Páginas

jueves, 25 de agosto de 2016

Amanecer en septiembre por @daVinci1412


Por Gioconda San Blas


Son 17 años sufriendo la destrucción progresiva de nuestro país en un vergonzoso plan de la patria preconcebido para no dejar piedra sobre piedra. Con él hemos visto demoler instituciones, confiscar fincas y empresas, despojar al bolívar de su valor monetario en medio de una corrupción rampante, impulsar la inflación más alta del mundo, llevar a la pobreza a tres cuartas partes de la población mientras el hambre y las enfermedades arrasan sin piedad, convertir al país en refugio de delincuentes de la droga, espantar a otros destinos a los mejor formados, despreciar los valores meritorios del conocimiento, silenciar medios de comunicación, apresar al disidente, violar los derechos humanos, políticos y civiles de la población. Tanto que hoy Venezuela es observada con estupor desde el exterior, sin explicación posible a tanta ruina, luego de un festín multimillonario en dólares.

“Venezuela se está muriendo”, anuncian en medios internacionales de comunicación. “El lamentable fin de la democracia en Venezuela, la terminación del estado de derecho” califica Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos, a la prisión de Leopoldo López y de tantos otros presos políticos, mientras BanKimoon, secretario general de las Naciones Unidas, protesta la crisis humanitaria y la inestabilidad política que agobian a los venezolanos.


No es fácil mantenerse optimista ante este cuadro de deterioro continuado por 17 años. A partir de técnicas ampliamente usadas por los nazis, los soviéticos, los cubanos y otros regímenes totalitarios, se induce la desesperanza para desmoralizar, debilitar las ansias de luchar por un mejor futuro o destruir la fe en lograr metas hacia ese fin. Una política de estado, pues, ésta de sembrar desesperanza en la población y asegurarse así la perpetuación en el poder. Algo que el régimen local está aplicando sin rubor, como discípulo aplicado del cubano.

¿Cómo luchar contra esta desesperanza aprendida? Nada mejor que con un optimismo aprendido. Tenemos razones para ello. Veamos: en 2015 nos dijeron que no habría elecciones para elegir una nueva asamblea nacional, las hubo; que de haberlas, no ganaríamos o de ganarlas, el régimen no las reconocería; las ganamos por paliza y los nuevos diputados se juramentaron. Hoy más del 80% de la población estamos inconformes con el estado de cosas que nos fatiga, aquí estamos los opositores de la primera hora, siempre firmes en nuestro rechazo al régimen, más los desencantados de ahora, que se han ido sumando porque “amor con hambre no dura”.

Somos una sólida mayoría y debemos portarnos como tales. Por lo tanto, fuera el desaliento, que motivos sobran para hacer de la esperanza nuestra bandera. No puede ser una esperanza pasiva, pensando que serán los demás quienes harán nuestro trabajo; tendrá que ser una esperanza muy activa, cada quien poniendo su grano de arena en lo mejor que pueda o sepa hacer, para contribuir con entusiasmo al llamado de la Mesa de la Unidad Democrática.

Por los momentos, el compromiso se centra en el 1º de septiembre. La toma pacífica de Caracas es esa actividad que asumiremos para demostrarnos y demostrar al mundo esa mayoría que somos, para insistir en nuestro derecho a reconquistar la esperanza en un futuro luminoso, dando al traste con la política destructiva del régimen, para defender nuestro derecho constitucional al referendo revocatorio, para pensar en un país distinto en paz y democracia, donde las garantías por una mejor calidad de vida se satisfagan para todos.

¿Imposible? A Napoleón se le adjudica la frase: “Lo imposible es el fantasma de los tímidos y el refugio de los cobardes”. Si algo hemos demostrado desde la creciente oposición es que no somos ni uno ni otro. Salgamos, pues, con entusiasmo el 1º de septiembre, encontrémonos gozosos en la calle, en esa actividad que nos unirá en el empeño por una patria, la nuestra, en busca de un mejor destino.

TUITEANDO


Ha sido aprobado en primera discusión en la Asamblea Nacional el proyecto de reforma de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI). Habrá que estar atentos a las fechas en que se llevarán a efecto las reuniones de consulta pública previas a la segunda y definitiva discusión.


25-08-16




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico