Luis Manuel Esculpí 13 de marzo de 2018
El
análisis de situaciones y hechos a partir de una visión parcial y limitada
suele conducir conclusiones equivocadas. Una mirada influenciada por prejuicios
en nada contribuye a formarse un criterio sobre los acontecimientos. A menudo
las reacciones que se producen están impregnadas desde esa óptica, las redes
sociales son un ejemplo de estas consideraciones.
Estas
reflexiones surgen a partir de diversos comentarios a dos acontecimientos
trascendentes de la semana pasada, el primero de ellos el protagonizado por
importantes instituciones, gremios y organizaciones de la sociedad civil
efectuada en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, donde se
mostró una verdadera disposición a encontrarse, además de ser expresión de
relanzamiento de una nuevo estadio de la unidad de las fuerzas del cambio.
El
segundo acto realizado en el Centro Cultural Chacao donde se anunció la
constitución del “Frente Amplio Venezuela Libre”, ambos eventos tenían sus
particularidades y sus coincidencias. Extrañamente hay quienes aplaudieron el
primero y vituperaron la constitución del Frente, sin establecer la más mínima
relación entre ellos.
En el
Aula Magna representantes de las organizaciones políticas y un grupo de
parlamentarios asistieron sin ser los protagonistas principales, en Chacao los
dirigentes políticos participaron como coprotagonistas, junto a una nutrida
representación de instituciones y representación de la sociedad civil
organizada. No podía ser de otra manera, ya que se trataba de estar en sintonía
con los objetivos planteados por la nueva organización.
Negar
el rol de los partidos políticos en un Frente que se propone el cambio
político, significa desconocer la realidad y las enseñanzas históricas. Los
partidos al margen de su actual debilidad, de sus carencias, limitaciones e
incluso sus errores, son instrumentos indispensables en la lucha social y
política, sería impensable alcanzar propósitos como los definidos sin su
concurso.
El
resurgimiento de nuevas versiones de la antipolitica y de añejas posiciones
antipartido, parecen olvidar el clima que a partir de esa predica y la
aparición de figuras denominadas “notables” con su discurso contribuyeron
decisivamente a las manifestaciones que posibilitaron la llegada al poder del
régimen actual.
Lo que
es peor la descalificación del segundo acto -en la mayoría de los casos- se
fundamentó en una foto donde solo aparecían los dirigentes políticos que con
todo derecho y de manera natural participan del Frente, los pretendidos
críticos riguroso, ni siquiera se molestaron en averiguar cómo se había
desarrollado el evento. Se formaron un severo juicio a partir de una fotografía
parcial y lanzaron un grito de angustia ¡Las mismas caras¡
Si se
hubiesen cuidado de revisar los detalles del acto habrían tenido cuando menos
que variar la exclamación, porque participaron como oradores: Rafaela Requesen,
Presidente de la FCU de la UCV, Abner Molina del Consejo Evangélico, José
Virtuoso, Rector de la UCAB, Víctor Márquez Presidente de la APUCV UCV, Ricardo
Cussano de Fedecamaras, Ali Gómez, joven del chavismo disidente, Francisco
Valencia Director de Codevida, Jhonny Montoya, hermano del colectivo asesinado
Juancho Montoya. ¡No eran las caras de siempre¡
De los
dirigentes políticos apenas hablaron Ramón Guillermo Aveledo, a nombre de todos
los partidos políticos presentes y Omar Barboza en su condición de Presidente
de la Asamblea Nacional.
El
título de este artículo podría sugerir que lo dedicaría a la obra teatral de
Gustavo Ott y que en la actualidad la puesta en escena está bajo la dirección
de Hector Manrique, con excelente acogida por la crítica y el público en
general, mi afición al teatro solo se manifiesta como espectador. En la
política intento -no siempre se logra- analizar los hechos de manera global, mucho
menos juzgar un acto trascendente por una imagen fotográfica parcial.
Luis
Manuel Esculpi
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