Por Fernando Pereira
Hemos planteado en este
espacio cómo el confinamiento ha creado condiciones ideales para los abusadores
sexuales en las casas y entornos cercanos a los niños, así como en las redes
sociales. Mencionamos cómo algunas personas siguen pensando: “eso no
ocurre aquí”, “eso le pasa a otras personas” o “pasa en otros tipos de
familia”.
La irrupción en las
redes sociales del MAP (Minor-attracted person o Persona atraída por
menores, en español) ha generado un acalorado debate sobre el tema. Se trata de
un movimiento promovido recientemente que busca que la pedofilia no
sea sancionada legalmente y que sea removida de la lista de trastornos
mentales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los MAPS han buscado
que se les compare con los movimientos como los LGBTI+; incluso han
difundido una bandera muy parecida, aunque cabe señalar que estos colectivos
los han rechazado con firmeza y han encontrado ofensivo que se les compare.
En sus argumentaciones,
los propulsores del movimiento dicen buscar un derecho ya que promueven el amor
libre entre personas adultas y niños, aduciendo se trata de un hecho
natural.
La pedofilia es
descrita por la OMS como un trastorno sexual que se caracteriza por la
presencia de fantasías, impulsos o comportamientos sexualmente excitantes
recurrentes e intensos relacionados con los niños (por lo general hasta los 13
años de edad).
Un negocio que mueve
millones de dólares
La irrupción de este
movimiento, que ya ha tenido expresiones como por ejemplo en Holanda, donde se
legalizó en 2006 un partido político que aboga por la disminución de la edad de
consentimiento sexual a los 12 años, evidencia la presencia de miles de
personas que abiertamente (minoría) o en lo privado (mayoría), utilizan a
los niños como objeto de explotación sexual. Investigadores policiales plantean
que siendo un negocio tan lucrativo también cuenta con un público no pedófilo
que alimenta su propagación.
El negocio de la
pornografía infantil es una de las actividades ilegales más lucrativa. Mueve
millones de dólares, satisfaciendo un mercado de clientes que alimentan la
prosperidad de la actividad.
Los sitios con
contenido de este tipo no se encuentran en motores de búsqueda como Google,
pero sí en el “Internet profundo”. Se accede a ellos por enlaces compartidos en
foros y grupos.
Hay que hablar con
nuestros hijos
Milena Grillo, experta
costarricense en la protección de niños y adolescentes de la violencia,
compartió con Cecodap un webinar sobre los riesgos en
Internet en tiempos de cuarentena. “Hay que hablar con nuestros hijos y
estudiantes sobre los peligros en línea. El grooming (pedófilos que
captan a los niños mintiendo sobre su edad), el sexting (envío de
fotos desnudos o semidesnudos) que son utilizadas para chantajearlos, el ciberbullying.
Si nosotros no conversamos con ellos sobre estos riesgos que son reales, no
tendrán las herramientas para auto-protegerse”.
Las familias debemos
revisar la exposición de los niños cuando publicamos sus fotos en las
redes sociales. Los hipersexualizamos vistiendo ropas, bailando o cantando como
si fueran adultos para ser vistos u obtener aprobación y popularidad.
“Ellos tienen las
competencias tecnológicas, manejan los dispositivos y las aplicaciones mucho
mejor que nosotros adultos; pero no tienen las competencias digitales, sociales
para resolver los riesgos y conflictos que se presentan en las interacciones en
las redes sociales”, advirtió Grillo.
El MAP debe generar
nuestra indignación y rechazo; pero sobre todo, presionarnos a actuar. A no
dejar nada para mañana porque un clic puede estar abriendo la puerta
de tu casa a un pedófilo en estos momentos.
04-06-20
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