“TENGO SED” (Jn
19,28)
MENSAJE AL PUEBLO
DE DIOS
Y A LAS PERSONAS
DE BUENA VOLUNTAD EN VENEZUELA
I.
REAFIRMAMOS LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA Y
SUS DERECHOS INALIENABLES.
1.- Ante la gravedad de la situación que vivimos
en Venezuela, los Obispos, interpretando como pastores los clamores y anhelos
de nuestras comunidades, hemos escrito varios mensajes con referencia a la
realidad propia de las Iglesias locales. Desde el anuncio del Evangelio, se ha
iluminado lo que está viviendo, sufriendo y esperando la gente. En dichos
mensajes se ha hecho mención de situaciones particulares que van desde lo
acontecido en las fronteras con Colombia y Brasil hasta las consecuencias del
así llamado “apagón eléctrico nacional”. Se ha reiterado la necesidad de estar pendientes
del pueblo y se han elevado a las autoridades nacionales y regionales los
clamores por justicia, paz y libertad de nuestro pueblo. Asimismo se ha pedido
decir siempre la verdad. El pueblo está cansado de tantos engaños. El
Episcopado hace suyo el contenido y la intencionalidad de dichos mensajes. Más
aún, tanto lo dicho por los hermanos Obispos como los mensajes de la
Conferencia expresan el sentir del Santo Padre Francisco.
2.- Actuamos en el nombre de Dios sin otro
interés que el de servir; no como lo hacen los reyes y gobernantes del mundo,
sino al estilo del Señor Jesús, quien ofreció su vida por la salvación de toda
la humanidad (cf. Mc 10,42-45). Nuestra preocupación se dirige a todos y cada
uno de los hombres y mujeres de Venezuela, en especial a quienes se sienten
abandonados y sufren las calamidades de la crisis actual. Reafirmamos la
dignidad y centralidad de la persona humana, recordando lo que nos enseña la
Palabra de Dios sobre el acto creador de la persona humana: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” (Gen. 1,26). A la vez, recordamos que con la
Encarnación, el Dios humanado elevó
todavía más esa dignidad al hacer posible que los seres humanos pudieran
convertirse en hijos de Dios Padre (Cf. Jn 1,12).
3.- La Doctrina Social de la Iglesia nos habla
continuamente de la dignidad de la Persona Humana. Para la Iglesia, fiel a la
enseñanza recibida de Dios, no hay acepción de personas; ya que cada persona es
sujeto de su desarrollo y no puede ser menospreciada por ninguna ideología. Por
eso, “la persona no puede estar
1
finalizada a proyectos de carácter económico,
social o político, impuestos por autoridad alguna, ni siquiera en nombre del
presunto progreso de la comunidad civil en su conjunto o de otras personas, en
el presente o en el futuro” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia,133).
4.- Por su dignidad y centralidad, toda persona
tiene unos derechos inalienables. El primero y fundamental es el de la vida, de
donde surgen todos los demás. “La fuente última de los derechos humanos no se
encuentra en la mera voluntad de los seres humanos, en la realidad del Estado o
en los poderes públicos, sino en el hombre mismo y en Dios su Creador. Estos
derechos son «universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún concepto»”
(Ibide,153). La defensa,
proclamación y desarrollo de los derechos humanos garantizan el bien común de
toda la sociedad, sin excepción alguna para nadie.
II.
DELITOS DE LESA HUMANIDAD.
5.- Los derechos humanos son irrespetados de
diversos modos y, en ocasiones, se llega a cometer delitos de lesa humanidad.
Lamentablemente esto se ha venido haciendo en nuestra patria bajo la mirada
complaciente de las autoridades que deben velar por el recto cumplimiento y
defensa de los derechos humanos. Venezuela, por medio de una Ley aprobatoria ha
adoptado el ESTATUTO DE ROMA como Ley de la República (según
consta en la Gaceta Oficial Nº 5507 Extraordinario del 13 de diciembre del
2000). En dicho Estatuto se establecen los diversos delitos tipificados como “crímenes de lesa humanidad”.
6.- Entre esos “crímenes de lesa humanidad” pueden considerarse numerosas
situaciones sobre las que hemos alertado en varios documentos del Episcopado.
Mencionamos algunas de ellas: el asesinato
y represión de los indígenas pemones y otras etnias del sur del país, a
quienes además se les irrespeta sistemáticamente sus culturas; la deportación forzosa de colombianos y
venezolanos, sin los procedimientos de ley cuando en 2016 se cerró la frontera
con argumentos poco creíbles; la encarcelación
u otra privación grave de la libertad
física en violación de normas fundamentales; la tortura que se realiza en
contra de detenidos por motivos políticos; la imposición intencional de
condiciones de vida como la privación
del acceso a alimentos y medicinas; la desaparición
forzada de personas, es decir, la aprehensión, detención o secuestro por parte del Estado, con su
autorización, apoyo o aquiescencia, seguido de la negativa a informar sobre la
situación y lugar de reclusión.
7.- El artículo 25 de la Constitución Nacional
afirma: “Todo
acto dictado en ejercicio del Poder
Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y
la ley es nulo, y los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo
ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa,
según los casos, sin que les sirvan de excusa órdenes superiores”. Todos
los revestidos de autoridad que hayan
incurrido o favorecido los delitos antes
2
mencionados y
otros del mismo talante son responsables ante la ley humana, pero, sobre todo,
ante Dios, quien les premiará o condenará de acuerdo a lo que “hayan hecho a uno de mis hermanos pequeños”
(Mt 25,40).
8.- Les recordamos de nuevo a la Fuerza Armada
Nacional lo que enseña la Constitución acerca de su papel a favor del pueblo: “En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la
Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna” (artículo
328). En sus actuaciones, a la vez, ha de defender los derechos humanos de todos los ciudadanos sin
excepción; no hacerlo es un pecado gravísimo y una falta contra la ley. “Los y las integrantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana deben
conocer, respetar, cumplir y hacer cumplir las disposiciones legales nacionales
e internacionales relacionadas con los Derechos Humanos en tiempo de paz y en
estado de excepción, actuando en el marco de los mismos (Artículo 167 de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana)”. En virtud de ello, volvemos a invitar a todos los miembros de las Fuerza Armada a sentirse parte
de un pueblo al que hay que defender y servir, actuando de acuerdo a su propia
conciencia.
9.- Expresamos nuestra profunda preocupación por
las situaciones que se han creado debido a los recurrentes “apagones” a nivel
nacional que, entre otras cosas, agudiza aún más la crisis de suministro y
conservación de los alimentos y medicinas. A esto se suma, además, el
agravamiento del problema de la falta de agua potable en muchos lugares del
país que, en su conjunto, amenaza con degenerar en una situación sanitaria de
carácter catastrófico. Las múltiples protestas de los ciudadanos manifiestan el
descontento generalizado ante la falta de respuestas de los organismos del
Estado. Nos hacemos eco del clamor de la gente que pide un cambio político ante
el empeoramiento de la situación. La ingobernabilidad existente tiene su raíz
en la ilegitimidad del régimen. Es necesario reconocer la legitimidad jurídica
y moral de la Asamblea Nacional para emprender caminos de entendimiento y
solución. Resulta grave, ilegal e irresponsable el llamado a los “colectivos” a
reprimir a la gente cuando reclama legítimamente sus derechos fundamentales.
III. LA
NECESARIA CONVERSION.
10.- En este tiempo de Cuaresma que estamos
viviendo, Cristo nos invita a la Conversión, que consiste en la amplitud de
mente y corazón para hacer el bien a todos los seres humanos. En el caso de
quienes están alejados, o se han enfriado, o se han dejado seducir por el “pecado del mundo” con sus secuelas de
corrupción y delitos de lesa humanidad, la llamada de Dios es al cambio radical
de vida. El evangelista Lucas nos presenta la parábola del Padre bueno que
recibe a su hijo quien se había ido lejos y malgastado su herencia. Pero, luego
de recapacitar toma la decisión de regresar y pedir perdón: “Sí, me levantaré e iré donde mi Padre” (Lc 15,18). Fue recibido
por el Padre Misericordioso quien le
3
devolvió su
dignidad de hijo. La Iglesia, Madre y Maestra, dirige a todos los que han hecho
del mal y del pecado una opción de vida, una invitación a la conversión para
vivir en la libertad de los hijos de Dios.
11.- Esto implica todo un proceso de
reconciliación, que es parte del ministerio evangelizador de la misma Iglesia.
Estamos llamados a cambiar, a reconciliarnos y a arriesgarnos a poner en
práctica la ley del amor fraterno. En Venezuela, nos hacemos eco de esta
Palabra de salvación y queremos asumir, no la actitud del hijo mayor de la
parábola, sino la del Padre que recibe, purifica, perdona y re-crea la comunión
entre todos. No hay tiempo que perder: es hora para el cambio exigido por la
inmensa mayoría de los venezolanos, para el encuentro, para la apertura de
mentes y corazones.
12.- Al final de la Cuaresma sólo podremos
celebrar la Pascua del Resucitado, auténtico liberador de la humanidad, si
todos los creyentes y personas de buena voluntad unimos nuestros esfuerzos para
hacer brillar el resplandor de la dignidad humana e invitamos a salir de su
oscuridad a quienes están atentando contra los hermanos con delitos de lesa
humanidad. Para ello, es necesario tender puentes y derribar muros de división,
en la edificación de una patria que sea casa para todos. Es nuestro desafío,
¿lo asumiremos?
13.- María, Madre Dolorosa, acompaña el Via
Crucis que vive nuestro pueblo en la esperanza de la liberación pascual
realizada por su Hijo Jesucristo. Que la bendición del Dios Uno y Trino nos
llene de fortaleza y entusiasmo evangelizador para seguir construyendo en
nuestra nación el Reino de justicia, paz, libertad y amor.
Caracas, 2 de abril del año 2019.
La Presidencia de la CONFERENCIA EPISCOPAL
VENEZOLANA
X José Luis Azuaje Ayala
|
X Mario Moronta Rodríguez
|
Arzobispo de Maracaibo
|
Obispo de San Cristóbal
|
Presidente de la CEV
|
1° Vicepresidente de la
CEV
|
XRaúl Biord Castillo
|
X José Trinidad Fernández Angulo
|
Obispo de La Guaira
|
Obispo Auxiliar de Caracas
|
2° Vicepresidente de la CEV
|
Secretario
General de la CEV
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico