con la relación con la guerrilla. En algún momento, el ELN me mandó un
mensaje para reunirse conmigo. Yo informé a Maduro y me dijo: “No me mandes eso
por teléfono, lo vemos en persona”. Después, me dijo que él tenía una persona
que los iba a atender, el almirante Rodríguez Chacín.
P. ¿Qué
credibilidad le da a las conversaciones que se dan en este momento en Barbados?
R. Maduro habla
de diálogo cada vez que se encuentra acorralado. Por eso digo que es un
estafador. Él lo que quiere es seguir en el poder. Maduro lo está utilizando
como una válvula de escape. El diálogo debe darse para restituir la democracia,
pero Maduro no debe estar. Es una maniobra para ganar tiempo. Está haciendo
cualquier cantidad de marramucias, diríamos en Venezuela, para ganar tiempo y
permanecer ahí.
P. ¿Es posible
una salida no violenta?
R. Si Maduro se
va, claro. Pero tiene que irse. Él es el problema.
P. Se lo
pregunto de otra manera, ¿usted cree que Maduro dejará eventualmente el poder
de una forma negociada?
R. Tengo dudas.
P. Maneja un
lenguaje, un discurso, muy similar a lo de muchos líderes de la oposición.
¿Usted se sigue considerando chavista?
R. Tendría que
explicar qué es para usted el chavismo para ver si yo entro en eso. Porque en
Venezuela el problema no es ideológico. Yo tengo una postura nacionalista,
bolivariana, de un patriota venezolano. Yo soy un hombre que clama la justicia.
Por menos de lo que está ocurriendo en Venezuela, Chávez llevó adelante una
rebelión militar y por menos de esto no sé qué le haría a Maduro.
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