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sábado, 10 de marzo de 2018

Con mal pie por @cgomezavila


Por Carolina Gómez-Ávila


El equipo del taimado Henri Falcón arranca con mal pie. Su Secretario General ha fanfarroneado con que la MUD está muerta haciéndole un sospechoso coro a los agitadores de la calle, extremistas que idolatran a los marines y que juran que van a impulsar una rebelión popular en un país donde las cabezas que se podían calentar protagonizan una estampida migratoria. Como un hijo que reniega de la madre que lo parió, omite que la muy delgada capa de barniz opositor que ostenta Falcón la obtuvo entrando en la MUD de la mano de Henrique Capriles Radonski en 2012, quien lo apoyó tan decididamente que en 2013 lo nombró jefe de campaña en su aspiración presidencial.

Mientras tanto, un dirigente regional de su partido -y profesor universitario para más inri- culpa del rechazo a Falcón a la “supremacía blanca caraqueña”, nauseabundo resurgir del racismo en el discurso político que les enseñó Chávez. A esto se suma la metempsicosis política: finalmente se descubre el lento proceso de transmigración de las más eruditas plumas caprilistas, argumentadores ahora en favor de la candidatura de Falcón. Además, aparecen “ideólogos” del exgobernador haciéndose notar a través del desprestigio a ciudadanos comunes, lo que revela que no tienen idea de dónde y cómo conseguir aliados y sí unos egos sedientos de reconocimiento; lo hacen descuidando lo que deberían atender: la cantidad de absurdas contradicciones que publica, a guisa de postulados ideológicos, Avanzada Progresista en sus redes sociales.

En el artículo que Falcón firma como escrito por él en The New York Times, presume de amplitud, pero no del dinero que eso cuesta. Por la ferocidad de los ataques de los adláteres de Falcón a la MUD, y por su necesidad de congraciarse con la dictadura para que lo deje participar en paz, pienso que la contabilidad de Falcón deberá calcularse en petros.


Ahora debe habérsele apretado la soga al cuello con la declaración de Dujarric, portavoz de Guterres en la ONU, que ha dejado claro que una eventual misión de observación electoral depende del mandato de la Asamblea General o del Consejo de Seguridad. Creo que este asunto está por definir nuestro futuro más que cualquier otro y no debe ser subestimado por ninguna de las partes.

Si el exgobernador realmente quiere la presidencia y no hacerle el mandado a la dictadura -como nos está pareciendo a muchos- tendrá que comenzar por admitir que no le bastará el dinero sino que necesita de mucho apoyo estratégico y de militantes con experiencia que le cuiden los votos. Por eso y para eso debe ir a rogarle a la MUD que salga en cambote llamando a votar por su triste candidatura. Sí, Falcón debe bajar la testuz si no es hipócrita cuando habla de inclusión, y también debe ofrecer garantías, reconociendo que los líderes de la MUD labraron con escardilla y al sol mientras él permanecía en una cómoda sombra que podría resumirse así: “nunca seré candidato opositor pero lo más importante es la unidad”. Me preocupa especialmente que no haya abjurado de ser “chavista light”, pero no por darme el gusto sino porque el chavismo democrático no existe, eso es un oxímoron político bajo el cual no puedo creerle otras declaraciones que quiere vendernos por suficientes.

Para asomarme a ellas, no olvido que el partido Avanzada Progresista fue fundado en 2012 por Henri Falcón y Vladimir Villegas, y que la entrada del segundo en la parrilla de programación de Globovisión le convirtió en su operador político más importante. De hecho, a la fecha considero que el canal entero está en campaña editorial a favor de Falcón.

Falcón ha declarado que, de resultar electo presidente, no optará a la reelección. Hermosa consigna para quienes valoramos la alternancia republicana, pero insultante si cree que será suficiente considerando que la reelección está prevista en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. ¿Pretende Falcón que su palabra nos baste sin presentar de una vez la propuesta de enmienda constitucional?

Igual declaró que liberará a los presos políticos, ¿ya redactó la ley de amnistía o ha pedido a los interesados que propongan el que debería ser su primer decreto de Gobierno? Me resulta ofensivo que pretenda que le creamos sin acciones consistentes.

Por eso ya me estoy preparando emocionalmente para verlo, gane o no gane, como parte del gabinete dictatorial a golpe de junio; seguramente haya que creer que ser parte de la transición implica conformar un nuevo cártel de la corporación que nos mantiene secuestrados. No dudo que lo manden de gira para pedir la liberación de los recursos represados a los criminales que nos han esquilmado hasta matarnos de mengua. Y quizás tenga que admitir que si lo logra podría mitigar nuestras dantescas necesidades, pero no la náusea que me produce.

No hay quien le crea, Falcón. ¿Quiere los votos? Pase por la oficina de la alianza de demócratas que, golpeados y exprimidos, se desgastaron para que usted bebiera mieles. Muéstreles respeto, pídales ayuda y deles garantías porque sin ellos usted no va a ganar. Usted, Falcón, empezó con muy mal pie.

10-03-18

http://talcualdigital.com/index.php/2018/03/10/con-mal-pie-por-carolina-gomez-avila/


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