Por Henrique Capriles
Creer que los venezolanos en
2017 piensan igual que en 1998, es no entender que el país en pleno cambió. La
corrupción, el hambre, la inseguridad, el doble discurso, la mentira, el
desastre económico y en definitiva una crisis humanitaria que no cabe dentro
del país, son el claro ejemplo de que Venezuela es otra.
El régimen de Nicolás Maduro
sabe que ya no tiene enfrente a una masa obediente y sumisa, por eso se empeña
en buscar miles de artimañas para tratar de sembrar la desesperanza y la
incertidumbre con el único fin de que el pueblo no asista a las elecciones
regionales, que luego de 10 meses de atraso por fin tienen fecha y que se logró
gracias a las protestas de miles de venezolanos en las calles.
En su afán por mantener el
poder, los corruptos intentarán impedir ser desplazados de las gobernaciones a
como dé lugar, eso lo podemos esperar, pero no podemos ser los venezolanos que
queremos un cambio en el país los que les dejemos el camino libre para hacerse
de las 23 gobernaciones.
Los conocemos, sabemos como
actúan y de lo que son capaces de hacer. Sabiendo todo esto podemos
organizarnos y luchar frente a un régimen que ha mostrado todos sus tentáculos
dictatoriales. Pero para eso necesitamos estar unidos, unidos como estuvimos en
las parlamentarias y que significó una victoria abrumadora de la democracia
frente al narcogobierno. Pudimos hacerlo en las últimas elecciones de 2015 y
podemos volver a hacerlo si estamos juntos en esta lucha.
La abstención no es una
opción, porque estaríamos dándoles las gobernaciones en bandeja de plata.
Frente a gobernadores corruptos, violadores de derechos humanos, que avalan la
política económica de Maduro, cómplices de la escasez de medicinas y del alto
costo de la vida, sería injustificable despreciar la posibilidad de desplazarlos
y tener espacios que ya perdimos por no ir votar. Nos corresponde enfrentar
unidos este 15 de octubre a quienes destruyeron a nuestra Venezuela.
Ya tenemos candidatos
unitarios en todo el país, en una muestra de total democracia y libertad, los
venezolanos tuvimos la opción de elegir a quienes queremos sean la cabeza de la
lucha desde los estados. Muchos que no fueron a votar en las primarias
preferían que ganara otro candidato, ese es un claro ejemplo de por qué hay que
ir a votar el 15 de octubre, para tener la mayor cantidad de gobernaciones que
nos permitan desde esos espacios de gobierno hacer frente a un régimen que cada
vez se vuelve más autoritario, pero que cada vez estamos más cerca de
cambiarlos.
En Miranda nuestro candidato
es Carlos Ocariz. Estamos seguros que el pueblo de nuestro amado estado
acompañará a Carlos en este camino hacia la continuidad de una política de
igualdades, sin ningún tipo de discriminación.
Si oyen los discursos de los
que son candidatos del gobierno sabrán que ellos no creen en las gobernaciones,
el candidato del Psuv a Miranda siendo ministro de educación jamás cumplió con
los compromisos adquiridos con los docentes de la Gobernación. Ellos apuestan a
un Estado centralizado que lo controle todo, por eso es importante tener
Gobernaciones en manos de demócratas que defiendan los derechos de sus estados
y que faciliten un cambio de modelo para el país completo.
El mundo entero ya sabe las
mentiras del discurso oficial de todos estos años de retroceso institucional,
democrático, económico, en salud y alimentación, en seguridad y criminalidad,
por eso están cada vez más cercados y con serias dificultades para conseguir el
apoyo financiero internacional que los mantenga un tiempo más a flote. No en
balde ahora vuelven hablar de diálogo y negociación. La verdad es que el
gobierno asistió a República Dominicana no por vocación democrática, sino
porque tiene el sol en la espalda.
El miedo exacerbado de la
dictadura y sus enchufados por las sanciones internaciones va en aumento. Son
varios los gobiernos que ya consideran a Venezuela como un “estado fallido”
ante la penetración criminal en diferentes áreas gubernamentales. Incluso todo
parece indicar que las sanciones de la Comunidad Europea contra el gobierno
están a la vuelta de la esquina. Igualmente, el Secretario General de la OEA,
Luis Almagro, continúa realizando acciones para lograr la ayuda humanitaria
ante la crisis de alimentación y salud que Maduro no quiere reconocer.
Maduro está parado frente a
una bomba de tiempo. La situación de caja del gobierno es tan seria que la
única forma que pague a los acreedores internacionales es en detrimento de las
importaciones, pero el verdadero problema es cómo hará en 2018. Los expertos en
el tema económico dicen con certeza que el default es inevitable. Tras la
implantación de un modelo económico errado, la cesación de pagos es el único
resultado posible. La deuda de 2018 quedará fuera de la capacidad del gobierno.
Para resolver la crisis hace
falta tomar las medidas correctas para sanear la economía, pero el gobierno
sigue empeñado en una política marcada por controles de divisas y subsidios
plagados de corrupción. Lo correcto sería cambiar todo ese aparato arcaico e
incentivar la producción nacional. Mientras eso no se haga seguiremos sumidos
en una crisis económica sin precedentes y que tiene como característica
fundamental la inflación más alta del planeta.
La inmensa mayoría de los
venezolanos depende de un ingreso fijo que no crece o varía al mismo ritmo que
los precios. Bajo este escenario el regreso a clases de primaria pautado para
mañana lunes será todo un reto para los padres, puesto que algunos implementos
de la lista de útiles registraron un alza de casi 1.800%. Sin hablar del costo
de los uniformes y del calzado. Muy compleja la situación, cuando la prioridad
es llevar algo de comida a la casa, y como resultado del hambre sabemos que
miles de niños abandonarán la escuela.
Todas estas son razones para
seguir luchando. El país no le pertenece a un grupito que quiere hacerse
millonario a costa del hambre del pueblo. Nuestra Venezuela es de cada uno de
nosotros, de los que nacimos en esta Tierra de Gracia que nos ha visto crecer
con tropiezos pero siempre dispuestos a seguir caminando en ella, y de los que
la escogieron como su segunda tierra para hacer familia, porque eso es nuestra
Venezuela, el país de las maravillas que permitió que miles de europeos y
latinoamericanos encontraran en ella un nuevo hogar y nos permitieran ser lo
que somos hoy, un país de mezclas y hermandad que nos hace únicos en el mundo.
Esa Venezuela está ahí y entre todos la tenemos que recuperar, está en nuestras
manos, y el 15 de octubre es otro paso más en esta lucha por el rescate
definitivo de nuestra Venezuela.
¡Qué Dios bendiga a los
venezolanos y cubra de luz a todos los niños y jóvenes que hoy sus estudios se
ven cuesta arriba!
17-09-17
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