Editorial
Tal Cual
Por Xabier Coscojuela
No hay duda de que se rompió
la unidad. Nosotros siempre hemos sido partidarios de ella, no solamente porque
la consideramos vital para derrotar a la dictadura de Nicolás Maduro, sino
porque también nos parece fundamental para reconstruir a Venezuela el día que
la partida de corruptos, incapaces y negligentes que nos gobiernan salgan del
poder.
La unidad estaba ya bastante
resquebrajada desde enero de 2016. En aquella fecha, que hoy parece tan lejana,
ya se empezó a ver que las fisuras se agrandaban. Eso siguió ocurriendo durante
todo este tiempo y tuvo otros episodios, más recientes, como cuando Voluntad
Popular decidió no asistir a las reuniones de República Dominicana o cuando ese
mismo partido anunció que no participaría en las elecciones presidenciales, sin
esperar a la postura de los demás.
Ahora, cuando la abrumadora
mayoría decidió no participar, la rompe Avanzada Progresista al decidir
postular a Henri Falcón como candidato presidencial.
Ahora bien, nosotros creemos
que es un error no participar en estas elecciones. Entendemos lo difícil de la
decisión a tomar, pero estamos convencidos de que la menos mala era hacer
campaña electoral exigiendo las garantías electorales, denunciando la violación
a los derechos políticos y la necesidad de recuperar la democracia y también
reclamando por la violación a los derechos sociales en que incurre el gobierno
de Maduro al negarle a buena parte de los venezolanos la salud y la
alimentación que requiere, entre otros.
Las elecciones son el
momento de mayor participación activa de los venezolanos. Permite comunicarse
con todos los sectores sociales del país. Además, si no se participa no es
posible denunciar el fraude. Lo ocurrido en Bolívar es un ejemplo de lo que
decimos. Participar permite corroborar que la inmensa mayoría de los
venezolanos rechaza la dictadura de Maduro. Votar permite constatar esa
mayoría. Dicen que al votar se legitima a la dictadura, nosotros estamos
convencidos de que al gobierno de Maduro no lo legitima nada ni nadie.
El que esa candidatura, que
debió ser unitaria, llegara hasta el final es algo que debía decidirse según
fueran desarrollándose los acontecimientos. Volver a promover la abstención,
así le pongan el apellido de activa, nos parece un error. Creemos que lo único
que va a activar es a las redes sociales. Esperemos estar equivocados.
Ayer jueves se lograron
algunos cambios en las condiciones electorales. Por supuesto que no son los
óptimos, los ideales, pero sí representan una leve mejoría. Hay algunos
inaceptables, como la presencia de los puntos rojos, pero no se puede olvidar
que enfrentamos a una dictadura.
Las posibilidades de triunfo
de Falcón son remotas. No creemos que cuente con muchos recursos financieros.
La censura y autocensura que existe en muchos medios es otro factor a tomar en
cuenta. Su partido es una organización nueva, con poco implante en el país.
Tiene que armar un equipo que cuide los votos, porque Maduro es el candidato de
las mesas y va aplicar aquel refrán de acta mata votos.
Hay, sin embargo, un factor
muy importante que puede jugar a favor de Falcón: la enorme arrechera que tiene
la gente con el gobierno de Nicolás Maduro. Si su liderazgo es capaz de
movilizar dicho sentimiento, ese rechazo al abuso, a la arbitrariedad, al
hambre, a la inflación, a la escasez, a la falta de medicinas, Falcón tiene
chance de ganar. Es bastante difícil, pero no imposible.
02-03-18
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