ANTONIO MARIA DELGADO 07de mayo
de 2014
@DelgadoAntonioM
El régimen de Nicolás Maduro ha
emprendiendo una ola represiva para tratar de moldear a la oposición y
convertirla en una fuerza mucho más dócil, centrando la persecución política en
aquellos sectores que respaldan la protesta en la calle, dijeron analistas y
dirigentes políticos.
“El gobierno está intensificando la represión,
pero sólo está persiguiendo al sector de la oposición que no está en la mesa de
diálogo y que ha estado muy activa en la protesta pacífica en la calle”,
explicó Diego Moya-Ocampos, analista senior de IHS Global Insight/IHS Jane’s.
El uso del aparato judicial,
controlado en su totalidad por el chavismo, como herramienta de persecución
política puede verse en las últimas citaciones judiciales de dirigentes de la
oposición, especialmente aquellos que forman parte de Voluntad Popular, el
partido del encarcelado líder opositor Leopoldo López, dijeron los consultados.
“Están intensificando la represión,
utilizando las instituciones del Estado, utilizando el poder judicial para
perseguir a quienes disienten con el gobierno”, comentó Moya desde Londres.
“En los últimos días hemos visto la
salida de una cantidad de citaciones del Sebin (Servicio Bolivariano de
Inteligencia Nacional) para activistas y dirigentes de Voluntad Popular”,
agregó.
El incremento de la persecución
política viene de la mano de las acusaciones lanzadas la semana pasada por el
régimen contra un selecto número de dirigentes, acusándolos por un lado de
tramar para derrocar a Maduro y por el otro de haber estado detrás del reciente
asesinato de un cercano colaborador del fallecido presidente Hugo Chávez.
PRESUNTO COMPLOT
El ministro de Interior, Justicia y
Paz, Miguel Rodríguez Torres, desveló el viernes un presunto complot
internacional, en el que sectores de la oposición —encabezados por López, la
diputada María Corina Machado, el ex embajador Diego Arria y el ex senador
Pablo Medina, entre otros— habrían unido fuerzas para planificar con Washington
el derrocamiento de Maduro.
“Lo que está viviendo Venezuela es sin
duda alguna un plan de conspiración insurreccional con fines claros de derrocar
al gobierno legítimamente instaurado en el país y que ese plan obedece a un
objetivo estratégico permanente del Departamento de Estado de los Estados
Unidos”, declaró Rodríguez Torres.
Según el ministro, las manifestaciones
de protesta que desde hace tres meses sacuden al régimen de Maduro forman parte
del complot.
Pero Medina, quien se encuentra esta
semana en Miami, dijo que el único complot en Venezuela es el de los esfuerzos
del chavismo por aplastar a la oposición, haciendo uso del sistema judicial
como instrumento de persecución política.
“Esto es un plan para criminalizar a
la oposición, pero no a toda la oposición, sino a aquellos sectores que no
están en [el palacio de] Miraflores”, dialogando con Maduro, dijo Medina.
El ex senador se refería a los
representantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que accedieron a
participar en al Conferencia Nacional por la Paz, convocada por Maduro para
tratar de encontrar una salida negociada a la crisis política del país.
‘LAVAR LA CARA’ DEL RÉGIMEN
Pero muchos dirigentes de la
oposición, incluyendo a Medina, no están de acuerdo con el planteamiento,
diciendo que Maduro no está realmente interesado en negociar y que el diálogo
solo sirve para lavarle la cara al régimen y deslastrarse de las múltiples
acusaciones de violaciones a los derechos humanos.
Moya coincidió con esa tesis.
“El gobierno está tratando de utilizar
el diálogo, no solamente para ganar tiempo, sino adicionalmente para perseguir
a aquellos dirigentes de la oposición, aquellos dirigentes estudiantiles, que
no forman parte de las conversaciones y que han tenido un rol protagónico en la
protesta pacífica de calle”, comentó el analista.
Medina advirtió que la persecución
podría intensificarse en las próximas semanas en medio de los esfuerzos de
Maduro de vincular a la oposición con el reciente asesinato del ex jefe de
inteligencia Eliézer Otaiza, cuyo cuerpo fue encontrado semidesnudo en un
botadero de basura, con cuatro heridas de bala y rastros de haber sido
golpeado.
Algunos de los habitantes de la zona
donde se encontró el cuerpo han declarado a los medios de comunicación que
Otaiza fue interceptado por una banda de delincuentes que intentaba robarle su
camioneta, que lo golpearon porque puso resistencia, y que luego le dispararon
cuando vieron aproximarse a una unidad de la policía.
Pero el chavismo alega que la
oposición ordenó el asesinato.
“Yo no puedo callar la verdad. El
asesinato de Otaiza fue planificado [...] lo alentaron desde Miami sectores que
tuvieron el poder económico en Venezuela y lo prepararon para esconder las
intenciones de sus autores intelectuales”, denunció Maduro.
La acusación fue repetida por el
presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
“A nosotros nadie nos va a sacar de la
cabeza, y estamos seguros de que la investigación tiene que llegar hasta donde
tiene que llegar, que Otaiza fue mandado a asesinar”, expresó Cabello en su
programa de televisión Con el Mazo Dando.
VIEJA TÁCTICA
Según Medina, esta no sería la primera
vez que el régimen hace uso de una muerte para emprender una feroz represión
policial contra dirigentes de la oposición.
Eso fue precisamente lo que sucedió en
el 2004 con el asesinato del fiscal Danilo Anderson, en un sonado caso donde
varias figuras públicas incómodas para el chavismo fueron implicadas en base a
testimonios que luego terminaron siendo falsos, dijo Medina, quien escribió un
libro sobre el tema.
El dirigente agregó que todas estas
maniobras del régimen buscan apagar las manifestaciones de protesta en la
calle, bajo el temor de que los sectores populares, aquellos que
tradicionalmente han respaldado al chavismo, terminen sumándose.
“Ellos van a seguir con la ola
represiva para poder detener las manifestaciones, la resistencia, porque si se
llega a unir el Este de Caracas [donde reside principalmente la clase media]
con el Oeste [la zona popular de la capital] sería muy difícil que esta gente
se mantenga en el poder”, comentó Medina.
“El malestar de la población ya está,
el malestar es creciente. Y le tienen miedo a que se produzca esa unidad entre
este y oeste”, insistió.
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