Por Gregorio Salazar
Por supuesto, señor Abrams,
qué más quisiéramos los venezolanos que los jerarcas del chavismo regresaran al
punto donde terminaron de desbarrancar a la democracia venezolana y comenzaran
por reconocer, ellos que antaño se hacían lenguas del poder del soberano, la
voluntad popular expresada en las urnas de votación en las elecciones
legislativas del 6D del 2015.
Usted le plantea al chavismo
que retornen a las curules que dejaron abandonadas hace más de tres años y su
pedimento es correcto y pertinente. Sería dar una enorme zancada hacia el
rescate de la democracia venezolana, un avance crucial para comenzar a
reconstruir entre todos este maltrecho país, sus instituciones y las
condiciones de vida de sus habitantes. Muy lastimosamente, aquí y ahora,
quien cifre sus esperanzas en esa vuelta atrás será tildado de iluso o ingenuo,
si acaso no de colaboracionista, por otro sector de los opositores.
En el caso suyo resulta peor
porque, precisamente, fue uno de los que más hizo para instalar en la mente de
los venezolanos la ilusión del fast track, de la vía ultra rápida para poner
cese a la usurpación
Y si al hacer esa
exhortación al PSUV nos está revelando uno de los temas tratados en la mesa de
negociación en Oslo, pues entonces sigue en el extremo diametralmente opuesto,
mutuamente excluyente, al del chavismo: usted les plantea que retornen al seno
del cuerpo legislativo al que ahora mismo Maduro y sus socios mantienen
detenidos o perseguidos a varios de sus integrantes y, además, quieren
acortarle el período bajo el supuesto de que pueden hacer variar en su provecho
su actual conformación. De cara a la AN no cabe término medio: se reconoce
o no se reconoce.
Es generalizado el clamor de
que si se proponen elecciones se hagan con un nuevo CNE. Ahora que usted ofrece
continuar la presión sobre Cuba y Rusia ojalá pudiera llevar a que los rusos a
apoyar ese paso decisivo por parte del chavismo? Hágalo pero súmele o, mejor
dicho, termine de sumarse usted a todas las articulaciones que no se buscaron
desde un principio
En aquellas elecciones del
2015 y la nueva Asamblea Nacional que de ella surgió pusimos una inmensa
mayoría de los venezolanos todas las esperanzas para poder detener la
destrucción de nuestro país. Estábamos conscientes de que en ese momento era el
último tren para salir del desierto al que nos había condenado el chavismo.
Vea usted que el aplastante
triunfo del 6D fue posible gracias al inmenso esfuerzo de unidad de la
oposición venezolana, la que resistió todas las infamias y calumnias, incluso
la de que se estaban prestando para que Maduro perpetrara una degollina
electoral.
Justamente hace usted por
dos veces un llamado a la unidad, uno a la oposición y otro a toda la
ciudadanía: “Los venezolanos deben poder unirse y tomar las decisiones que
enfrenta su país a través de elecciones libres y justas que reflejen la
voluntad de la mayoría, no solo de los pocos corruptos que tienen el poder”.
Nadie, en efecto, puede poner en duda la corrección de esas demandas
Las divergencias en el seno
de la oposición han estado fundamentalmente en “el cómo”. La ruta a seguir para
desalojar del poder a la dictadura es la que ha puesto a los dirigentes en
rieles divergentes. En eso no es mucho, en verdad, lo que ha aportado su gobierno
porque tan pronto hacen ver que estamos a las puertas de una misión
aerotransportada como vuelven a poner el énfasis en lo electoral, como lo ha
hecho usted esta semana. ¿Ahora sí hay una ruta definitiva?
Es verdad: Maduro ha perdido
la confianza de los suyos, no puede aliviar un ápice la tragedia que recibió de
Chávez y que él ha profundizado, su entorno militar no es monolítico, la
convicción en todos los sectores de que vamos rumbo al gran colapso crece con
los días y su gobierno es tenido por represor, criminal y corrupto.
Pero no ha habido quién lo
coloque en el marco real e institucional de una transición el que somos
importantes todos, chavistas y no chavistas, y con un fin electoral. Si
esa es la ruta que usted decididamente acompaña, señor Abrams, entonces el
éxito que alcance sería también el de este atribulado y desconcertado país.
09-06-19
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