EFE 01 de junio de 2020
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Atrapados en cercanías del puente internacional Simón
Bolívar, principal paso fronterizo entre Colombia y Venezuela, permanecen unos
800 inmigrantes venezolanos que intentan regresar a su país presionados por la
crisis económica causada por el coronavirus SARS-CoV-2.
La situación es “humanitariamente compleja” en Cúcuta
y la zona de La Parada, un caserío en el lado colombiano del puente Simón
Bolívar, donde se ha ido acumulando la multitud de retornados, afirma Víctor
Bautista, secretario de Frontera y Cooperación Internacional de la Gobernación
de Norte de Santander, departamento limítrofe con el estado venezolano del
Táchira.
Las autoridades venezolanas sólo permiten el ingreso
diario al país de 300 de sus ciudadanos, disposición que agrava la situación de
decenas de familias que en medio de la incertidumbre esperan en plena calle en
La Parada, con el consiguiente riesgo de contraer el COVID-19.
Amontonados
en la zona, en el lado colombiano del puente Simón Bolívar, los venezolanos,
muchos de ellos incluso sin mascarilla, siguen llegando a La Parada procedentes
de distintos lugares de Colombia e incluso de otros países suramericanos.
Todos se vieron obligados a regresar a Venezuela luego
de perder sus fuentes de ingresos por la cuarentena para contener la pandemia,
lo que los dejó en una situación de mayor vulnerabilidad, pero el régimen de
Nicolás Maduro limita la cantidad de sus ciudadanos que pueden entrar
diariamente por los pasos fronterizos con Colombia.
TRAVESÍA DESDE CHILE
“Me parece una humillación y un atropello a los
derechos de las personas porque quiero entrar a mi país, al país que me vio
nacer, al país que hasta algún momento de mi vida me sacó adelante. Ahora no me
lo permiten, ¿por qué? Enfermo no estoy”, dijo José Orlando Montoya, un
venezolano de 20 años.
La crisis sanitaria dejó sin trabajo a Montoya, que se
ganaba la vida desde hace tres años en Chile como barbero y camarero, y lo
obligó a emprender un viaje de 22 días por cuatro países suramericanos en
autobús, camión y a pie, a pesar de las restricciones de movilidad por el
COVID-19, con la intención de llegar al Táchira, donde vive su madre.
“Llevo cuatro días esperando para entrar a Venezuela y
las autoridades no me lo permiten. Para comer he tenido que hacer trueque con
las pocas pertenencias que me quedan”, denunció Montoya.
ALBERGUE PARA 500 PERSONAS
Según Bautista, se “requiere una mirada humanitaria
para que estas personas puedan llegar rápidamente a su territorio”.
Para ayudar a quienes están amontonados en Norte de
Santander, las autoridades pusieron en marcha un plan de atención y hospedaje
para que 500 de esos venezolanos no pasen la noche a la intemperie.
También les dieron alimentos y pusieron en marcha un
cerco epidemiológico con tomas de temperatura y registro poblacional con el fin
de detectar posibles contagios antes de que pasen el límite internacional por
el puente Simón Bolívar.
Ese puente es uno de los cuatro que conectan a Norte
de Santander con el estado del Táchira y el único de la zona por el que las
autoridades venezolanas permiten la entrada de sus ciudadanos.
Según Migración Colombia, entre el 14 de marzo y el
pasado 28 de mayo, 68.135 venezolanos retornaron voluntariamente a su país, lo
que equivale al 3,8 % de los más de 1,8 millones de habitantes del país
caribeño establecidos en Colombia.
OBSTÁCULOS PARA REGRESAR
En el grupo que espera su turno para entrar en
Venezuela hay migrantes que dejaron atrás su nueva vida en Colombia pero
también en Ecuador, Perú y Chile, muchos de ellos con niños, e incluso mujeres
embarazadas.
“Primero nos dijeron que no nos iban a dejar pasar
todavía porque la migración de Venezuela no está recibiendo a los venezolanos
porque los refugios estaban colapsados”, manifestó Carolina Ravelo, una
inmigrante desde hace días esperado su turno en la frontera.
La Secretaría de Frontera coordina con la Policía
Metropolitana de Cúcuta, organizaciones de la cooperación internacional y
Migración Colombia la asistencia a la población en la zona.
“La Policía Nacional está haciendo un acompañamiento
desde las ciudades de origen para prevenir que las personas que vienen en los
buses estén deambulando por las carreteras y tengamos riesgos de contagio y
afectaciones a la seguridad y convivencia”, dijo el comandante de la Policía
Metropolitana de Cúcuta, coronel José Luis Palomino López.
Mientras tanto, Montoya cansado de la espera, no deja
de cuestionar la posición del gobierno de Maduro: “¿Por qué nos tratan tan mal
desde allá siendo (nosotros) venezolanos?”.
En Colombia se registran hasta el momento 27.219 casos
del coronavirus SARS-CoV-2 con 916 fallecimientos, mientras que en Venezuela se
presentan 1.459 positivos y 14 muertes.
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