Vargas 20 de agosto de 2016
Ciudadano
Vicealmirante David Campos Alvarado
Comandante del CANES
Presente.
Reciba un cordial saludo en nombre propio y
de muchos de quienes integramos La Sociedad Bolivariana en el estado Vargas,
Institucion conformada por ciudadanos Civiles y Militares, de diversas
profesiones y disciplinas, amantes de la patria de SimónBolívar y de su legado
e ideario, así como de nuestros héroes civiles forjadores del ideario
independentista y también de quienes realizaron la épica libertaria, con
quienes consulte esta misiva.
Es propicia la ocasión Vicealmirante Campos
Alvarado, después de pensar en frio y haber leído con mucho detenimiento el mensaje
que usted pronunció y que fuereproducido en el Diario La Verdad de Vargas, en
ocasión de celebrarse el 233 aniversario del natalicio de SimónBolívar, el 24
de Julio pasado, en la plaza que lleva su nombre en Catia La Mar, que el legado
del padre de la patria enalteció al pueblo venezolano y a sus integrantes, por
la magnanimidad con que actuó en cada una de sus acciones y que gracias a ese
Don de Gente y de Mando, dictó catedra, escuela y doctrina por imponer la
civilidad ante el exterminio que significaba la confrontaciónbélica.
Debe recordar usted, militar de escuela y
academia, a diferencia de los gamonales pretorianos, que documentos como los
elaborados en momentos críticos de mucha presión durante la gesta
independentista, son hoy doctrina en materia de Derechos Humanos como El
Tratado de Regularización de La Guerra, firmado entre SimónBolívar y Pablo
Morillo, el 26 de noviembre de 1820; El
Armisticio firmado por Almirante Prudencio Padilla y el General Morales,
después de efectuada la batalla en el lago de Maracaibo, así como también el
Armisticio firmado entre El Mariscal Antonio Jose de Sucre y el Virrey La
Serna, después de la batalla de Ayacucho.
Esos tres documentos Vicealmirante Campos,
fueron firmados por militares de alta estirpe, conscientes de su rol y
liderazgo en la toma de decisiones. El primero para regularizar la guerra entre
dos bandos opuestos y lograr el reconocimiento por parte de la corona española
de un país insurgente que buscaba su libertad y que habían luchado
encarnizadamente por la defensa y posesión de sus creencias y los dos
subsiguientes, entre ejércitos que no se daban cuartel y cada uno quería el
exterminio del otro.
Pero privó la sindéresis, la sensatez, la
racionalidad y se logró el entendimiento de ambas partes lo cual redundó en la
conciliación de ambos bandos y de sus pueblos representados.
Nunca Bolívar, padre de la padre emitió
conceptos altisonantes y denigratorios, siempre habló de luchar para hacer
patria, nunca tuvo expresiones de odio hacia sus adversarios y consecuentemente
enemigos bélicos, o hacia el pueblo español y se regocijaba de no tener
enemigos, si acaso en las postrimerías de su vida, después de algunos arrebatos
de ciudadanos civiles y militares ansiosos de poder y oropel, emitió la frase “Vámonos
esta gente no nos quiere”, en cambio ahora, en Venezuela observamos a unos
cuantos civiles y militares encumbrados en las mieles del poder disfrutando de
la cornucopia dinerariaque genera la extracción del oro negro y la tributación
producto del IVA, actuando de una manera servil y emitiendo conceptos que desdicen
de la doctrina y ética ciudadana, así como también de la doctrina militar
Bolivariana.
Tampoco pronunció conceptos delirantes hacia su pueblo, ni hacia sus militares subalternos,
comprendiendo el que muchos militares se abrogaban el uso y posesión de las
armas como salvoconducto para accesar al poder con la disposición de gobernar a
Venezuela y a los demás países latinoamericanos en los cuales habían actuado, basándose
en la circunstancia que habían cubierto la etapa belicista de la independencia,
cuestión que lo indujo a emitir frases dramáticas como la siguiente: “Maldito
aquel soldado que empuñe las armas contra su pueblo”.
Conceptos como este, pareciese que son
olvidados por muchos de los militares que actualmente disfrutan de las
prebendas del poder, e incurren en la diatriba política, violando el precepto
constitucional de ser“Obediente y no Deliberante”, ya que usted toma posición
por un bando determinado y plantea “acabar con los ejércitos malditos que
luchan incansablemente por acabar con la revolución bolivariana e imponer la
guerra económica”, expresiónesta recogida por el diario La Verdad del Estado
Vargas en fecha ya señalada.Está violando flagrantemente su juramento ante la
constitución de nuestra república, debido a que las fuerzas armadas son
profesionales y no afectas a ningún bando político ni partido.
Quizás ustedolvida que no hace mucho un
venezolano del piedemonte barines, inició una cruzada que hasta ahora no tiene explicación
debido a que utilizó una palabra castellana y castiza, que se hizo famosa y que
ahora se pronuncia y recuerda constantemente en las reuniones forzadas que hace
el ciudadano común, el hombre y mujer del pueblo llano, cuando sale en horas de
madrugada a buscar alimentos, medicinas, repuestos para los enseres domésticos
y para sus vehículos.
Esa palabra famosa es “Exprópiese”, a la
cual los acólitos del pronunciante cantaban en estribillo “Asi es que se
gobierna” y “Con Hambre y sin empleo con Chávez me resteo”. Ahora vemos los terribles
y escalofriantes resultados.
Esa palabra exprópiese, que a lo mejor
usted ha recordado en algunas de sus acciones pretorianas de tribuno militar
como cualquier romano legionario del ejército de Julio Cesar, consideramos que
no es desconocida por usted, ni por
quienes integramos esta nación y que
sociabilizamos en las largas colas que ahora por culpa de las expropiaciones,forman
parte de la cotidianidad venezolana y que usted como conductor de tropas
debería hacer un esfuerzo y bajar del olimpo pretoriano y bélico en que se
encuentra para visitar algún establecimiento comercial, para compartir con esos
ejércitos de venezolanos de las distintas clases sociales y credos, que han
sido expuestos al mancillamiento por la palabra exprópiese y que sufren la
pena, vergüenza y humillación de tener que presentar cedula y huella para optar
a una tarjeta de alimentación para comprar un kilo de harina pan, azúcar, un
pollo y un kilo de leche para alimentar a los infantes que nacen esta Venezuela
del siglo XXI, o aquellos venezolanos que entran en los contenedores de basura
y rompen las bolsas en la búsqueda de un alimento para saciar el hambre.
Ahora Vicealmirante Campos, a quienes de
esos venezolanos pudiéramos ubicar en ese ejercito maldito propiciador de la
guerra económica que le perturba en la intimidad de su prístinaconciencia; al
que destruyó la planta industrial y la
agricultura en la patria de Bolívar y demolió instituciones y la
infraestructura como aconteció con las empresas básicas de Guayana, caso Sidor y
las de la costa oriental del Lago de Maracaibo; o a esos venezolanos sencillos,
modestos, humildes, pero irreverentes ante
esta tragedia, que tienen que hacer colas el dia que le toque de acuerdo a su número de cedula de
identidad, durante horas para conseguir algún alimento, medicina o algún bien
necesario para su vida diaria, o a esos nobles emprendedores y comerciantes que
ponen en juego su capital y tiempo para servir al pueblo venezolano, en cuanto
a la dotación de insumos para su supervivencia, a pesar del hostigamiento de bandas delictuales
encabezadas por esas hordas de fiscales, de los distintos organismos del estado
que pareciesen especialistas con doctorado y matraqueo, como quienes integran
el Seniat, organismo sublime de la represión económica en nuestro país.
Suponemos
que usted como hombre de mar se
debate en el mar de los Sargazos, debido a que tiene familia, amigos,
conocidos, que en algún momento le
indican las penurias que confrontan por la vida que llevan, por las
dificultades que atraviesan para conseguir un caucho o una batería o un hipertensivo
para controlarse la tensión, y con el
síndrome de la duda buscan el culpable
de dicha escasez, que por supuesto no es usted, pero seguro le indican
como salir de esta crisis, para acabar con ese conocido e identificado por usted, como el ejército
maldito, destructor de la patria de Simón Bolívar, que hasta ahora que no se
había visto en los doscientos cinco años de historia republicana en
Venezuela, sino en la perversión de la Venezuela actual conocida como
Socialismo del siglo XXI.
Es con usted Vicealmirante Campos Labrador,
revísese y véasede cual pata cojea, es tiempo de enderezarse para que la
posteridad no lo señale como alcahuete de este desastre en que su mentor sumió
a nuestra Venezuela.
Es autentico.
Ruben Contreras
Presidente Sociedad Bolivariana
Estado Vargas
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