La inflación en Venezuela al
cierre de 2016 será de cuatro dígitos, ubicándose por encima del 1.000 por
ciento, según proyecciones del economista Francisco Faraco, que señalan también
que los aumentos salariales decretados por el Gobierno persiguen acabar con lo
que queda del sector privado en el país, fundamentalmente en el área comercial
y bancaria.
Los nubarrones que vislumbra
sobre la economía venezolana son tan negros, que asegura que en el segundo
semestre “estaremos añorando” el precio de la Canasta Alimentaria Familiar
(CAF) dado a conocer este lunes por el Centro de Documentación y Análisis
Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
De acuerdo al informe, en
julio pasado la CAF se ubicó en 363.866,73 bolívares, lo que representa un
incremento Bs. 86.433,85 (31,2%) con respecto a junio de 2016 y de 773,0% entre
julio de 2015 y julio de 2016, según las cifras del Cendas.
“Estos números los vamos
añorar en el segundo semestre debido a que tenemos fuerte pagos de deuda
externa y, por lo tanto, el gobierno dispondrá de menos dólares para importar”,
indicó el economista en declaraciones a Prensa Unidad Venezuela.
“El gran proyecto del comandante
(y fallecido expresidente, Hugo) Chávez fue sustituir la producción nacional
por importación, porque en las importaciones estaban los grandes negociados.
Ahora la oferta será menor”, advirtió, mientras comentó que ya ha tenido que
abrir tres nuevos huecos a su cinturón debido a la escasez de alimentos. “Ya no
soy el gordo de antes”, dijo con su característico buen humor.
El panorama se hace aún más
ensombrecedor con la promesa hecha por el Gobierno de que podría incrementar de
nuevo el salario mínimo en noviembre de este año. “Ahí tenemos la tapa del
frasco”, sostuvo.
“Cada vez estoy más
convencido de que esto no es sino un paso muy importante hacia la liquidación
del sector privado. Aquí de lo que se trata es que los negocios grandes,
medianos o pequeños no puedan sobrevivir a estos aumentos de costos sin que
vaya aparejado un aumento de precio, y como no va a haber aumento de precio,
porque está prohibido, pues entonces habrá un gran aumento de costos y un gran
mercado negro en el cual ellos, como jefes u operadores de ese mercado negro,
harán una enorme fortuna”, señaló.
“Esto forma parte de ese
plan de destrucción nacional. Ya al sector industrial y agrario los tienen bien
amarrado con el tema de las divisas para importar materia prima y maquinarias. Faltaba
la actividad de la distribución, a la que están amarrando ahora por la vía de
incrementarle los gastos sin darles la posibilidad de resarcirse por la vía del
incremento de los precios. Y si llegaran a venderlos más caros, la demanda
sería menor. Van a terminar cerrando, ese es el destino final y eso está a la
vuelta de la esquina”, pronosticó.
En ese sentido, indicó que
la caída en los beneficios de los bancos durante el primer semestre, debido al
incremento salarial, se había ubicado en 35 por ciento. “Pero con el próximo
aumento de sueldos más la inflación del segundo semestre, que va a ser mucho
más fuerte que la del primero, se coloca al sector bancario al borde de una
crisis”, denunció.
“Y en el caso del comercio
es mucho mayor (la caída de los beneficios). Con esos aumentos de costos y
precios controlados lo que se busca es que los negocios quiebren y se vean
obligados a cerrar. De esta forma no aparecerá como que el Gobierno los cerró o
expropió, sino que cerraron ellos por malos administradores”, agregó. “Lo que
está ocurriendo es muy grave y lo que viene es más grave aún”, opinó.
PROYECCIONES ATERRADORAS
Faraco considera que es una “torpeza” más del Gobierno anunciar con anticipación un aumento salarial. “En ninguna parte del mundo se anuncian con anticipación aumentos de salarios ni de tasas de interés ni devaluación ni nada. Pero si lo que se está buscando es que la gente quiebre, entonces se anuncia para ir metiéndole el miedo en el cuerpo a la gente. Ya todo el mundo está pensando en cómo será ese aumento en el segundo semestre, sobre cuál será el resultado de ese lapso visto los aumentos y vista la inflación. Las proyecciones son aterradoras”, aseguró.
Con respecto a los pagos que
debe honrar la nación por concepto de deuda externa, precisó que en octubre
debe pagar 437 millones de dólares de deuda de la República y otros 1.317
millones de dólares de la deuda de Pdvsa; mientras que en noviembre los montos
serán de 183 millones y 2.882 millones, respectivamente.
“El Gobierno no tiene con
qué pagar, no quiere ni siquiera endeudarse y tampoco nadie le está fiando.
Además, tiene demanda de dinero incrementada por la perspectiva de aumento de
salarios de noviembre”, comentó.
Al consultársele sobre las
proyecciones hechas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que estimó en
720 por ciento el índice inflacionario del país para el cierre de 2016, Faraco
dijo no tener ninguna duda de que “vamos para los cuatro dígitos. Estoy
estimando que será de mil por ciento”, precisó.
“Venezuela está en un proceso
de hiperinflación”, dijo, sin ambages, por lo que estimó “necio” el debate que
existe entre algunos economistas en cuanto a si el país atraviesa o no un
proceso hiperinflacionario.
“Hoy en día en el mundo no
hay inflación, más bien a lo que se le teme en los países desarrollados es a la
deflación, es decir, a la caída de los precios. En un cuadro como este, una
inflación como la venezolana, de 700 u 800 por ciento, es evidentemente una
hiperinflación solamente comparable con la situación en Alemania en la década
de los veinte o en Estados Unidos durante la Gran depresión”, concluyó.
22-08-16
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