Omar Villalba 22 de agosto de 2016
Todos
los venezolanos, con pocas excepciones, estamos lamentando una carga muy pesada
desde hace alrededor de unos 10 años, resulta, que la situación del suministro
de agua potable en Venezuela es digna de estudios minuciosos para cualquier
universidad u organismo que pruebe su calidad y cantidad. El agua que la
empresa Hidroven (ente regulador de la calidad y el suministro a nivel
nacional) suministra para el consumo de los venezolanos, no cumple con la
definición clásica de este recurso: hace mucho que dejó de ser incolora,
insípida e inolora, se ha convertido en un líquido color café con hedor
putrefacto muy parecido al que se percibe de las aguas servidas, o sea hiede a
excremento y desecho humano. Estos rasgos ponen en evidencia una serie de
problemas, que aunado a la pésima y descontrolada distribución, los
racionamientos forzosos y no planificados, sumados a los problemas
estructurales que existen a lo largo de todo el país, conforman el coctel que
expone a los ciudadanos a una muy importante epidemia de contaminación por la
falta de calidad y suministro de agua.
Este
gobierno, desmarcado de la excelencia, del esfuerzo, y de la calidad, nos
compromete, no solo en los aspectos macro económicos, sociales,
internacionales, sino en nuestra calidad de vida, en la salud, que representa
el bien mas relevante de la república, sus conciudadanos. La corrupción, la
impunidad, la falta de gobernabilidad, ponen en evidencia el caos al que somos
sometidos todos los venezolanos al ni siquiera podernos satisfacer una demanda
vital para la vida, como es un suministro de agua potable confiable, medible,
eficaz y eficiente, y luego no quieren escuchar el clamor de que en Venezuela
nos están matando de mengua.
No nos
explicamos, y la verdad es que sería un esfuerzo importante, cómo en un país
rico en recursos naturales renovables, los mismos que no tienen tinte político,
sino una generosidad dada por la grandeza de la Chispa Divina, que hizo de
Venezuela un país inmensamente rico para satisfacernos, vivamos
incalculablemente frustrados al pasar tantas necesidades básicas, que sólo
requieren de “decencia y conocimiento” para abastecernos.
Sé que
muchos venezolanos, aunque sin ser técnicos tenemos alguna respuesta, nos
preguntamos ¿Cuáles son las causas principales para recibir agua no potable y
con severos racionamientos? Algunas fuentes y estudios, lo que revelan es que
la falta de inversión, mantenimiento y seguimiento, han sido los elementos que
han detonado esta alarma epidemiológica que estamos enfrentando. Si bien es
cierto que todo el país está padeciendo esta situación, para nosotros, para mí,
cuando visito las comunidades y formo parte de “pequeñas y aisladas
colaboraciones” es difícil no poder entrelazar soluciones sistémicas, pues en
el caso de Baruta, Hidrocapital, “me quitó el habla”, por el hecho de que
constantemente, les solicito soluciones para las comunidades que represento, en
ocasiones recibiendo respuestas, tan aisladas como sus compromisos, que solo
sirven de pañitos calientes, a una situación cada vez mas “hirviente”.
El Embalse
de la Mariposa —principal proveedor de agua potable para la ciudad de Caracas—
donde la planta de tratamiento ha sido desvalijada por el hampa, donde no se
consigue respuestas técnicas, la han abandonado al punto de estar solo
resguardada por una especie de guachimanes que no tienen permiso de hablar con
nadie.
Otro
de los grandes problemas, es que las aguas residuales y los afluentes de agua
potable, se están mezclando; por lo tanto la posibilidad de que esta última
está contaminada por los residuos humanos aumenta de forma significativamente.
Aunado a eso, los embalses que proveen agua desde Maracay y Valencia, están
sufriendo una contaminación por parte de las aguas del lago de Valencia. A esto
debemos sumarles problemas en las plantas de bombeo del vital líquido, las
cuales trabajan tiempo extra, y ya son realmente pocas. Esta situación es tan
drástica, que se considera que las condiciones hídricas de la capital son
peores que la de Estados como Carabobo y Cojedes.
Por
esta razón no es de extrañar que los municipios, que conforman Carcacas, por
ejemplo Sucre en el Edo Miranda, viva en un constante tira y encoje con miles
de protestas al año, con la autoridades de hidrocapital, quienes en su
negación, ya se acostumbraron a este caos. Otra zona donde este fenómeno genera
escozor son los municipio Plaza y Zamora, donde las fallas en el servicio y la
calidad del recurso se han vuelto una ordalía para estas comunidades, que no
dudan en salir a protestar, después de pasar cerca de una quincena sin el vital
liquido. Municipios como El Hatillo, Chacao y Baruta enfrentan este drama. Y si
consideramos que la ciudades lo pasan mal, debemos tener presente que las zonas
rurales llegan a pasar mayor tiempo sin el vital liquido.
En el
caso de Baruta, la alcaldía ha implementado programas y mecanismos para paliar
los efectos de este problema; pero estas acciones se quedan en solo una ayuda
de buena fe, pues este es un problema medular, sistémico y sistemático, que
necesita exactamente la misma calificación para ser solucionado desde la raíz
de su causa.
¿Cuál
es la posible respuesta para este problema? Los especialistas calificados,
indican que hay soluciones viables y serias, que pasan por un diagnóstico
concienzudo del problema, y la ejecución de un programa diseñado y ejecutado
desde el gobierno central, involucrando a los gobiernos estadales y locales,
para la planificación y seguimiento conjunto de las soluciones. El desarrollo
de una infraestructura nueva— esto implicaría la creación de nuestras plantas
de tratamiento de aguas residuales y aguas potables, y la protección y
vigilancia en los embalses— además de la revitalización de las existentes, la
promoción de la descentralización y la autogestión de las comunidades y
municipios.
Por
ahora, sería importante que se atendieran las carencias de nuestras
comunidades, como la de Monterrey, Monte Alto que tiene alrededor de un mes sin
que salga agua por las tuberías, o que se reemplazaran las bombas que surten
agua a la comunidad de La Palomera, Piedra Azul o que comenzaran por sanear el
sistema de tuberías y rupturas que van desde el Pueblo de Baruta, pasando por
el corredor Manzanares, Alto Prado, Prados del Este, así como que se dieran a
la tarea de investigar las razones del por qué en menos de 5 años el trabajo de
la variante de Piedra Azul se está deshaciendo y hundiendo después de un
“trabajo” ejecutado bajo la supervisión del gobierno central, arrebatándole al
gobierno municipal la autoridad para programar, ejecutar y supervisar las obras
para sus propios municipios.
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