Luis Manuel Esculpi 03 de abril de 2019
@lmesculpi
Tenía
olvidado el diminuto y viejo radio de baterías comprado hace años en una tienda
de Puerto Ordaz, con el único propósito de utilizarlo en las caminatas
matutinas. Cuando lo adquirí jamás imaginé emplearlo para otros menesteres como
buscar información en tiempos oscuros, tampoco podía suponer que en este país
pionero de la modernización de la industria eléctrica pasaríamos por el drama
terrible de estos días.
Igual
me sucedió con un cargador de teléfono celular, en desuso con linterna que me
fue de suma utilidad para cuando estaba en casa poder desplazarnos sin
tropiezos. Recurrir a esos vetustos aparatos me permitió retrotraerme a las imágenes reseñadas por mi
abuela, durante su juventud a principios del siglo XX
Si
existían dudas del retroceso que ha significado el modelo impuesto durante las
dos últimas décadas, las vivencias recientes evidenciaron de manera dramática
el fracaso en materia de los servicios públicos, indispensables para el
funcionamiento de la sociedad. La recurrente suspensión de actividades
escolares y laborales, sumadas al anuncio de la disminución de las horas de
trabajo y el racionamiento eléctrico reflejan la crisis que el gobierno
pretende disimular atribuyendo los apagones a supuestos atentados, con inventos
y subterfugios cuando no llaman las cosas por su nombre y hablan de “auto
administración de carga eléctrica”; subestimando a la opinión pública y la
gente no es tonta, por supuesto sabe de qué se trata.
Lo
cierto es que el pequeño radio, solo me sirvió en los primeros apagones – ya
perdí la cuenta- porque desde que CONATEL, prohibió los operativos especiales
que realizaban unas pocas emisoras privadas en el área metropolitana de Caracas
permitiendo obtener alguna información
de los sucesos, no tiene el menor sentido escuchar las emisoras encadenadas con
Radio Nacional de Venezuela, para oír las consignas y canciones de la época de
mis inicios militante desde los primeros años de la década de los sesenta.
Las
cadenas más allá de unos pocos anuncios y de las inverosímiles versiones sobre
las causas de los sucesivos apagones, no proporcionan información veraz y mucho
menos oportuna, ratificando una de las características propias de los regímenes
autoritarios y dictatoriales, como lo es la opacidad en su comunicación
informativa con la sociedad, utilizándola esencialmente como una herramienta
propagandística.
La
dimensión de la crisis no puede ser silenciada y no tendrá que ser televisada,
la hiperinflación, escasez, inseguridad, la luz, el agua y el gas doméstico,
están en el día a día de los venezolanos que la sobreviven. Las protestas
sociales en las diferentes zonas populares de Caracas, expresaron un salto
cualitativo en la lucha, sin abandonar su carácter reivindicativo, han
incorporado el señalamiento de los responsables y la exigencia del cambio
político.
El
gobierno ha tenido que admitir el ingreso de la ayuda humanitaria a través de
la Cruz Roja Internacional, intentando asimilar el costo político que ha
significado tal admisión. Se oyen voces que claman por no politizar ese tema,
estando de acuerdo con el llamado, resulta claro para los venezolanos conocen
quienes la solicitaron y quienes se negaban al principio a recibirla.
Lo que
he denominado el salto cualitativo implica, desde mi punto de vista,
manteniendo la ruta diseñada, producir afinamientos en aquellos enunciados
generales para posibilitar nuevos desarrollos y avances en la consecución de
los objetivos definidos. El gobierno continúa debilitándose, se mantiene
aislado y a la defensiva, el mantener la presión nacional e internacional y la
eventualidad de posibles fisuras o “ruptura en
la coalición dominante” no se pueden descartar en la búsqueda de la
solución que abra paso a la transición y reconstrucción del país. La vida para
la mayoría de los venezolanos, especialmente para los sectores más vulnerables
es verdaderamente terrible, los relatos de las vivencias cotidianas son
alarmantes y hoy existe en la sociedad en general, una mayor comprensión de la
necesidad y urgencia del cambio político.
Luis
Manuel Esculpi
@lmesculpi
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