Ars
poética
Que cada palabra lleve lo que dice.
Que sea como el temblor que la sostiene.
Que se mantenga como un latido.
No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta dudosa ni
añadir brillo a lo que es.
Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir verdad.
Seamos reales.
Quiero exactitudes aterradoras.
Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso mis
palabras. Me poseen tanto como yo a ellas.
Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces, mi mentira, señálame
la impostura, restrégame la estafa. Te lo agradeceré, en serio.
Enloquezco por corresponderme.
Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame, sacúdeme.
Que cada palabra lleve lo que dice.
Que sea como el temblor que la sostiene.
Que se mantenga como un latido.
No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta dudosa ni
añadir brillo a lo que es.
Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir verdad.
Seamos reales.
Quiero exactitudes aterradoras.
Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso mis
palabras. Me poseen tanto como yo a ellas.
Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces, mi mentira, señálame
la impostura, restrégame la estafa. Te lo agradeceré, en serio.
Enloquezco por corresponderme.
Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame, sacúdeme.
Rafael
Cadenas
En abril salió a la luz
pública un documento, con 14 recomendaciones, promovido por ciudadanos,
organizaciones y movimientos sociales que impulsamos el Diálogo Social. Un
proceso abierto e inclusivo para sumar la mayor cantidad de voces que
garanticen la participación de la diversidad de actores políticos y sociales en
la recuperación de la democracia en Venezuela.
Quienes impulsamos esta
iniciativa hemos considerado hacer un llamado urgente a todos los sectores
políticos, militares, económicos y sociales del país. El fin es convocar a la
acción consciente, al deber inexcusable de todos los sectores del país,
primordialmente los que tienen responsabilidad en la toma de decisiones. La
propuesta es poder llegar a los acuerdos que permitan abrir un cauce a las
capacidades requeridas por la nación para proteger los derechos fundamentales
de los venezolanos, gravemente amenazados por la pandemia COVID-19.
El documento y la campaña
“tiempo de acciones urgentes por Venezuela” #AcuerdosXLaGente ha suscitado un debate público: eso
ya es un gran logro en un ambiente como el venezolano. Se ha planteado una
diversidad de miradas y lecturas sobre el documento en redes sociales, debates
vecinales, artículos de opinión y otros medios. El presente texto va dirigido a
ellos, a quienes han expresado sus ideas y materializado ese Diálogo Social que
proponemos. Gracias por escucharnos y alimentar el debate público en torno
a la iniciativa.
Voy a pedirle al
maestro Rafael Cadenas que su poema Ars Poética nos
acompañe. Queremos sostener nuestras palabras, como dice el poeta, y que
se mantengan como un latido. Sostenerlas con el temblor que nos produce el
miedo a no decirlas. Esto con el compromiso de sus proponentes, con la
denuncia, documentación y difusión del proceso de deterioro sistemático de las
condiciones de vida y la garantía plena de los derechos humanos en el
país.
¿Qué nos guió?
El documento no tenía
la intención de pasar revista al desempeño de los actores políticos y por
eso no hay ningún señalamiento. El texto se limitó a hacer un llamado a
los actores políticos que tienen hoy la responsabilidad en la conducción del
Estado, así como a la Asamblea Nacional. También a los distintos sectores sociales
que tienen la responsabilidad histórica de abrir los caminos que permitan
adoptar medidas para preservar la vida de la mayoría vulnerable.
Esta propuesta no
debería ser apreciada aisladamente y descontextualizada de todo el trabajo
desarrollado por la gran heterogeneidad de expresiones de la sociedad civil
venezolana, la cual ha señalado enfáticamente a la cúpula gobernante su
responsabilidad en el desmantelamiento institucional y patrimonial del
país, causando la emergencia humanitaria compleja que hoy padece la
población venezolana.
Ha sido la sociedad
venezolana en sus diversas vertientes ciudadanas y democráticas la que ha
contribuido a que los órganos de protección internacional de derechos humanos
tengan un mandato activo en el seguimiento a sus graves y generalizadas
violaciones y que la comunidad global haya comprendido la emergencia humanitaria compleja que durante los
últimos años viene sufriendo la mayoría de las poblaciones y comunidades en el
país.
No se trata tampoco de
colocar el debate político en cuarentena, ni de posponer la recuperación de la
democracia. Se trata de construir estrategias urgentes para la gestión del
conflicto. Para ello es necesario asumir que, para dar una respuesta adecuada
de asistencia y protección ante la pandemia, quienes controlan las
instituciones, como quienes tienen el respaldo y la legitimidad ante la
comunidad internacional, deben poner sus capacidades al servicio de la atención
urgente de la emergencia agravada por la pandemia. Por eso exhortamos a
los actores políticos y a los distintos sectores sociales a asumir la
responsabilidad que el momento nos reclama.
Y si el llamado nos
incluye a todos, no por ello nos carga de iguales responsabilidades, ni sobre
el pasado ni sobre el futuro. El momento exige hacer el máximo
esfuerzo para responder de forma efectiva a la pandemia.
No podemos tener miedo
a demandar un entendimiento para lograr acuerdos por la gente y por la
vida. Avanzar requiere que hagamos consciencia de que no existe una única
verdad. Hay muchos elementos que provienen de raíces históricas y políticas
sobre las cuales no hay un consenso y probablemente nunca lo habrá. Por eso la
tarea de entendernos y establecer la paz es un proceso complejo, de escucha y
comprensión.
Una oportunidad para la
sociedad venezolana
El 1 de junio recibimos
la esperanzadora noticia de que ambos actores han escuchado el clamor de la
sociedad y han construido un primer acuerdo de cooperación con
acompañamiento de la Organización Panamericana de la Salud con atención a las
siguientes áreas prioritarias:
- ·
Detección de casos activos de
COVID-19 mediante el diagnóstico de laboratorio.
- ·
Tratamiento oportuno y
adecuado de los casos confirmados.
- ·
Aislamiento supervisado de los
casos sintomáticos y cuarentena de los contactos.
- ·
Protección del personal de
salud.
- ·
Vigilancia epidemiológica,
análisis de la información y reportes de la situación.
- ·
Comunicación de riesgo para la
adopción de medidas por la población.
Felicitamos a ambos
actores por su disposición para la construcción de acuerdos y los conminamos a
seguir trabajando con el fin de construir un Acuerdo Nacional inclusivo y,
por tanto, una solución integral al conflicto político.
Venezuela y nuestra
gente, en especial la más vulnerable, nos reclama generosos, por encima de las
palabras, las emociones, las razones que nos poseen. Debemos darle la cara al
conflicto cuanto antes, asumir la responsabilidad compartida sobre el futuro,
detener la multiplicación de las víctimas y encaminar al país, sin más demoras,
hacia una sociedad de justicia, garantías y derechos para todos por
igual.
05-06-20
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