Por Vanessa Davies
Venezuela necesita ahora el
modelo “que sirvió a los países que quedaron absolutamente destruidos luego de
la Segunda Guerra Mundial”, que es el de la economía social de mercado, subraya
el presidente de la Fundación Arturo Uslar Pietri
Hasta lo que parece más
sólido se viene abajo en segundos, y si no, basta preguntárselo a los alemanes
que creyeron que el muro que separaba dos Alemanias, dos realidades, sería
eterno. Antonio Ecarri, presidente de la Fundación Arturo Uslar Pietri (FAUP),
dotado con las virtudes de la oratoria de los líderes políticos de antes,
describe la realidad venezolana como un tsunami que se puede llevar todo por
delante. Y asegura que los controles de precios aplicados en Venezuela han sido
derrotados por la vida real.
Ecarri, convencido de que la
nación se encuentra como los países de Europa luego de la Segunda Guerra
Mundial (es decir, arrasado), defiende el modelo de la economía social de mercado.
Tal como lo manifestó a Contrapunto, se necesita una economía libre y un
Estado que se encargue de que la educación dé igualdad de oportunidades.
-¿Se pueden levantar los
controles de precios de sopetón?
-Los bachaqueros levantaron
los controles de precios. ¿Por qué la gente se va a Cúcuta o a Santa Elena?
Nosotros estamos a la vuelta del libre mercado. Ya la ley de la oferta y la
demanda hace que los bachaqueros te vendan más caro que los precios del libre
mercado. Un cartón de huevos te cuesta más caro en Caracas que en Miami. Todo
eso es por la alteración de la ley de la oferta y la demanda, porque mientras
un bien es escaso siempre será más caro. Eso no lo pudo cambiar Diosdado
Cabello cuando estuvo al frente de la Asamblea Nacional.
“Estamos cambiando de época”
-Vivimos una racha petrolera
muy importante con el expresidente Chávez. ¿Ese petróleo se sembró?
-Venezuela en algún momento
debe dejar de ser el país de las oportunidades perdidas. En 17 años de bonanza
petrolera perdimos una gran oportunidad. Hoy, 80 años después de la tarea
inconclusa de sembrar el petróleo, nos sale una profunda reflexión. Nosotros no
queremos hacer fiestas ni conmemoraciones. Lo que nos hace falta es una
profunda reflexión: ¿Hacia dónde debe ir el país? Hoy estamos en condiciones
muy parecidas a las de 1936.
-¿En qué se parecen?
-Estamos cambiando de época.
Este es un ciclo económico que duró 80 años, que son los 80 años de la
dependencia del petróleo. Esta es una gran oportunidad para que Venezuela se
reinvente. Esta crisis tiene algo beneficioso dentro de la gran desgracia
nacional que vivimos: es la oportunidad para reinventarnos, porque todo está
deshecho, las instituciones están deshechas.
-¿Cómo hacer esa
reinvención?
-Esa reinvención debe venir
de la mano de la realidad económica que rodea a nuestro negocio petrolero
mundial. Venezuela es el país con el peor desempeño económico de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). No solamente la crisis
de hoy se debe a la caída de los ingresos petroleros, sino que hay un problema
más serio: es un modelo económico absolutamente fracasado.
El socialismo del siglo XXI
no sirvió, y hoy trae esta suerte de drama de hambre que vive la sociedad
venezolana, que está originando un tsunami que nos puede llevar a todos por
delante.
Se abusó de un modelo que ya
había fracasado
Sus visitas a las zonas
populares de Caracas le han permitido confirmar, como presidente de la FAUP,
que la dieta de la población es “plátano y yuca”, que además se comen “una sola
vez al día”. Antonio Ecarri señala que hay “problemas de desnutrición infantil
severa” en la capital del país, que pueden ser aliviados -pero no solucionados-
con ayudas puntuales. Lo que más lo inquieta es “el profundo daño que se le
está ocasionando a toda una generación de venezolanos”.
-¿Qué hizo que el modelo
económico, en su opinión, fracasara?
-Es el abuso de un modelo
económico que ya venía fracasando. Arturo Uslar Pietri nos dijo que tener una
sociedad que dependiera del Estado tarde o temprano iba a originar un desastre
social, porque el Estado copa toda la actividad y tiene a la sociedad de
rodillas. Es un problema económico y social por la ineficiencia y la ineficacia
del Estado comprobadas manejando los factores de producción y, más aún, la
distribución de alimentos.
Hoy tenemos la obligación de
voltear esa fórmula y hacer un Estado que dependa de su sociedad. Ahora tenemos
un Estado monstruoso, que acaba con la iniciativa del venezolano a cualquier
nivel. Está quebrado el barrio y está quebrado el gran industrial. Este modelo
económico fracasó y no tiene beneficiarios. El socialismo del siglo XXI no
tiene beneficiarios. Hoy todo el mundo está mal.
Viraje hacia la economía
social de mercado
-¿Igual hubiésemos llegado a
este desenlace sin el modelo económico que impulsó el expresidente Chávez?
-Definitivamente no. Él tuvo
la oportunidad, con todo el poder que tuvo en sus manos, de haber planteado un
modelo económico abierto, no anclado en viejas ideologías sin sentido. Chávez
no tomó el Estado de Bienestar del socialismo europeo, ni la economía social de
mercado. Pero ya los venezolanos sabemos qué cosas no sirven.
-¿Qué no sirve?
-No podemos seguir
dependiendo de la renta petrolera, además por las condiciones mundiales. No
podemos seguir dependiendo de un solo ingreso. Acabaron con la producción
nacional y con la posibilidad de diversificación. Este modelo ha generado
hambruna y miseria, y además nos deja un pasivo moral terrible: queda un grado
de discrecionalidad y de arbitrariedad política que termina en una profunda
discriminación. Tenemos un deterioro social, económico, político y social.
Cuando se profanan las tumbas de los expresidentes Isaías Medina Angarita y
Rómulo Gallegos y no pasa nada es la punta del iceberg de un desastre moral.
-En su opinión debe haber un
viraje.
-Se debe hacer un viraje en
materia política, económica y social. Reinventar a Venezuela para por la
construcción de un nuevo modelo económico, político y social. En la Fundación
Arturo Uslar Pietri hemos estudiado diversos modelos.
-¿Cuáles?
-Hemos evaluado la economía
social de mercado, modelo que sirvió a los países que quedaron absolutamente
destruidos luego de la Segunda Guerra Mundial. Una economía que esté centrada
en el ser humano, una economía que le abra las puertas al emprendimiento y que
considere al ser humano es una economía importante.
Yo no soy partidario del
libre mercado absoluto. La economía social de mercado te plantea libertades
económicas pero con un rol eficiente del Estado en áreas sociales clave. El
Estado no puede estarse metiendo como actor económico, porque cada vez que lo
hace crea distorsiones y todo un desastre. El problema no es de hombres, sino
de modelos.
Antonio Ecarri intervino en
el foro "Sembrar el petróleo", realizado en la sede de Fedecámaras
El "Muro de
Berlín" de la frontera se cayó
-¿Es viable la economía
social de mercado para Venezuela? ¿El país lo aceptaría?
-El país lo aceptaría
perfectamente. La gente que salió a Cúcuta para comprar bienes se encontró con
el libre mercado. El muro de Berlín de Ureña se cayó, y lo tumbó la ley de la
oferta y la demanda. Es una realidad del tamaño de un templo. En la economía
social de mercado, como es un modelo de centro, pueden coincidir distintas
ideologías, porque en Venezuela tenemos que construir un modelo económico de
consenso. El modelo de la economía social de mercado permite las libertades
económicas pero con un Estado que interviene en áreas como la educación.
-¿En qué áreas debe
intervenir el Estado?
-Educación,
fundamentalmente, porque nadie puede salir a competir a un libre mercado en
desigualdad. La igualdad debe estar en las oportunidades; de un Estado que
interviene e invierte en educación y que garantiza que un niño de Carapita
tenga las mismas oportunidades que un niño de Chacao pero hacia arriba, no
hacia abajo. El Estado debe ser muy eficiente en esto y hacer las reformas
políticas y económicas.
-¿Qué reformas habría que
hacer?
-Tiene que haber
democratización del país mucho más allá. Eso significa un profundo proceso de
descentralización en el país, que el poder esté mucho más cerca del ciudadano.
También es muy importante la reforma del sistema de justicia, e igualmente, las
reformas económicas y sociales que el país está esperando. La economía social
de mercado significa emprendimiento, y permite que alguien que tiene una bodega
en Catia pueda crecer. El Estado tiene que estar para evitar las distorsiones
del mercado, pero no para generar distorsiones. Necesitamos libertad económica
con igualdad de oportunidades.
02-08-16
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