Por Antonio Pérez Esclarín
Son varias las veces que he
escuchado al Presidente Maduro decir que, al ganar las próximas elecciones
presidenciales, ahora convocadas para mayo, se va a dedicar desde el día
siguiente en cuerpo y alma, a la economía y a resolver los problemas del país
al que va a convertir en una verdadera potencia económica. Y yo me
pregunto y le pregunto: ¿Y por qué esperar a las próximas elecciones? ¿Por
qué no lo hace ya o, mejor, por qué no empezó a hacerlo desde que asumió la
presidencia? ¿Acaso no es esa su principal tarea y su obligación?
¿Ignora que es él el que nos gobierna y además con todos los poderes en
sus manos? ¿No está acaso con estas palabras aceptando su rotundo fracaso? ¿No
parece su propuesta más bien de un candidato de la oposición? ¿Si acusa a la
guerra económica de ser la causante de la profunda crisis que vivimos, cómo la
va a derrotar si no lo ha podido hacer antes?
El país, Sr. Presidente, está
muy mal y negar la gravísima situación, minimizarla o culpar siempre a
otros, no va a contribuir en nada a superarla ¿Acaso es falso que
Venezuela, en vez de ser un país de acogida, se ha convertido en un país de
adioses, y que son millones los que se han ido o piensan irse huyendo del
hambre, la falta de medicinas, la inflación, la inseguridad y por no ver aquí
futuro para ellos y para sus hijos? ¿Acaso ignora que la inflación ha
destruido el bolívar y que a pesar de los aumentos de sueldo, es imposible
vivir dignamente en Venezuela, y cada vez más y más personas sobreviven
de las divisas que les envía algún familiar que tienen en el extranjero? ¿Cómo
no reconocer el fracaso en las políticas para enfrentar apropiadamente y
resolver la inseguridad cuando pareciera que la delincuencia de cuello blanco,
de cuello negro y de los sin cuello se ha adueñado del país? ¿Cuáles son los
logros y los éxitos para justificar su aspiración a reelegirse?
La gran mayoría del pueblo
venezolano queremos una salida democrática y electoral a la crisis. No queremos
golpes de estado y mucho menos que vengan los marines o intervenga alguna
potencia extranjera. Los militares deben cumplir con el papel que les señala la
constitución y que juraron defender. Somos nosotros los que debemos resolver
nuestros problemas, y hacerlo de un modo democrático, como lo estipula la
constitución vigente. Por ello, queremos elegir, no sólo votar. Es
decir contar con garantías para que todos podamos ejercer nuestro derecho en
igualdad de condiciones, sin ventajas ni trampas y con un árbitro imparcial, de
modo que recuperemos la credibilidad y la confianza en el voto.
Me duele comprobar que la
oposición no ha sido capaz de capitalizar el descontento de las mayorías
con una propuesta unitaria y apasionante y sigue dividida y enfrentada.
Pareciera no entender que el verdadero rival a vencer es el Gobierno y no los
diferentes grupos que se oponen a él. Ir divididos a unas elecciones o ir
sólo unos pocos es asegurarle a Maduro el triunfo sin votos.
Y pregunto a los que dicen que no hay que ir a votar: ¿Qué están proponiendo
para que la abstención se convierta en fuerza movilizadora del cambio? ¿Qué
proponen como alternativa a la abstención? ¿Cuándo la abstención ha
ganado elecciones?
14-03-18
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