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jueves, 12 de marzo de 2015

Antiimperialista o chantaje patriótico, por @CarlosValero08

Carlos Valero marzo 2015

Ayer a media mañana la administración Obama emitió una orden ejecutiva que para el gobierno viene a ser el equivalente a un gran salvavidas político. La excusa para el anti gobierno en que ha devenido el periodo de Maduro pareciera venir servida en bandeja de plata desde el norte del hemisferio. No había terminado de traducirse la orden ejecutiva cuando ya los creativos oficialistas estaban rediseñando slogans y afiches para su campaña anti imperialista. El sueño de Maduro es que el pueblo venezolano se vuelque a las calles a gritar consignas antiimperialistas y vítores a favor de los funcionarios acusados de corruptos y violadores de derechos humanos.

Así como el régimen cubano ha utilizado la excusa del bloqueo para impedir cualquier avance democrático y mantener al pueblo de la Isla sometido y en una perenne vigilia frente a una potencial invasión, acá tratarán de hacer lo propio. Veremos día a día interminables cadenas atacando al imperio, pero no habrá una sola respuesta seria a las acusaciones de lavado de dinero, narcotráfico, violación de DDHH o terrorismo. La banalización de la política exterior transformará asuntos judiciales muy delicados en propaganda, con el agravante que allende nuestras fronteras, la propaganda no es argumento jurídico y el flujo ilegal de capitales no se esconde con marchas ni consignas.

El gobierno intentará sacar de la agenda pública los problemas de los venezolanos. Para los estrategas oficialistas que hasta ahora no encontraban como levantar un punto en las encuestas, la OE de Obama suena a música celestial, pero la cosa es mucho más compleja y de ahí la importancia de entender por qué llegamos a esta delicada situación de política externa, que tiene graves consecuencias para la vida cotidiana de los venezolanos.

La opinión pública debe tener claro que durante 15 años se ha promovido una política exterior basada en la confrontación y el odio. Usando el antiimperialismo como recurso electoral y político, hemos roto relaciones con Colombia, Panamá, Paraguay y tenido relaciones muy tensas con muchas otras naciones, incluyendo Colombia y por supuesto, la joya de la corona antiimperialista, los EEUU. Por otro lado, Venezuela se ha “sometido” ideológicamente al imperio chino, a la agenda económica de Brasil e infantilmente a Cuba. En política exterior la revolución ha sido un caos muy costoso para nuestro pueblo. El concepto de soberanía se maneja como una plastilina. Si los gringos acusan a siete funcionarios casi les declaran la guerra, pero cuando el gobierno socialista de Guyana entrega en concesión la zona en reclamación del Esequibo, hay un silencio total.

Personalmente rechazo cualquier injerencia de EEUU o cualquier otro país en nuestros asuntos y somos los venezolanos demócratas, contra todas las adversidades y contando con la solidaridad y observación de la opinión pública mundial, quienes vamos a resolver este atolladero histórico. Nada ni nadie logrará sacarnos de la agenda democrática, pacífica, electoral y de masiva organización social.

Al margen de lo que decida EEUU, China o Cuba, la alternativa democrática soberanamente viene denunciando permanente la violación de los DDHH y el gobierno no solo calla y niega las denuncias, sino que responde con la resolución 8610 la cual reglamenta el uso de armas de fuego en las manifestaciones, abandona los organismos de defensa y promoción de los DDHH como la Corte Interamericana de los DDHH, mantiene una prisión denominada la tumba, en las adyacencias de la UCV, como para borrar para siempre el lema de “la casa que vence las sombras”, al día de hoy existen más de 3000 estudiantes con procesos judiciales abiertos y un centenar aún presos incluyendo a de Leopoldo López, Daniel Ceballos y Antonio Ledezma, sin contar el destierro de Manuel Rosales, Oscar López entre otros.

Este gobierno no es una amenaza para la seguridad de los EEUU, sino para la de todos los venezolanos que producto de la injusticia, la inseguridad, la escasez y el caos hospitalario estamos al borde de una tragedia humanitaria. Hoy más que nunca el liderazgo debe mantenerse firme, unido y hablarle claro al país. Ojalá Maduro no intente repetir la estrategia de Leopoldo Galtieri en Argentina, cuando fue capaz de declararle la guerra a Inglaterra para aferrarse al poder. Algunos gobernantes, rodeados de uniformes verde oliva, pierden el sentido de la realidad y llevan a los pueblos a grandes penurias.

Carlos Valero

@carlosvalero08

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