Por Giuliana Chiappe
Siempre se habla de la
importancia de los cimientos del hogar. En Venezuela, literalmente, muchos son
endebles.
Un informe elaborado por
investigadores de tres universidades venezolanas, coordinados por el profesor
Ángel Rangel, reveló las condiciones de vulnerabilidad de los habitantes ante
cualquier amenaza natural que se presente. En este documento se expone, entre
otros elementos, que la vida de más de la mitad de la población venezolana está
en alto riesgo en caso de enfrentar algún evento natural de envergadura y que
64% de las viviendas han sido autoconstruidas, lo que implica que no cumplen
con las normas de seguridad para las edificaciones.
Se trata de la sección
Vulnerabilidad ciudadana ante las amenazas naturales de la Encuesta sobre
Condiciones de Vida en Venezuela 2015 (Encovi 2015), en la que participaron
investigadores de las universidades Católica Andrés Bello, Central y Simón
Bolívar, coordinados por el profesor Ángel Rangel, exdirector nacional de
Defensa Civil y presidente de la fundación Red de Solidaridad Ciudadana.
Como país tropical,
Venezuela se encuentra expuesta, entre otros, a riesgo de inundaciones,
tsunamis, deslizamientos, incendios forestales, tormentas, así como a fuertes
vientos y lluvias (...)De igual manera, como consecuencia de la actividad
desplegada por la interacción entre dos placas tectónicas, se genera un
importante sistema de fallas responsable de la actividad sísmica del país”,
expresa el informe.
A pesar de saber eso, que
Venezuela es un país que puede enfrentar amenazas naturales importantes,
no existe preparación para minimizar los desastres que esos eventos puedan
causar. Esto queda confirmado en el informe que, sobre la base de los factores
sociales de los venezolanos, revela que 51% de los ciudadanos padece de alta
vulnerabilidad ante amenazas naturales y 5% está expuesto a muy alto
riesgo. Por otra parte, 38% de la población enfrenta un riesgo medio. Sólo
6% está relativamente protegido.
Un alto 13% de las viviendas
está ubicada en comunidades con declaratoria oficial de alto riesgo y, a pesar
de esto, las familias siguen allí. Un porcentaje igual vive cerca de un relleno
inestable. Otro 10% de las casas están próximas a deslizamientos y 16% tiene
riesgo de inundación.
La construcción de las
viviendas es quizás el punto más vulnerable. Además del 64% que son
autoconstruidas, 24% tiene grietas en la mampostería; 37% carece de estructura
y el techo de 37% de los hogares cuenta con techo endeble de lámina metálica,
asfáltica o hecho con material de desecho.
Si algo le ocurre a la
vivienda, y queda destruida total o parcialmente o con daños importantes en la
infraestructura, apenas 13% de las familias contaría con la ayuda de una póliza
de seguro previamente contratada.
En síntesis, las amenazas
son naturales, pero los desastres son humanos. Y, con precaución y preparación,
son evitables.
24-08-16
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